miércoles, 4 de marzo de 2020

GRAN PODER. MESA TE ESCULPIÓ, SEVILLA TE HIZO. 400 AÑOS DE DEVOCIÓN


El pasado 31 de enero se inauguraba en la sede de la Fundación Cajasol una exposición que apura sus últimos días abierta, dado que este domingo será clausurada después de haber recibido una enorme cantidad de visitantes. Se trata de "Gran Poder. Mesa te esculpió, Sevilla te hizo", dedicada al cuarto centenario de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
La muestra, que cuenta con un recorrido algo laberíntico entre la sede de la antigua Audiencia y el desaparecido Bazar Victoria, se divide en seis salas que se agrupan en dos secciones. La primera, titulada "Trabajos de amor en el tiempo", engloba las tres primeras salas ("Hermandad", "Iglesia" y "Devoción popular"), mientras que a la segunda sección, de nombre "Vestido de esplendor y majestad", pertenecen las tres últimas salas ("Culto" y "Ofrenda"), siendo que la cinco y la seis comparten nombre.
Como es habitual, repasamos sala a sala, todos y cada uno de los elementos expuestos, comenzando lógicamente por la primera sala, "Hermandad", donde, además de tres grandes fotografías con los rostros del Señor del Gran Poder, el Cristo de la Conversión de Montserrat y el de la Agonía de Vergara, todos ellos de Juan de Mesa, vemos en primer lugar el contrato de aprendizaje del imaginero cordobés con quien fue su maestro, Juan Martínez Montañés, de noviembre de 1607. Hasta entrado el siglo XX, se atribuía a Montañés la paternidad artística del Gran Poder.


Del 1 de octubre de 1620 es la carta de pago de los 2.000 reales que recibió Juan de Mesa por la hechura de las imágenes del Señor del Gran Poder y de San Juan Evangelista para la cofradía conocida entonces como la del Traspaso.


Y al lado, fechada el 4 de marzo de 1688, está la carta de obligación de pago del paso del Señor, realizado por Francisco Antonio Gijón.


Junto a estos tres documentos hay una pintura del arzobispo de Sevilla en tiempos del encargo del Gran Poder a Juan de Mesa, Pedro Vaca de Castro y Quiñones, realizada al óleo sobre lienzo por un pintor desconocido.


También es anónimo un lienzo de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso y San Juan Evangelista, realizado entre 1860 y 1900.


A continuación, nos encontramos con una fotografía de gran tamaño del Señor del Gran Poder en su capilla de la Parroquia de San Lorenzo, donde reciben culto en la actualidad los titulares de la Hermandad de la Bofetá.


Muy interesante es el tríptico que representa a los tres titulares de la Hermandad del Gran Poder, y que se encuentra en la sala de cabildos de la corporación. Fue realizado por un autor anónimo entre 1925 y 1929, y son de madera tallada, dorada y estofada, con fotografías pintadas sobre lienzo y tabla.




Y justo encima hay un lienzo de formato semicircular, que representa a Cristo camino del Calvario, pintado al óleo por José Huelva en 1777.


A continuación, de distintos autores son las pinturas dedicadas a cada uno de los hermanos mayores que ha tenido la hermandad desde 1885 hasta 1992. Son Bernardo Losada y Pastor, Pedro Agustín Armero Ureta, Antonio Mejías Asencio, Francisco González Álvarez, Hilario del Camino Martínez, Basilio del Camino, Juan de Dios de Soto y del Pozo, José Mejías Asencio, Antonio Esquivias Zurita, Miguel Lasso de la Vega y Marañón, José Luis Gómez de la Torre, Juan del Cid Calonge, Rafael Duque del Castillo y Antonio Ríos Ramos.





También se exponen los cuadros de dos mayordomos importantes en la historia de la hermandad, como fueron José Benjumea en el siglo XVIII y Rafael de Góngora en el XIX.



La hermandad conserva una talla de marfil de San Juan Bautista con lábaro de plata cincelada. Es una obra anónima del siglo XVIII donada a la corporación en 1894.


