viernes, 4 de octubre de 2019

SANTA LUCÍA VOLVIÓ A SALIR DE SANTA CATALINA Y SE ACERCÓ HASTA LOS GITANOS


La Hermandad de Santa Lucía realizó en la mañana de este domingo su habitual salida procesional, que este año fue especial por dos motivos. Por un lado, tras quince años de ausencia, la cofradía pudo volver a salir desde la Iglesia de Santa Catalina, reabierta por fin al culto el pasado mes de noviembre.
Y por otro lado, precisamente ahora que la cofradía ha vuelto a su casa, tuvo el detalle de mostrar en su recorrido su agradecimiento a la Hermandad de los Gitanos, que la acogió en su casa allá por el 2004, aunque posteriormente fuera trasladada a San Román junto al resto de hermandades de Santa Catalina.
A las once menos cuarto comenzó la salida procesional de la cofradía, por fin desde Santa Catalina, con un cortejo bastante interesante en cuanto a insignias y acompañamiento de otras corporaciones. Tres acólitos portaban la cruz de guía plateada entre dos faroles, a los que seguían varias parejas de hermanos portando cirios. Después iban la bandera pontificia, la representación de los grupos jóvenes de la Milagrosa, la Cena y la Exaltación, más hermanos con cirios, el guión fundacional, las representaciones con estandarte de la Resurrección de La Rinconada, la Virgen de la Sierra, el Carmen de Santa Catalina y la Exaltación, el libro de reglas y el propio estandarte de la Hermandad de Santa Lucía. Y antes del paso, la presidencia, el cuerpo de acólitos y una reliquia de la santa portada por una hermana entre otras cuatro que llevaban cirios rojos.










Una vez en la calle, Santa Lucía se dirigió a la Plaza de los Terceros y a la calle Sol, pasando por la Plaza de San Román, que de repente este año se ha quedado sin cofradías. Luego tomó Butrón y Verónica, llegando así al Santuario de los Gitanos.
Como no podía ser de otra forma, y bajo un sol que apretaba a esas horas de la mañana en medio de un cielo inmensamente celeste, la marcha con la que llegó Santa Lucía al templo que fue su provisional residencia por un muy breve espacio de tiempo fue "Reina de San Román", interpretada por la Banda de Música Nuestra Señora del Sol.
La santa de Siracusa ha salido este año con una corona de plata en su cabeza, colocada a su vez sobre una llamativa corona de flores, que es una manera muy habitual de ser representada en el mundo del arte. Guiado el paso por el capataz Juan León Lozano, la santa accedió al templo mientras la banda tocaba ahora el "Ave María", en la versión marcha procesional de José Manuel Mejías. Con ella llegó hasta el presbiterio, situándose ante el Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias.
Al llegar hasta ahí, tomó la palabra el hermano mayor de Santa Lucía, Juan Antonio López, quien recordó que hace quince años la cofradía se quedó sin casa y la Hermandad de los Gitanos abrió las puertas de su templo a Santa Lucía, que llegó en una furgoneta. Desde el Santuario salió de hecho en 2004, cuando aún la cofradía realizaba su salida procesional por la tarde, en lugar de por la mañana como ahora.
Juan Antonio López subrayó el inmenso agradecimiento de su hermandad a la de los Gitanos por aquel gesto y quiso darle un abrazo al actual hermano mayor de la cofradía de la Madrugá, José María Flores, como símbolo del abrazo y la unión de ambas hermandades y de sus hermanos. Asimismo, todos los presentes rezaron a los tres titulares de ambas corporaciones.





















Mientras el cortejo abandonó el Santuario en orden por la puerta ubicada a los pies del templo, el paso, que se levantó a pulso, giró y fue hacia la misma puerta por la que había entrado para continuar su camino hacia la calle Valle. Durante el trayecto desde el presbiterio hasta la puerta, la marcha que tocó la Banda del Sol, que se encontraba también dentro, fue "A Ti, Manué", para posteriormente interpretar "Encarnación Coronada" al salir de nuevo a la calle.
Santa Lucía fue ahora siguiendo el cortejo a la calle Valle, donde sonó tras el paso la marcha "Rocío", a la que seguiría después "Valle de Sevilla" para tomar la calle Pinto y llegar hasta el principio de Escuelas Pías.




















