sábado, 21 de octubre de 2017

LA EXPOSICIÓN DEL CUARTO CENTENARIO DEL VOTO INMACULISTA DE JEREZ


La ciudad de Jerez se encuentra celebrando el cuarto centenario del Voto Inmaculista que la ciudad juró defender; un juramento del que quedó constancia en las actas capitulares del 8 de diciembre de 1617 y que contó con la participación del pueblo de Jerez y sus autoridades civiles y religiosas.
Uno de los principales actos programados para esta celebración es la exposición ubicada en el claustro del Convento de Santo Domingo y en la que participan diferentes hermandades de la ciudad, que han aportado un gran número de enseres relacionados con sus imágenes marianas.
'Periodista Cofrade' se ha desplazado a la ciudad gaditana para conocer el contenido de esta muestra conmemorativa, que se clausura mañana, domingo, y de la que repasamos absolutamente todo lo expuesto para conocimiento y contemplación por parte de los visitantes del blog.
Antes de comenzar con los enseres de hermandades, la exposición se abre en el acceso al lugar que ocupa con una vitrina en la que se muestra precisamente el libro de las actas capitulares pertenecientes al año 1617, donde se hace constar la declaración solemne de la ciudad de Jerez jurando guardar el voto de la Inmaculada Concepción de María; un texto firmado por el escribano del cabildo, Luis de Arenas, en el Convento de San Francisco.


Y junto al libro de actas, vemos las mazas del Ayuntamiento de Jerez, realizadas en plata de ley por el orfebre sevillano Francisco de Alfaro en el siglo XVI, los pectorales del atuendo de maceros, obra también en plata del siglo XVIII y los clarines de mediados del XVIII, que se usaban para anunciar las notificaciones del Ayuntamiento.



Además, se muestran también un traje de macero y otro de los portadores de los clarines, vestimentas que se siguen utilizando en actos protocolarios municipales.



Ahora sí, comenzamos con los elementos cedidos para la exposición de los 400 años del Voto Inmaculista por distintas hermandades jerezanas. Así, la Hermandad del Nazareno ha cedido una obra pictórica de la Inmaculada Concepción, pintada por un autor desconocido en el siglo XVII.


De la Hermandad de la Vera-Cruz es el banderín de la Huída a Egipto (anónimo, siglo XVI), una pieza de bordado renacentista con una cartela de roleos y tornapuntas en hilos metálicos de oro y plata, y con bordados en sedas y jiraspes.



Pasamos ahora a la delantera del paso de palio de la Virgen de la Piedad, de la Hermandad del Santo Entierro. El palio, del que vemos la caída frontal, fue vendido a la cofradía jerezana en 1930 por la Hermandad de la O de Sevilla, incluyendo el techo y el manto. Fueron bordados entre 1881 y 1892 por las hermanas Ana y Josefa Antúnez en oro sobre terciopelo negro, así como sedas de colores en los escudos. El sobrefaldón proviene de las antiguas caídas del palio de la hermandad (1920-1926), mientras que los faldones, de terciopelo negro, tienen unos broches de Esperanza Elena Caro (1968).
En cuanto a la orfebrería, es toda de Manuel Seco Velasco, a excepción de la imagen venera de la Virgen de Lourdes, titular de la hermandad, que fue estrenada en 2008.







Seguimos con el simpecado de la Hermandad del Rocío de Jerez, bordado en 1961 por el Convento de religiosas del Servicio Doméstico. La imagen de la Virgen y el Niño es de Eduardo Seco, quien la realizó en plata de ley.


Otro palio procedente de Sevilla es el de la Hermandad del Desconsuelo o de los Judíos de San Mateo, que fue bordado, incluyendo el manto, entre 1902 y 1905 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda para la Hermandad de la Amargura, que se deshizo de él en 1926 al vendérselo a la cofradía de Jerez. Los faldones son unos paños bordados procedentes del Palacio de los Puerto Hermoso, del siglo XVIII. La orfebrería, toda ella de plata de ley, fue realizada por Manuel Gabella Baeza entre 1946 y 1957, mientras que la imagen de San Blas, titular de la hermandad que se sitúa en la delantera, es de Orfebrería Ramos.