Pasamos a contemplar ahora los documentos expuestos en una vitrina; en primer lugar, el Libro de Reglas de 1792, abierto por las vitelas que representan a los titulares.


A su lado, el libro del inventario de bienes de 1720.


Vemos también el libro de inscripción de hermanos correspondiente al periodo 1551-1654.


A continuación, encontramos la diligencia de aprobación de las reglas de 1792.


Seguimos con un documento del 31 de agosto de 1620 donde se da testimonio de la autoría del Señor del Gran Poder por parte de Juan de Mesa.


Se muestra también el contrato de los capataces y costaleros de los pasos para la Semana Santa de 1655, incluido en el libro de actas de la hermandad del periodo 1654-1741.


Del 13 de septiembre de 1722 es la carta de donación de cuatro faroles encargados por el matrimonio formado por Isidoro de Mesa y Josefa Teresa Estrada.


Pasamos al 12 de diciembre de 1582, cuando se traslada la escritura de una capilla en el antiguo Convento del Valle, actual Santuario de la Hermandad de los Gitanos, fechada el 21 de julio de 1730.


Por último, vemos la Real Provisión del Consejo de Castilla del 24 de noviembre de 1798, en el que se aprobaba una concordia entre la Hermandad del Gran Poder y la de la Carretería, que por entonces también salía en la Madrugada del Viernes Santo.


En la pared hay varias convocatorias de cultos de diferentes años, entre ellas la de los cultos extraordinarios por el cincuentenario de la concordia entre el Gran Poder y la Macarena.




Muy curioso es el oficio de la Hermandad del Gran Poder al Cabildo Catedral en 1874 solicitando permiso para sustituir los costaleros por un sistema de ruedas, incluyendo un plano explicativo del sistema ideado. El motivo que se da para ello es evitar "las desacompasadas voces de los mandaderos y el lenguaje soez e impío que emplean maldiciendo y blasfemando contra lo más alto y sagrado de nuestra Santa Religión".


Llegamos a otra vitrina, que muestra en primer lugar el libro de honor de la hermandad, que el 2 de enero de 1865 recibió como hermanas a las infantas María Amalia y María Cristina de Orleáns y Borbón.


De 1899 es la Ordenanza de Nazarenos de la cofradía, con las normas a seguir durante la estación de penitencia.


Vemos también dos escudos de la túnica de nazareno bordados en oro y seda en torno al año 1850.


A su lado se mostraba una papeleta de sitio del año 1830 y el actual Libro de Reglas.



También se muestra el manuscrito del Cardenal Marcelo Spínola proponiendo la concordia entre las hermandades del Gran Poder y la Macarena.


En 1931 la hermandad tenía previsto celebrar el quinto centenario de su fundación con un programa de actos que finalmente no se llevó a cabo, como se explicó en una carta enviada a los hermanos, donde se indicaba que los actos se sustituían por unos cultos extraordinarios.


Por último, se mostraba un ejemplar de junio de 1913 de "El mensajero del Señor", una publicación informativa mensual de la hermandad.


Continúa lo expuesto en esta primera sala con tres obras situadas en la escalera de acceso a la segunda. Así, se muestra una pintura en técnica mixta sobre papel de José Morón Ruiz, quien pintó la capilla de la hermandad en San Lorenzo en 1960.


Igualmente, vemos un crucificado de marfil tallado, una cruz de madera y remates de plata labrada y cincelada; es de autor anónimo del siglo XVIII.


Por último, vemos el óleo sobre lienzo de Gonzalo Bilbao titulado "Paso de Semana Santa", pintado en 1921 y perteneciente al Real Alcázar de Sevilla.


Nos adentramos en la segunda sala, titulada "Iglesia", donde nos recibe una vitrina con diferentes enseres relativos a la figura de Fray Diego José de Cádiz, fraile capuchino que fue hermano del Gran Poder. A él pertenecieron un crucifijo y un camafeo de la Divina Pastora.


