miércoles, 16 de septiembre de 2020

LA HERMANDAD DEL MAYOR DOLOR VIVE UN VIERNES DE DOLORES EN SEPTIEMBRE


Coincidiendo con la festividad de los Dolores, la Hermandad del Mayor Dolor de Jerez vivió ayer una jornada que sirvió en parte para quitarse la espinita del pasado Viernes de Dolores, día en el que la cofradía del Jueves Santo celebra cada año el besamanos a su Virgen titular y que este 2020 no pudo llevarse a cabo.
Por ello, y de manera extraordinaria, la Virgen del Mayor Dolor bajó ayer de su altar al encuentro de sus devotos en la Parroquia de San Dionisio, presidiendo un altar efímero al pie de su retablo, en cuyo camarín pudo verse a la talla del Ecce Homo de la misma corporación.
Sobre una peana de madera dorada y cristal, la dolorosa de Ignacio López se presentó vestida con manto negro y saya burdeos, ambos bordados en oro, y con un cordón dorado en la cintura. Lucía la corona de salida, su largo puñal y varios broches en el pecherín; entre ellos, uno nuevo regalado por la junta de gobierno de la hermandad que pronto finaliza su mandato. Se trata de un broche plateado de forma circular con el emblema simplificado de la hermandad, el que los nazarenos llevan en el antifaz, formado por el corazón con los siete puñales dentro de la corona de espinas.
Flanqueando a la Virgen de las manos extendidas había dos columnas de madera dorada en las que se apoyaban sendos candelabros de plata con cinco velas blancas cada uno. Tanto la dolorosa como estos candelabros estaban sobre una alfombra que adornaba el suelo.
Esta exposición a la veneración de la Virgen del Mayor Dolor sirvió para estrenar cuatro jarras que tenían que haberse visto el pasado Jueves Santo en el paso de palio. Dos de ellas estaban delante, sobre pies de base cuadrada y color rojo, mientras que las otras dos se situaban detrás, sobre el banco del retablo. Las cuatro jarras contenían lilium de color blanco, flores que también veíamos delante de todo el montaje, en el suelo, así como un centro de nardos.
Por otro lado, junto a la cola del manto había dos ángeles mancebos, y delante del sagrario del retablo estaba la miniatura de la Virgen del Pilar que figura en la entrecalle de la candelería del paso de palio. Su presencia se debía a que, aunque lleva años utilizándose en el paso, ha sido recientemente donada por la camarera de la Virgen del Mayor Dolor, por lo que ha pasado a ser propiedad de la hermandad.
Finalmente, hay que indicar que ante el Señor del Ecce Homo había un centro de rosas rojas y dos guardabrisas de plata; y en el lado derecho del retablo veíamos el estandarte corporativo delante de la cruz de guía de la hermandad. Y al otro lado se encontraba la imagen de San Bartolomé, titular también de la que en su origen fue una hermandad hospitalaria vinculada a este apóstol.




























No hay comentarios:

Publicar un comentario