A su lado se muestra la bandera concepcionista de la Hermandad del Mayor Dolor, bordada sobre raso celeste por las Hermanas Carmelitas en 1930. Esta bandera estaba presente en la Plaza de San Pedro del Vaticano el día de la proclamación de la Realeza de María, el 1 de noviembre de 1954.


Junto a la bandera se muestran varios recortes de prensa sobre aquel acto en Roma y sobre el Voto Inmaculista de la ciudad de Jerez.


Volvemos a la Hermandad del Nazareno, que ha llevado también a la exposición la bambalina frontal del paso de palio de Nuestra Madre y Señora del Traspaso, confeccionado en 1896 por Miguel del Olmo. Fue modificado a finales de los ochenta, ya que en su origen estaba bordado sobre terciopelo burdeos y no morado, como en la actualidad, y era además era recto en su parte superior, pero se le añadió la crestería.


Bajo la bambalina se ubica una vitrina en la que se exponen el boceto en escayola de la Virgen del Dulce Nombre, de la Hermandad de la Buena Muerte, obra de Antonio Castillo Lastrucci; la Medalla de la ciudad de Candelaria (Santa Cruz de Tenerife), otorgada a la Hermandad de la Candelaria en 2014; un peto bordado en oro de la Virgen del Traspaso, de autor desconocido (siglo XIX); la imagen venera de la Virgen de los Reyes, obra en plata de Manuel Seco Velasco (1957) que figura en la delantera del paso de palio de Madre de Dios de la Misericordia, de la Hermandad del Transporte; una imagen del Niño Jesús de la Hermandad del Rosario de los Montañeses (anónimo, siglo XVIII); la Medalla de Oro de la Ciudad de Jerez, entregada por el Ayuntamiento a la Unión de Hermandades; y el boceto en terracota de la imagen de María Santísima de las Mercedes, de la Hermandad del Soberano Poder, obra de Francisco Romero Zafra.








A continuación, se nos muestra una colección de cinco pértigas y varas de otras tantas hermandades: una pértiga de la Hermandad del Transporte, realizada en metal plateado por Manuel Seco Velasco y rematada por una imagen de la Virgen de la Merced; una pértiga de la Hermandad de Loreto, obra en metal plateado de Manuel de los Ríos (1994); una vara de la Hermandad de la Yedra de metal plateado, de Manuel de los Ríos (1994); una pértiga de la Hermandad de la Lanzada, de plata de ley labrada por el taller de Villarreal y con una imagen de la Inmaculada de Rafael Barbero (1970); y una pértiga de la Hermandad de la Amargura de finales de los 60, realizada en metal plateado por el taller de la Viuda de Villarreal.


En el centro de la sala de la exposición, se muestra el Ángel Confortador de la Hermandad de la Oración en el Huerto, obra atribuida a Diego Roldán Serrallonga en el siglo XVII. Esta talla, de tamaño académico, acompaña cada Jueves Santo en su paso de palio a la Virgen de la Confortación, de forma que los dos titulares de la hermandad procesionan junto a sendas imágenes de ángeles.




Continuamos con la bambalina delantera del paso de palio de María Santísima de la Esperanza, de la Hermandad de las Cinco Llagas, bordada en oro sobre terciopelo burdeos por Guillermo Carrasquilla, autor asimismo del diseño, en 1956.


Y debajo, en una vitrina vemos una saya de malla del siglo XIX perteneciente a la Virgen del Traspaso y de autor anónimo, y dos ángeles pasionarios de finales del siglo XVIII, todo ello de la Hermandad del Nazareno.


Seguimos en la Madrugá jerezana con la Hermandad de la Buena Muerte, que nos muestra ahora el Sinelabe, regalado por la junta de gobierno a su propia corporación con motivo de la celebración de su cincuentenario fundacional. Está realizado en estilo gótico, con bordados en hilos de oro y plata sobre terciopelo y tisú morado, y cuenta con una talla de la Inmaculada de madera tallada, policromada, estofada y dorada. Los responsables de esta insignia fueron Ildefonso Jiménez, Juan Carlos García Díaz e Ildefonso Oñate.