Además, se muestran varios ejemplares de la novena al Señor del Gran Poder que él mismo escribió.


Y también se expone la correspondencia de 1784 entre Fray Diego José de Cádiz y el hermano mayor sobre la necesidad de que el Consejo de Castilla aprobara las Reglas de la hermandad.



Continuamos con una pintura al óleo sobre lienzo de la Divina Pastora de las Almas, siguiendo el modelo de Alonso Miguel de Tovar de 1732, y un retrato de Fray Diego José de Cádiz de autor desconocido y realizado hacia 1895.



La vinculación de la Hermandad del Gran Poder con Fray Diego José de Cádiz motivó que el 2 de agosto de 1995 se estableciera carta de hermandad entre la corporación y la Orden de Frailes Menores Capuchinos.


Continuamos con una sacra de gracias e indulgencias concedidas a la capilla del Señor del Gran Poder de la Parroquia de San Lorenzo, realizada en 1731 en madera tallada, policromada y serigrafiada.


Después vemos una serie de pinturas de diferentes arzobispos de Sevilla y de autoría anónima, como los de Diego de Anaya y Maldonado (1418-1457), Pedro González de Mendoza (1464-1483), Manuel Arias y Porres (1702-1717), Francisco Javier Delgado y Venegas (1776-1781) y Alonso Marcos de Llanes y Argüelles (1783-1795).






Los siguientes, pertenecientes como los anteriores a la colección del Palacio Episcopal de Sevilla, sí que tienen un autor conocido. Así, vemos el retrato de Enrique Almaraz y Santos (1907-1920), pintado por R. Blas R.


De Alfonso Grosso es la pintura de José María Bueno Monreal (1957-1982), arzobispo de Sevilla cuando se construyó la Basílica.


A su lado, está el retrato de su sucesor, Carlos Amigo Vallejo (1982-2009), pintado por Francisco Borrás. Amigo Vallejo era el arzobispo cuando se aprobó la declaración del templo del Señor como Basílica Menor.


Finalmente, de Juan Valdés es el retrato del arzobispo actual, Juan José Asenjo Pelegrina.


Ante todos estos retratos se exponen diversos documentos. El más reciente es el de la concesión del Año Jubilar por el cuarto centenario del Señor del Gran Poder, fechado el 26 de julio de 2019.


Vemos también la vitela de encuadernación del libro de hermanos de 1677, cuando la hermandad residía en el antiguo Convento del Valle.


En un libro de actas de la hermandad consta el acuerdo de marzo de 1906 para encargar y colocar un retrato del Cardenal Marcelo Spínola para presidir los cabildos de oficiales.


Se muestra también el acuerdo del cabildo de oficiales de la Hermandad de Nuestra Señora de Rocamador, hoy fusionada con la Soledad de San Lorenzo, para recibir en los límites de la collación a la Hermandad del Gran Poder en su traslado desde San Acacio, su anterior sede en la calle Sierpes, hasta la Parroquia de San Lorenzo el 16 de abril de 1703.


Del 23 de julio de 1731 es la bula de Clemente XII en la que se renueva a perpetuidad la agregación de la Hermandad del Gran Poder a la Basílica de San Juan de Letrán de Roma del año 1500.


Por último, vemos el nombramiento del Cardenal Spínola como hermano mayor honorario perpetuo, según el cabildo de oficiales del 24 de abril de 1897.


Precisamente, el Cardenal Marcelo Spínola y Maestre, quien fuera párroco de San Lorenzo y arzobispo de Sevilla, merece un espacio aparte en la exposición, donde se muestran diferentes enseres. En primer lugar, vemos dos bonetes suyos junto al kilométrico o billete de libre circulación de Renfe, al que tuvo derecho como senador que fue. Este kilométrico es del año 1901.


A su lado, vemos su retrato, correspondiente también a la colección del Palacio Episcopal de Sevilla, así como parte de la vestimenta utilizada a lo largo de su magisterio.




También se puede ver una talla en barro del Cardenal Spínola, así como su báculo, labrado en plata.



