El pasado fin de semana tuvo lugar en la Parroquia de San Nicolás el besamanos a María Santísima de la Candelaria, coincidiendo con la celebración de su festividad. Como es costumbre, la dolorosa del Martes Santo se presentó a los devotos sobre una tarima en el presbiterio del templo, donde ofreció la mano derecha, mientras que con la izquierda sujetaba un pañuelo y un rosario.
La Candelaria, que vestía su manto procesional, saya blanca de tisú bordada en oro y fajín de almirante de la Armada Española, lucía la corona de salida, un puñal y algunos broches, uno de ellos con su advocación, así como la medalla del Cabildo de Tenerife. Asimismo estaba elevada sobre la peana de plata de ley estrenada el año pasado y realizada por Orfebrería Ramos.
Junto a ella, sobre pequeños pies de base cuadrada, se dispusieron dos jarras de su paso de palio con diversas especies florales de color blanco, mientras que otras estaban ante las barandillas del presbiterio alto, que estaban cubiertas por telas de damasco rojo. Y detrás de ellas, asomaban la bandera concepcionista a la izquierda y la de la hermandad, restaurada el año pasado, a la derecha.
Al fondo, el simpecado de la hermandad presidía el dosel de cultos sobre una estructura formada por parte de los respiraderos del paso de palio, con diversos candeleros con cera blanca y más jarras del palio con las mismas flores antes descritas. Por otro lado, delante de todo el conjunto había cuatro altos blandones de plata.
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