Y a otra hermandad de la Madrugada, la del Santo Crucifijo, pertenece el Mediatrix, insignia bordada a realce y sedas sobre tisú por Esperanza Elena Caro, orfebrería de Manuel Seco Velasco y pequeñas tallas de marfil obra de Sebastián Santos (1957).


Pasamos ahora a la Hermandad de la Clemencia, que el pasado Martes Santo estrenó al completo el paso de palio de la Virgen de la Salud y Esperanza, que hasta este año no había formado parte del cortejo de la cofradía en su estación de penitencia. De este palio, que ha venido a engrandecer aún más la Semana Santa jerezana, vemos la caída frontal, obra de Pedro Palenciano Olivares.


Diversos enseres vemos ahora en una vitrina donde se han reunido unas bocinas de la Hermandad de la Amargura, bordadas en oro sobre terciopelo turquesa por las Hermanas Carmelitas, con orfebrería de plata cofradiera de Villarreal; el llamador del paso de misterio de la Hermandad de las Viñas, diseñado por Fernando Aguado y labrado por Orfebrería Andaluza en 2016; una diadema de camarín de la Virgen de los Remedios, de la Hermandad del Cristo del Amor, obra de José Manuel Bernet (2015); la imagen venera de Nuestra Señora de Consolación, obra del taller de Viuda de Villarreal (1974), perteneciente al paso de palio de la Hermandad de la Oración en el Huerto; el llamador del paso de palio de la Hermandad de la Amargura, realizado en plata de ley por Orfebrería Maestrante en 1996; y la imagen venera de Madre de Dios, obra en plata de ley de Lorenzo Jiménez Rueda, que figura en la delantera del paso de palio de la Virgen de la Esperanza de la Yedra.


Precisamente la Parroquia de Madre de Dios es la sede de la Hermandad de Amor y Sacrificio, que ha traído a esta exposición la bandera concepcionista, que cuenta con orfebrería de Villarreal y el escudo de la corporación bordado en el centro.


Volvemos a la Hermandad del Santo Crucifijo, que también ha llevado a la exposición la insignia asuncionista, bordada a realce sobre tisú por Carrasquilla, con una réplica en marfil del monumento de la Plaza de la Asunción, de Sebastián Santos.



De la Hermandad de la Vera-Cruz son todos los enseres que vemos en la siguiente vitrina, pertenecientes al ajuar de la Virgen de las Lágrimas y que son una saya enteriza en seda cruzada bordada en oro, plata y sedas en el siglo XVIII; una ráfaga y corazón en plata de ley dorada, con brillantes, rubíes y topacios; varios pañuelos; diferentes rosarios y coronas dolorosas; algunas blondas de aplicación de Inglaterra, Louis-Philippe, Valenciennes, Flandres de Milán y Alencon; y un chal a un punto de Chantilly.


Seguimos ahora con el banderín de Nuestra Señora de Belén, de la Hermandad de las Tres Caídas. Está bordado con las técnicas de hojilla y milanés, y representa a la titular del convento donde estaba la sede de la antigua hermandad, origen de la actual. En el remate vemos un templete con la Virgen de la Merced. Ildefonso Jiménez, Antonio García Fallas y Pedro Ramírez Pazos fueron los autores de esta insignia en 2002.


Otra bambalina frontal vemos ahora, como es la de la Virgen de la Estrella, de la Hermandad de la Borriquita, cuyo palio fue bordado en oro sobre terciopelo azul por Esperanza Elena Caro en 1976.


Y debajo, en una vitrina dos sayas: una perteneciente también a la Virgen de la Estrella, donada por un hermano y bordada en oro sobre terciopelo azul; y otra de la Virgen de la Concepción, de la Hermandad de las Viñas, bordada en 2004 por Jesús Tamayo en oro sobre tisú rosa con motivo de la Coronación Canónica de la dolorosa.