Contemplamos también un copón de 1965 de plata labrada y cincelada, obra de Fernando Marmolejo. Fue un regalo de la Hermandad de la Macarena a la del Gran Poder con motivo de la consagración del nuevo templo del Señor del Gran Poder, actualmente Basílica Menor.


Seguimos con un apagavelas de plata regalado también por la Macarena al Gran Poder, así como el escudo del Gran Poder realizado en oro, esmalte y pedrería por Emilio García Armenta, regalado a la Macarena en 1964 con motivo de su Coronación Canónica.



Todos estos presentes entre las dos corporaciones se exponen en esta parte de la exposición porque el Cardenal Spínola fue el principal artífice de la concordia entre ambas en 1903, aún vigente en la actualidad, por la que el Gran Poder pasa por la carrera oficial por delante de la Macarena. Por este motivo, se expone también el acta de dicha concordia y un cuadro ofrecido al Gran Poder por el hermano mayor de la Macarena en 1953, en el cincuentenario de dicha concordia.



Salimos del espacio del Cardenal Spínola y continuamos en esta segunda sala con la bula pontificia del Papa Juan Pablo II del 29 de diciembre de 1992 por el que el templo del Gran Poder pasó a ser Basílica Menor.


A su lado, se pueden ver algunos bocetos del templo, realizados entre 1958 y 1965 por Antonio Delgado Roig y Alberto Balbontín de Orta.


A continuación, vemos cuatro carteles. El primero es el del jubileo de las hermandades y cofradías de la archidiócesis por el Año de la Misericordia, pintado en técnica mixta sobre lienzo por Juan F. Lacomba en 2016.


Después está el cartel conmemorativo de los cincuenta años de construcción de la Basílica, pintado por Daniel Bilbao en técnica mixta sobre tabla en 2015.


De Daniel Puch Rodríguez-Caso es el cartel del Vía Crucis del Año de la Fe de 2013, pintado en acuarela sobre papel.


El cuarto cartel es el del XXV aniversario de la construcción de la Basílica del Gran Poder, pintado en 1990 por Joaquín Sáenz en pastel y cera sobre lienzo.


Antes de abandonar la segunda sala de la exposición podemos contemplar un lienzo pintado al óleo por un autor desconocido donde se representa al Señor del Gran Poder. La curiosidad es que ante esta pintura se fundó en 1940 la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena de Madrid.


Esta parte de la sala se centra en la expansión de la devoción al Señor del Gran Poder fuera de Sevilla e incluso de España. Así, aparte de un listado de hermandades del Gran Poder fundadas en el mundo, se muestra como ejemplo una enorme fotografía de la procesión de Jesús del Gran Poder de Quito (Ecuador), que se celebra cada Viernes Santo.


La tercera y última sala de la sección "Trabajos de amor en el tiempo" es la llamada "Devoción popular", que muestra en primer lugar una interesante colección de retablos cerámicos que representan al Señor del Gran Poder. Es el caso del pintado en acuarela por José Macías y Macías en 1924.


A su lado, hay una copia del azulejo situado en la fachada de la Parroquia de San Lorenzo, realizada por su mismo autor, Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela, en 1921. Son azulejos planos pintados.


Volvemos a José Macías y Macías, quien en 1940 hizo un retablo del Gran Poder con azulejos pintados y de cuerda seca.


Al mismo Macías se atribuye el siguiente retablo de azulejos, realizado hacia 1940 en técnica mixta de cuerda seca y azulejo plano pintado.


Sin que se sepa exactamente su autor, pero atribuidos a la fábrica de Mensaque Rodríguez y Cía., son los tres siguientes retablos cerámicos, hechos también en técnica mixta de cuerda seca y azulejo plano pintado, de 1920.




A José Macías y Macías se atribuye el siguiente retablo, de técnica mixta de cuerda seca y azulejo plano pintado, de la década de los años veinte.


De la misma década es el retablo de azulejo plano pintado de P. P. Molina, realizado en la fábrica de Manuel Montero, en Triana.


