domingo, 1 de octubre de 2017

LA VIRGEN DE LA CABEZA ADELANTÓ UNA SALIDA MARCADA POR LOS ESTRENOS


La Virgen de la Cabeza, titular de la hermandad sevillana filial de la Patrona de Andújar y de la Diócesis de Jaén, salió este sábado por las calles de las feligresías de San Juan de la Palma y San Pedro, en una procesión que resultó adelantada respecto a lo habitual por los caprichos del calendario. Normalmente, la Virgen de la Cabeza sale el primer sábado de octubre, pero en esta ocasión lo ha hecho el último de septiembre, debido a que la salida precede a la función principal, que es siempre el primer domingo de octubre, que este año es precisamente día 1.
A las seis y media de la tarde se abrían las puertas de San Juan de la Palma y desde Espíritu Santo llegaba la Banda de Cornetas y Tambores Varón de Dolores, de la Hermandad del Sol, dispuesta a ocupar su lugar encabezando la procesión.
Las jambas de la puerta del templo se presentaban adornadas con flores con motivo de esta salida procesional, cuyo cortejo se iniciaba con la característica cruz de guía con espejitos y los no menos curiosos faroles metálicos octogonales. Seguidamente, iban varias parejas de niños con cirios blancos, el simpecado entre faroles con forma estrellada y las representaciones de otras hermandades filiales de la Virgen de la Cabeza, como la de Palma del Río y la de Arjonilla, además de las corporaciones vecinas de la Virgen de Guadalupe de la Misericordia, la Virgen del Mar, la Pastora de Santa Marina y la Virgen del Pilar. Después iba el libro de reglas, varias hermanas con mantilla y una bandera concepcionista, la representación de la Hermandad de la Virgen de Montemayor con su estandarte corporativo y el propio estandarte de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza.














Desde el mismo momento en que el templo se abrió y el cortejo comenzó a salir, desde fuera se podía escuchar a la Banda de Música de la Cruz Roja interpretando la marcha "Amarguras". Y es que, antes de comenzar su recorrido por las calles, la Virgen de la Cabeza se acercó hasta el presbiterio de la iglesia para situarse frente a la Virgen de la Amargura, con la junta de gobierno de la cofradía del Domingo de Ramos junto a la de la Virgen de la Cabeza. Además, Fray Manuel García López, fraile trinitario, orden que reside en el Santuario de la Cabeza de Andújar, pronunció unas palabras dedicando la salida procesional a "los que sufren, los enfermos", y pidió a la Virgen por la paz.
Los cofrades de la Amargura regalaron a la Virgen de la Cabeza un ramo de flores que se colocó sobre el paso y antes de salir se cantó la Salve. Finalmente, el capataz, Manuel Roldán Rojas, dedicó la levantá para encaminarse hacia la puerta a la Hermandad de la Amargura.







Por fin, el paso de la Virgen de la Cabeza salió a las calles precedido por el cuerpo de acólitos, vestidos con dalmáticas de color verde y portando seis ciriales. La Virgen vestía un año más el manto azul y la saya blanca, bordados en oro en el taller de Santa Clara y estrenados en la procesión extraordinaria para presidir el Pregón de las Glorias de 2016. El Niño Jesús, sin embargo, estrenaba una nueva túnica del mismo taller bordada sobre terciopelo rojo y donada por una familia de la hermandad.
No fue el único estreno de este año, dado que también era novedad la vara de mando que un ángel sujeta sobre la peana, con empuñaduras en plata de ley, la restauración de dos ángeles de principios del siglo XX ubicados en la delantera por parte de Rocío Sáez Millán, y las pinturas de los faldones laterales, obra de Pedro José López Martos, que representan por un lado la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen y por otro la Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad.
Tras la interpretación del Himno de España, el paso se detuvo delante de la puerta y posteriormente siguió mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba una versión muy llamativa del Ave María de Schubert, con la que el paso llegó hasta el inicio de la calle Feria. Antes, desde un edificio ubicado frente a la puerta de salida, cayeron dos grandes petaladas sobre la Virgen de la Cabeza.

























Hay que comentar un detalle del paso, como es la decoración de los codales situados en los dos guardabrisas de la parte frontal flanqueando a la rosa de oro. La pintura de estos codales, realizada también por Pedro José López Martos, representaba los escudos de las hermandades filiales de Palma del Río, que este año ha procesionado por primera vez, y de El Carpio, cuya imagen titular será coronada canónicamente el próximo 14 de octubre.
La Virgen de la Cabeza comenzó a recorrer la calle Feria a los sones de “El Corpus”, buscando la zona más estrecha de la calle, en la que el paso, adornado con rosas y nardos, se detuvo. A continuación, se levantó y fue acercándose hasta la Capilla de Monte-Sión, cuya hermandad esperaba para recibir a la Virgen, que llegó ante la puerta con “Morena de luz de luna”, una de las habituales composiciones que suelen escucharse tras la Virgen de la Cabeza en sus salidas procesionales.
Con el cortejo parado en la antigua Plaza de los Carros, hacia la que después iba a seguir la procesión, el paso se plantó ante la puerta de la capilla de la cofradía del Jueves Santo y se volvió a ella. La Hermandad de Monte-Sión regaló un ramo de flores y después, mientras se realizaba un relevo de costaleros, el mismo fraile dirigió algunas oraciones.


































La levantá ante la puerta de la capilla se dedicó a la Hermandad de Monte-Sión y, a continuación, la Virgen de la Cabeza se dispuso a retomar su camino mientras la Banda de la Cruz Roja interpretaba precisamente la marcha “Rosario de Monte-Sión”.
Con ella, el paso llegó hasta el bar Vizcaíno, deteniéndose de nuevo antes de que el capataz dedicara otra levantá, en este caso a un costalero que en ese momento estaba bajo el paso, así como a su mujer y a sus hijos, que estaban fuera siguiendo la procesión.
Posteriormente, la Virgen de la Cabeza giró hacia la Plaza de Monte-Sión rumbo a la calle Almirante Espinosa, en este caso a los sones del pasodoble “Morenita y pequeñita”, que incluye una letra que muchos cantan alrededor del paso.




















A partir de ahí, la Virgen de la Cabeza recorrió las calles habituales, visitando a lo largo del itinerario los conventos del Espíritu Santo, las Hermanas de la Cruz y el Pozo Santo, así como la Parroquia de San Pedro y la Capilla de la Divina Pastora, antes de regresar a San Juan de la Palma, donde entró alrededor de las once y media de la noche. Sevilla fue así, un año más, un trocito de Andújar en pleno corazón hispalense gracias a su pujante hermandad filial.

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