A la Hermandad del Santo Crucifijo pertenece también el simpecado del Mater Ecclesiae, bordado en oro sobre terciopelo azul marino por Carrasquilla en 1965, con una imagen de la Virgen de los Reyes en su centro, al haber pertenecido Jerez a la Archidiócesis de Sevilla hasta la creación de la Diócesis de Asidonia-Jerez en 1980.


Por parte de la Hermandad de la Defensión, podemos ver el lábaro de la Maternidad Divina, en alusión a la advocación de su dolorosa como Virgen de la O. David Calleja lo bordó en oro sobre damasco de color jacinto, mientras que Jesús Domínguez realizó el asta, así como la efigie en plata de ley de la Virgen de la Defensión del Monasterio de la Cartuja, con algunos apliques de coral.


Vemos ahora la bambalina frontal del palio de la Virgen de la Confortación, de la Hermandad de la Oración en el Huerto, que es el antiguo palio de la Esperanza de la Trinidad de Sevilla, bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1925 en oro sobre terciopelo azul.


Pasamos a la Hermandad de Loreto, ya que bajo la bambalina de la Oración en el Huerto se expone una saya de la Virgen de Loreto bordada en oro sobre terciopelo morado por Jesús Tamayo en 2003. Y junto a la saya, dos ángeles de orfebrería de su paso, de los talleres de Villarreal.


Y de la misma hermandad es el banderín de la Santa Casa de Loreto, bordado en oro sobre terciopelo turquesa, mientras que en el centro, sobre color celeste, se puede leer "Aquí el Verbo se hizo carne". Es obra de Jesús Tamayo del año 2005. A ambos lados del banderín, se muestran un cuadro con una reliquia del velo de luto de la Virgen de Loreto venerada en el Santuario de la Santa Casa de la Virgen en Italia, reliquia donada a la hermandad jerezana el 14 de enero de 2006; y un pañuelo bordado en hilos de seda de plátanos sobre tul, realizado en Filipinas por las Religiosas Misioneras de la Compañía de María y donado a la Hermandad de Loreto en 1988.


Uno de los elementos más llamativos de la exposición es el palio al completo de la Virgen de las Lágrimas, de la Hermandad de la Vera-Cruz, que podemos ver montado en sus caídas, techo y varales, así como en sus jarras, faroles de entrevarales y faroles de cola. El techo y las caídas se estrenaron el Jueves Santo de 2015 y son obra de la bordadora Isabel Melero, del taller de Paleteiro. Los varales son del año siguiente, labrados por Ramón Orovio, mientras que los faroles son de Eduardo Seco Imberg, de 1946, adquiridos a la Hermandad de las Penas de San Vicente de Sevilla. Finalmente, las jarras provienen de la Hermandad de la Amargura de Jerez.








Por su color, uno de los palios más originales y de gran belleza es el de la Virgen de la Amargura, del que vemos la bambalina frontal, bordada en oro sobre terciopelo turquesa. El diseño correspondió al presbítero Enrique Hernández, mientras que los trabajos de bordado fueron llevados a cabo por las Hermanas Carmelitas de la Caridad de Jerez entre 1954 y 1957.


Y en la vitrina situada debajo se muestran cuatro cartelas del paso de misterio de la Hermandad de la Clemencia, talladas por los Hermanos Caballero en la parte dorada y por Manuel Ortega Alonso en las escenas que representan pasajes de la vida de la Virgen, como son la Anunciación, la Adoración de los Reyes Magos, la Huída a Egipto y María al pie de la Cruz. Junto a las cartelas, vemos una talla de la Virgen María, obra de Luis Ortega Bru, tío de los autores del misterio de la Clemencia y de las cartelas de su paso, y perteneciente a una colección particular.







Llegamos a la pared situada en uno de los extremos de la sala de la exposición, donde vemos un manto de camarín, aunque de dimensiones bastante importantes, de la Virgen de la Piedad, de la Hermandad del Santo Entierro, bordado en oro sobre terciopelo de estilo Luis XVI por Francisco Hernández Rubio-Justo Brillo en 1926.




A los lados del manto contemplamos dos pinturas de estilos y épocas muy diferentes. En el lado izquierdo, una pintura de Nuestra Señora de Consolación, perteneciente al Convento de Santo Domingo, obra de un autor desconocido del siglo XVII. Representa el momento de la llegada de la Virgen al convento.