Seguimos con un azulejo de entre 1940 y 1950, atribuido a la fábrica de Santa Ana y realizado en técnica mixta de cuerda seca y azulejo plano pintado.


Con la misma técnica encontramos un azulejo de la fábrica de Pedro Navía, de Triana, realizado aproximadamente en 1950.


De la fábrica del Carmen es el siguiente retablo de azulejo plano pintado, de 1940.


De esta época es también el siguiente retablo, de autor anónimo, obra nuevamente de técnica mixta.


Y el último retablo, de azulejo plano pintado, es el que hacia 1900 se hizo en la fábrica Montalván de Triana.


Vemos ahora en una pequeña vitrina y entre algunas antiguas fotos y estampas, un escrito de 1784 que da testimonio de la hermandad en los autos que se seguían ante la Real Audiencia para demostrar su labor piadosa y caritativa; y el acta del cabildo de oficiales del 3 de octubre de 1953 en el que se aprobaba el proyecto de creación de la Bolsa de Caridad.


A continuación, está el título de concesión de la Medalla de la Ciudad de Sevilla a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, fechado el 10 de marzo de 1995, y debajo está precisamente dicha medalla.



En otra vitrina encontramos diversos enseres de devoción particular, entre los que se encuentra una de las conocidas como potencias de los enfermos, debido a que se llevaban a la casa de los hermanos enfermos para darles consuelo. Son de aleación de plata labrada y de autor desconocido.


Y en la siguiente vitrina, se exponen los documentos relativos al navío "El Gran Poder de Dios", que en 1748 partió de Cádiz rumbo a Buenos Aires; y a la tartana "El Señor del Gran Poder", que en 1765 recorrió la distancia entre Cádiz y La Habana. Además, se muestra una réplica del avión "Jesús del Gran Poder", que en 1929 voló desde Sevilla hasta Bahía (Brasil).




Enmarcados hay un buen número de exvotos de plata y metal plateado de entre los siglos XVIII y XX.


Seguimos con varios altares devocionales domésticos, de entre los siglos XIX y XX.


Y ahora se muestran enseres muy variados en los que aparece representado el Señor del Gran Poder.


Después se expone una colección de fotomontajes de Semana Santa de entre los años 1940 y 1960, cuyo autor es Juan José Serrano y en los que se encuentra el Señor. Delante, vemos una miniatura de la imagen perteneciente al Museo del Hospital del Pozo Santo. Es de autor anónimo, de la segunda mitad del siglo XIX, realizada en terracota, madera y tela encolada.



Podemos ver luego una camisa morada de la misma tonalidad que la túnica lisa del Señor del Gran Poder, así como un cordón amarillo similar al del propio Nazareno.


Luego, entre estampas y fotos antiguas, se expone una plancha de cobre para grabado calcográfico de 1784, obra de José Braulio Amay y Garay.


En la pared vemos un grabado realizado con esa misma plancha, junto a otros grabados de diferentes épocas.


En un rincón de esta tercera sala encontramos una imagen denominada Cristo del Gran Poder, tallada en madera por Rafael Lafarque Rengel entre 1930 y 1933. Fue donada a la capilla de la Plaza de Toros de Las Ventas por Manuel Mejías Rapela 'El Papa negro'. Alrededor vemos unas jarras llamadas "Gabrielas", ofrenda de Gabriela Ortega Feria, esposa de Fernando Gómez 'El Gallo' y madre de Rafael y José Gómez Ortega; una oreja de oro obtenida en 1941 en México por Joaquín Rodríguez Ortega 'Cagancho' y ofrecida al Señor; un capote de paseo de Morante de la Puebla, otro de Gonzalo Caballero y un tercero que parece haber sido donado por Miguel Espinosa 'Armillita'; un traje de torear de Manuel Jesús 'El Cid'; y dos fotos de los bautizos del hijo de Cayetano Ordóñez y Aguilera 'Niño de la Palma', y del hijo de Manuel Jiménez Moreno 'Chicuelo', ambos en 1928.


