jueves, 6 de febrero de 2020

FUNCIÓN Y BESAMANOS A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE LOS GITANOS


Tras el triduo que tuvo lugar entre el jueves y el sábado, y la función del domingo, la Hermandad de los Gitanos celebró el besamanos a María Santísima de las Angustias, que para ello se presentó a los fieles en el centro de una tarima ubicada en el presbiterio del santuario de la cofradía y sobre una peana de madera dorada en la que había algunas flores blancas.
La dolorosa que cierra la Madrugá estaba vestida con el manto procesional de Fernández y Enríquez, bordado en oro sobre terciopelo burdeos, saya azul también bordada por este taller y fajín rosa con flores. Además, lucía la corona de salida y un puñal con varios broches en el pecherín, así como una medalla de la Virgen de los Reyes a la altura del vientre. Por otro lado, en cada mano sujetaba un rosario, a lo que hay que añadir un pañuelo en la izquierda, mientras que la derecha la extendía para recibir los besos de los devotos.
En diferentes zonas del altar se colocaron varias jarras del paso de palio con flores de tonalidades diversas, dos de ellas junto a la Virgen y dos candelabros de plata, otras dos en los extremos sobre altas columnas doradas y el resto en el altar montado ante un enorme cortinaje de terciopelo rojo que cubría toda la zona del camarín de la dolorosa.
Este altar contaba con un dosel en su parte superior, una peana sobre la que estuvo la Virgen de las Angustias durante el triduo, pequeños candelabros dorados, una talla del Niño Jesús ante un manifestador, cuatro tallas de ángeles mancebos y dos de los evangelistas del paso del Señor de la Salud; en concreto, San Lucas en el lado izquierdo y San Juan en el derecho.




























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