Y a la derecha, la pintura del cartel de la Unión de Hermandades de la Semana Santa de 2011, obra de José Manuel Reyes presidida por la Virgen de los Remedios, de la Hermandad del Cristo del Amor.


Continuamos nuestro recorrido con una vitrina en la que se muestran seis pequeñas tallas que reproducen imágenes marianas de la ciudad de Jerez, todas ellas pertenecientes a colecciones particulares y sobre todo algunas de ellas bastante fieles a las imágenes que representan. Vemos en el centro a la Virgen de la Merced, Patrona de la ciudad, mientras que en el lado izquierdo están la Virgen de la Estrella y la Esperanza de la Yedra, y en el derecho otra Esperanza de la Yedra, la Virgen de los Dolores y la Virgen del Valle.


A su lado, otra vitrina muestra dos juegos de vestimenta litúrgica: uno de la Hermandad de la Vera-Cruz, con dos casullas de seda, una blanca y otra celeste, de los siglos XVIII y XIX, respectivamente; y otro juego del Cabildo Catedral, con una casulla también celeste.


Observamos ahora el contenido de otra vitrina con diferentes enseres, como son una saya de tisú de plata bordada en oro en el taller de Fernández y Enríquez en 2012 para la Virgen de la Amargura. Y también de esta dolorosa es un fajín del general Miguel Primo de Rivera.


Al lado vemos una corona de camarín de la Virgen del Rosario de los Montañeses, realizada en plata sobredorada con pedrería del siglo XVIII; un puñal de María Santísima de los Remedios, de plata de ley en estilo neorrococó, obra de José Manuel Bernet del año 2015; y un fajín del rey Alfonso XIII perteneciente a la Hermandad del Santo Entierro.


Y al otro lado, hay diversos enseres de la Hermandad de la Clemencia, como son un puñal de la Virgen de la Salud y Esperanza, de Manuel Valera (2016); una cruz pectoral de plata sobredorada, esmaltes y zafiros del mismo autor (2011); y un solideo del Papa Benedicto XVI regalado por éste en 2012 a la hermandad durante una visita a Roma, de la que también se muestra una fotografía.


De nuevo vamos a la Hermandad de la Defensión, que muestra un juego de ropón de pertiguero y dalmáticas de los acólitos del paso de palio de la Virgen de la O, confeccionado por David Calleja en 2011.


Por parte de la Hermandad de la Paz de Fátima se expone el banderín de la Virgen de Fátima, titular de la parroquia donde reside la cofradía, obra de Fernando Calderón del año 2003.


Seguidamente, vemos diferentes elementos del paso de palio de la Virgen de la Esperanza, de la Hermandad de la Yedra. Los bordados del palio, sobre terciopelo verde, así como los de los faldones, sobre terciopelo rojo, son de Esperanza Elena Caro y se estrenaron en 1946. En cuanto a la orfebrería, es de Manuel Rodríguez Pérez, de 1948, a excepción de la imagen venera, que ya la hemos visto antes y que es de Lorenzo Jiménez Rueda. Además, en el centro del conjunto se muestra el cartel de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza, pintado en 2014 por José Manuel Reyes.






Mencionamos nuevamente a la Hermandad de Amor y Sacrificio, a la que pertenece una talla de la Inmaculada Concepción realizada en el siglo XX en los talleres de Olot.



De finales del siglo XIX es el Sinelabe de la Hermandad del Nazareno, realizado por un bordador desconocido en terciopelo azul marino bordado en oro. Se trata de una de las insignias marianas más antiguas de Jerez.


A su lado, los elementos frontales del paso de palio de la Virgen de la Encarnación, de la Hermandad del Santo Crucifijo, cuyos bordados, en oro sobre terciopelo rojo, son de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, quien lo confeccionó en 1930. Como curiosidad, hay que destacar que el dibujo de las caídas reproduce los de los palios sevillanos de la Hiniesta y del Gran Poder. Por su parte, Manuel Seco Velasco fue el responsable de la orfebrería, destacando sus ricos respiraderos.