Para ver la influencia del Señor del Gran Poder en la literatura, la música e incluso el cine, se muestran en varias vitrinas diversos enseres. Además, un vídeo proyecta escenas de la película "Currito de la Cruz", basada en la obra del mismo nombre de Alejandro Pérez Lugín, en la que aparece el Señor en su paso por las calles.





Termina esta tercera sala con los dos fotomontajes realizados en 2015 por Fran Lorka para la exposición "Las huellas del Señor", conmemorativa de los cincuenta años de la Basílica del Gran Poder (ver). El rostro del Nazareno de Mesa está formado por las fotos de cientos de hermanos. Uno de los fotomontajes está hecho en blanco y negro, y el otro en color.



Pasamos a la segunda sección de la exposición, denominada "Vestido de esplendor y majestad", que nos lleva al patio de la sede de Cajasol, considerada en la muestra como la sala cuatro, llamada "Culto". En ella se encuentra el paso procesional del Señor del Gran Poder, que ya estuvo en ese mismo lugar en 2012 tras su restauración (ver).
El paso fue tallado por Francisco Antonio Gijón entre 1688 y 1692, lo que lo convierte en el más antiguo de toda la Semana Santa sevillana. Cuenta con respiraderos bordados en 1909 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y con baquetón y maniguetas de Manuel Guzmán Bejarano de 1969.
De la talla del paso destacan los relieves de las cartelas; en el centro de cada lado del paso hay una escena de la Pasión de Cristo, tales como el Prendimiento, la Coronación de Espinas, la Flagelación y Jesús ayudado por Simón de Cirene cargando con la cruz, y en las esquinas hay otras tantas escenas bíblicas, como la vuelta del hijo pródigo, Moisés haciendo brotar agua en la peña de Horeb, Sansón destruyendo el templo de Dagón y el Arca de Noé.
En las esquinas delanteras del paso no están los habituales faroles, sino dos candelabros que formaron parte del paso entre 1882 y 1907, y que fueron realizados en madera tallada y dorada por un autor desconocido. Estos candelabros pertenecen en la actualidad a la Hermandad de la Vera-Cruz de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera.
























A la misma hermandad cordobesa pertenecen también unos respiraderos de madera dorada que llevó el paso del Gran Poder entre 1865 y 1907. Parte de éstos se pueden ver también en la exposición. Hay que indicar que tras deshacerse de ellos, estos respiraderos pasaron a la Hermandad de la Soledad de San Buenventura, que los tuvo hasta 1956. De ahí, el paso completo de la Soledad, incluyendo dichos respiraderos, pasó a la Hermandad del Amor de Jerez de la Frontera hasta 1993, cuando fue adquirido por la referida cofradía cordobesa (ver).


Lo cierto es que, salvo esos pocos años en que el paso del Gran Poder llevó candelabros, lo cierto es que siempre fueron faroles los que iluminaron al Señor, al menos que se sepa desde principios del siglo XVIII. El más antiguo que se conserva es de 1853, obra anónima de metal repujado y plateado que, junto a los otros tres, formaron parte del paso hasta 1858.


Los faroles actuales fueron realizados entre 1908 y 1909, y son obra de Rafael León Terga de plata repujada y dorada.


Para hacer estos faroles, Rafael León se inspiró en el conjunto de faroles de la Hermandad de la Soledad y Santo Entierro de Écija, realizados en plata repujada por Damián de Castro en 1765.



Para demostrar visualmente la evolución del paso del Señor del Gran Poder, el patio cuenta con diversas fotografías de gran formato en las que se ve cómo procesionaba en distintos periodos: de 1862 a 1864, de 1865 a 1880, de 1882 a 1907, en 1908, en 1909 y de 1909 a 2020.







Al igual que en aquella exposición de 2012, también aquí vemos la cruz de guía de la Hermandad del Gran Poder, obra igualmente de Francisco Antonio Gijón de madera tallada, dorada y policromada de 1715, y que tiene la característica de contar con diversos elementos alusivos a la Pasión del Señor.





