sábado, 3 de diciembre de 2022

EL DIVINO PERDÓN CAMBIA EL ROSARIO DE LA AURORA POR EL VESPERTINO


La Hermandad del Divino Perdón ha celebrado este sábado un rosario vespertino con María Santísima de la Purísima Concepción llevada en andas por las calles del Parque Alcosa. Este culto se celebró el año pasado en domingo y fue un rosario de la aurora, pero en esta ocasión la corporación ha optado por pasarlo a la tarde.
Lo que no ha cambiado es que la dolorosa de José Antonio Navarro Arteaga ha visitado la Parroquia de los Desamparados, donde ha tenido lugar la celebración de la Eucaristía antes de regresar a la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey. El punto negativo lo ha puesto la lluvia, que si bien no ha llegado a perjudicar el rezo del Santo Rosario en el camino de ida a la parroquia, sí que ha obligado a modificar los planes en el itinerario de vuelta.
A las cinco menos cuarto de la tarde comenzaba el Santo Rosario, cuyo primer misterio gozoso, la Encarnación de Jesús, se rezó en el interior del templo de la calle Escritor Alfonso Grosso. Después, se puso en camino el cortejo, encabezado por la cruz alzada entre ciriales, que daba paso a un tramo de hermanos con cirios. A continuación, iban el estandarte corporativo, la presidencia y el cuerpo de acólitos.




Juanma Cantero, que se estrenó como capataz general de la hermandad precisamente en el rosario de la aurora del año pasado (ver), mandó junto a sus auxiliares ante las andas de la Virgen de la Purísima Concepción, llevada a hombros por los hermanos.
La dolorosa vestía un manto azul cedido por la Hermandad de los Gitanos, saya blanca de tisú con bordados de aplicación, toca de sobremanto de malla bordada en oro y un tocado de blonda. Por otra parte, sostenía un pañuelo de encaje en la mano derecha y una rosa de pasión en la izquierda.
Al salir del templo, las andas giraron a la izquierda para tomar la calle Emilia Barral y luego a la derecha a la calle Beata Ana María de Javouhey, donde se rezó el segundo misterio del Santo Rosario, la Visitación a Santa Isabel.

















Desde la calle que lleva el nombre de la sede de la hermandad, la Virgen de la Purísima Concepción alcanzó la plaza Maestro Sánchez Rosa, donde hubo un relevo de los hermanos encargados de llevar las andas, las cuales estaban adornadas con flores de tonalidades azul y blanca, a juego con la vestimenta de la imagen. Además, estaban iluminadas por diez candeleros y dos faroles de su paso de palio.
En esta plaza se encuentra la residencia de ancianos de Vitalia, razón por la que el rosario vespertino tuvo este punto en el inicio de su itinerario. Así, con un grupo de residentes esperando a un lado y otro de la puerta, la Virgen de la Purísima Concepción se acercó y llegó a entrar en el atrio del edificio. Allí, el párroco de los Desamparados y director espiritual de la hermandad, Gonzalo Fernández-Gallardo, dirigió unas oraciones por los ancianos que viven en la residencia.
Llegando a este punto empezaron a caer algunas gotas que hicieron temer lo peor, pero pronto cesó lo que no se puede considerar ni siquiera una llovizna.

















Un responsable de la hermandad indicó a los capataces que continuaran con tranquilidad porque no llovía. Así, el itinerario siguió por el extremo opuesto de la plaza Maestro Sánchez Rosa y luego la Virgen de la Purísima Concepción pasó a la peatonal plaza del Azahín, donde tuvo lugar el rezo del tercer misterio del Santo Rosario, el Nacimiento de Jesús.
Seguidamente, la dolorosa salió a Emilia Barral y pronto tomó la calle Ontur, donde se rezarían los dos últimos misterios gozosos, la Presentación de Jesús en el Templo y el Niño Perdido y hallado en el Templo.




















Todavía en Ontur, calle de una gran longitud que la dolorosa recorrió al completo, se rezaron las letanías. Luego pasó por un breve tramo de Ciudad de Liria para inmediatamente adentrarse en Nuestra Señora de los Desamparados, calle cuyo nombre revela la cercanía de la parroquia del barrio.
La Virgen de la Purísima Concepción, que llevaba un puñal, una cruz pectoral y varios broches en el pecherín, se detuvo junto a la casa hermandad del Divino Perdón, que tenía algunos reposteros de damasco morado, y continuó tras un último relevo hasta girar en Ciudad de Picasent.


















Tras una parada, la Virgen giró a Ciudad de Paterna y luego se dispuso a subir la rampa para entrar en la Parroquia de los Desamparados mientras la tarde caía y las nubes grises contribuían a oscurecer más el cielo cuando eran las seis de la tarde.
Una vez dentro del templo, la Purísima Concepción fue llevada frente al retablo de la Virgen de los Desamparados. Ambas dolorosas estuvieron frente a frente durante unos instantes y después las andas fueron trasladadas al lado izquierdo del presbiterio.
















Minutos después de la llegada de la Virgen de la Purísima Concepción a la parroquia comenzó la misa. Tras ella, el regreso a la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey, para el que se iba a contar con el acompañamiento musical de la Banda de Música Nuestra Señora del Rosario, de Sanlúcar la Mayor, se tuvo que retrasar debido a la lluvia.
En un principio la junta de gobierno decidió que la salida sería a las siete y media de la tarde y se seguiría el itinerario previsto. Sin embargo, finalmente hubo que esperar una hora más y la Virgen salió pasadas las ocho y media. El itinerario de vuelta se redujo, además, a sólo cuatro calles (Nuestra Señora de los Desamparados, Ontur, Ildefonso Marañón Lavín y Escritor Alfonso Grosso), alcanzando su templo en sólo media hora.
Terminó así el primero de los cultos en honor a María Santísima de la Purísima Concepción, que continuarán con el triduo entre el lunes y el miércoles, y concluirán el jueves 8 con la función solemne y el besamanos.

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