Y no dejamos esta hermandad, que participa en esta muestra con un gran número de enseres, porque junto a los elementos del palio se muestra el guión de Beata Virgo Maria Regina, bordado en oro sobre terciopelo rojo por Carrasquilla, que recuerda la realeza de la Virgen sobre cielos y tierra.


Pasamos a la Hermandad de la Lanzada, con su bandera concepcionista, bordada en oro sobre tisú celeste por Esperanza Elena Caro, con orfebrería de Villarreal, todo ello realizado entre los años 1974 y 1975.


De la Orden Mercedaria es el banderín de la Esclavitud, bordado en oro sobre tisú de plata por un autor desconocido en el siglo XX, y que incluye una representación pictórica de la Patrona de Jerez.


A continuación, vemos otro conjunto de la delantera de un paso de palio, en este caso de la Virgen del Valle, de la Hermandad del Cristo, cuyo palio fue bordado en oro sobre terciopelo rojo por José Guillermo Carrasquilla en 1962. Los respiraderos son de Orfebrería Triana, de 1986, mientras que los varales fueron labrados por Manuel Rodríguez Pérez en 1956. Además, la misma hermandad muestra dos bocinas con el paño de terciopelo burdeos que, a modo de bordados, tiene fragmentos de la antigua vela procesional del Cristo de la Expiración.









De nuevo nos referimos a la Hermandad de la Lanzada para ver el banderín carmelitano, bordado por Esperanza Elena Caro en 1978, que incluyó en milanés la imagen de la Virgen del Carmen, titular de la Basílica del mismo nombre en la que tiene su sede esta hermandad del Jueves Santo. El asta es de Villarreal.


Ahora vamos al palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor, del que vemos la bambalina frontal, dos varales, los faldones y respiraderos delanteros, varias jarras y una saya. Las caídas, el techo y el manto de este palio fueron realizados por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que las finalizó en 1903, según el diseño de José Tova Villalba. Están bordados en oro y pedrerías sobre terciopelo morado. Su propietaria original fue la Hermandad de San Bernardo de Sevilla, que vendió todo el conjunto a la del Mayor Dolor de Jerez en 1927 por 16.000 pesetas. Los faldones, de terciopelo rojo, son obra de Encarnación López en 1980, mientras que los respiraderos, que incluyen la escena del paso de misterio en la cartela frontal, son de plata meneses y obra de Lorenzo Jiménez Rueda. Finalmente, los varales, de plata de ley, son de finales del siglo XIX o principios del XX, excepto dos de ellos, que fueron labrados por Seco Imberg en 1929. En cuanto a la saya que vemos sobre los respiraderos, conocida como la isabelina, hay que comentar que es de terciopelo azul bordado en oro por un autor desconocido en el siglo XIX.







De propiedad privada es "El sueño de la Divina Pastora", una obra de 2008 de Fernando Murciano inspirada en la que Sebastián Santos realizó para el Convento de Capuchinos de Sevilla. Es de madera de caoba policromada al óleo y estofada al temple, y tiene un aro de estrellas en plata de ley de Mariscal.


Y concluimos el completo repaso a los contenidos de esta exposición con una gran obra, como es el techo del palio de María Santísima de la Esperanza, de la Hermandad de las Cinco Llagas. Está bordado en oro sobre terciopelo de Lyon de color burdeos y cuenta en la gloria con una representación de la Inmaculada Concepción de Sebastián Santos Rojas.





Sirva esta exposición por los 400 años del Voto Inmaculista para conocer un poco más en profundidad el riquísimo patrimonio de la Semana Santa jerezana, integrado por obras de gran valía en todas las artes, tanto enseres realizados y adquiridos originalmente por sus hermandades, como otros que éstas han sabido mantener procedentes de cofradías sevillanas que, con dudoso criterio, decidieron en su momento deshacerse de auténticas joyas que, en algunos casos, apenas procesionaron unos pocos años por Sevilla.
Por todo ello, pero también por muchas otras particularidades que la hacen especial, Jerez de la Frontera cuenta con una Semana Santa que merece ser conocida y disfrutada.

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