Junto a la cruz se reproduce un texto de Ignacio Tovar de 1991 con un texto explicativo de la propia cruz de guía, así como un dibujo al carboncillo de cada uno de los elementos que la componen.




Finalmente, en el patio vemos una recreación del que era el tradicional altar de la novena a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder entre los siglos XIX y XX, cuando la hermandad residía en la Parroquia de San Lorenzo. Consta de dosel de madera dorada y policromada perteneciente hoy a la Parroquia de San Martín de Almonaster la Real (Huelva); la peana procesional de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, de plata y atribuida a José Alexandre y Ezquerra (1771-1780); las peanas de madera dorada de la Virgen y San Juan (1914) y un manifestador (1931), todo ello de madera dorada obra de Juan Vélez, Alfredo Piñol y José Rodríguez Correal; un frontal de altar de 1919 bordado en oro y seda sobre tisú de plata por las religiosas del Convento de Santa Isabel y pasado a nuevo tejido y adaptado por Luis Miguel Garduño en 2018; candeleros de madera dorada de autor anónimo del siglo XIX; candelería de metal plateado de 1900; candelería de alpaca de 1987, obra de Orfebrería Triana; y jarras de plata de Jorge Ferrer (1936).









Y llegamos a las dos últimas salas, la cinco y la seis, que comparten nombre: "Ofrenda". En la quinta sala se expone únicamente la nueva túnica, llamada de los devotos, presentada el pasado mes de enero (ver). Ha sido bordada en oro sobre terciopelo morado, reproduciendo la túnica desaparecida de Francisca de Paula Zuloaga de 1817. Su confección ha estado a cargo del taller de Santa Bárbara, con dibujo de Francisco Javier Sánchez de los Reyes. Además, tiene un cíngulo de oro de Cordonería Alba. Detrás hay una foto antigua del Señor del Gran Poder con la túnica en la que se basa la nueva.









Esta nueva túnica contará con un forro, también expuesto en esta sala, donde están escritos los nombres de cada uno de los donantes que han hecho posible la confección de la prenda.


Y así llegamos a la sexta y última sala, donde nos encontramos con las potencias de filigrana de plata dorada y amatistas, de 1860.


Vemos también la túnica conocida como la de la corona de espinas, bordada en hilo de oro sobre terciopelo morado por Teresa del Castillo, según el diseño de Antonio del Canto (1857).


Seguimos con una de las cantoneras de la cruz de salida del Señor, de filigrana de plata dorada y amatistas (1861), a juego con las potencias antes referidas.


Se expone también la túnica de los cardos, diseñada por Emidgio Serrano y bordada en 1881 en oro sobre terciopelo morado por las hermanas Josefa y Ana Antúnez. El cíngulo de oro que la acompaña fue donado por la Hermandad de Santa Genoveva en el L aniversario de la construcción de la Basílica.


Desde México llegaron unas potencias que son precisamente conocidas como las mexicanas, donadas por una devota en 1954 y realizadas por un autor desconocido en oro cincelado con amatistas engastadas.


Vemos ahora la túnica persa, bordada en oro sobre terciopelo granate por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1908.


A continuación, contemplamos las potencias del JHS, labradas en 1915 en oro cincelado con zafiros engastados.


De 1910 es la túnica morada lisa, de paño de lana merina, con un cíngulo de los denominados de mecha.


Las últimas potencias que se muestran son las de los escudos, realizadas en oro y plata labrada dorada por Silvio Dalmás en 1926.


Finalmente, podemos observar la túnica de la guardilla, bordada en oro sobre terciopelo granate por un autor desconocido en 1927.


El recorrido nos devuelve a la entrada de la calle Entrecárceles tras abandonar la última sala, habiendo asistido a una muy completa exposición organizada con gran gusto y con un relato muy didáctico y acertado. Si aún no la han visto in situ, aprovechen estos últimos días; y si la han visto ya, repitan con calma porque verdaderamente merece la pena.

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