Algunas de las hermanas que iban junto a la reliquia de Santa Lucía comentaban que el itinerario de este año era más bonito que el de años anteriores. Siguiéndolo, en Escuelas Pías se veía en el horizonte la propia torre de Santa Catalina.
Con "Macarena", de Emilio Cebrián, anduvo por esta calle la santa, a la que un hombre de un bar cercano ofreció un ramo de flores al pasar por delante de su negocio. A continuación, con "Corpus Christi", el paso alcanzó la Plaza Padre Jerónimo de Córdoba y llegó hasta Ponce de León.
Por esta zona, el capataz comentó con un cofrade que iban con adelanto respecto al horario previsto que el propio capataz sujetaba en su mano. Este cofrade, que iba delante del paso, le pidió a otro que iba con el cortejo que fueran algo más despacio, que no había necesidad de correr.






























Hay que destacar el exorno floral que llevaba el paso de Santa Lucía, que contaba con claveles rojos salpicados de antirrhinum morado y con algunas otras especies que conformaban un conjunto muy curioso. Y sobre la peana, a los pies de la imagen, las flores eran blancas, sobresaliendo las varas de nardos que llevaba.
Por otro lado, los dos ángeles delanteros de la peana sostenían las filacterias verdes con letras doradas que han podido verse en distintos lugares del paso en los últimos años (en 2017 las sujetaba la propia santa con su mano izquierda) y en las que puede leerse "Hazte donante" y "Dona vida", promoviendo así la donación de órganos.
Con la marcha "Aniversario Macareno", Santa Lucía dejó atrás Ponce de León y luego pasó de largo por Santa Catalina, pero no, como en los últimos quince años, por seguir cerrada al culto, sino que el recorrido iba a tomar ahora algunas calles situadas al otro lado de Juan de Mesa. Por ejemplo, la parte más ancha de Alhóndiga, hacia la que el paso giró con "La Madrugá" y donde más adelante sonaría "Madre y Reina, Victoria".


















No cambió en el itinerario respecto al de los últimos años el paso de la Hermandad de Santa Lucía por la Plaza de San Leandro y la visita al convento del mismo nombre, al que el paso llegó con la marcha "Soledad franciscana" hasta volverse a la puerta, en la que recibieron a la santa las madres agustinas que lo ocupan.
Se da la circunstancia de que la puerta no se pudo abrir completamente, permaneciendo cerradas las hojas de mayor tamaño y abiertas sólo las pequeñas. Esto fue debido al mal estado de la puerta, que no es más que el reflejo de la situación en que se encuentra un convento al que le haría falta una restauración integral que a día de hoy, con los limitadísimos recursos de las hermanas y la falta de ayudas, es imposible. Pese a todo, las religiosas no perdieron la ocasión para dedicarle un cántico a Santa Lucía.


















Terminado el cántico, Juan León pidió que la siguiente levantá fuera una forma de rezar precisamente por el convento. "Que Sevilla no se olvide nunca de este convento y que el año que viene la puerta esté arreglada", dijo. Asimismo, invitó a la priora del convento a tocar el llamador y el capataz dijo de ella que es "la que con sus manos toca el Cielo cada vez que hace una yema de San Leandro". Al golpe del llamador, el paso se levantó muy poco a poco y a continuación comenzó a marcharse a los sones de "Mi Amargura".
A partir de aquí, Santa Lucía emprendió el regreso a Santa Catalina por la calle Francisco Carrión Mejías, a la que llegó con "Madrugá Macarena", seguida después por "Madre Hiniesta" y "Sevilla cofradiera", saliendo ya de nuevo a Ponce de León.
























Ya junto a los muros de Santa Catalina, el paso fue acercándose a la puerta de entrada mientras la Banda del Sol tocaba "Siempre la Esperanza", tras la que se detuvo en la calle por última vez. Durante la parada el capataz advirtió a los costaleros de que se darían la vuelta para realizar la entrada de trabajadera en trabajadera, conforme él lo fuera indicando y sin que el paso se volviera a parar.
Dicho y hecho, con el "Himno de Santa Lucía" enlazado con el de España, la santa entró de nuevo en su casa directamente, completando así su salida procesional a las tres menos veinte minutos de la tarde.












Ya son dos los pasos que han podido salir de Santa Catalina tras su feliz reapertura: la Virgen del Carmen (ver) y Santa Lucía, ya que el Jueves Santo la lluvia impidió a la Exaltación ser la primera (ver). La próxima, si Dios quiere, será la Virgen del Rosario el próximo 1 de noviembre.

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