sábado, 19 de septiembre de 2020

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES, SOBRE LA PEANA DE SAN JOSÉ OBRERO


Nuestra Señora de los Dolores, de la Hermandad de San José Obrero, se muestra este fin de semana expuesta a la veneración en la nave del Evangelio de la parroquia, presidiendo un altar efímero similar al del besamanos que en condiciones normales tiene lugar cada año por estas fechas.
En esta ocasión, y dado que no se trata literalmente de un besamanos, la dolorosa se encuentra elevada sobre la peana procesional del santo titular del templo, lo que deja a la Virgen a una altura mayor que la habitual y hace que el manto de camarín de terciopelo rojo bordado en oro que viste caiga por completo en sus laterales sin llegar a tocar el suelo.
Combina este manto con una saya blanca de tisú también bordada y con un fajín hebraico en el que destacan los tonos azulados y dorados. En el tocado, de tonalidad dorada, tiene un broche alusivo a su advocación (el corazón atravesado por los siete puñales), así como otras joyas, mientras que en el vientre hay un alfiler con su advocación. Y en el fajín lleva prendidos más broches, un camafeo en el nudo y una medalla de la Patrona de Ciudad Real, la Virgen del Prado, regalada hace diez años por la Hermandad de la Flagelación de dicha capital manchega. La relación entre las dos corporaciones deriva de un cofrade, hermano de ambas, que propició que la cofradía ciudadrealeña prestase a la sevillana varios enseres de su paso de palio para una de las salidas procesionales de la Virgen de los Dolores cuando éstas tenían lugar en septiembre.
Por otro lado, la dolorosa de Luis Álvarez Duarte, la primera que talló, tiene en la mano izquierda un rosario, mientras que en la derecha sujeta una rosa de pasión y un colgante con la sierra, elemento iconográfico característico de San José Obrero.
Junto a la Virgen de los Dolores hay dos ángeles que parecen sujetar el manto y que están situados sobre sendas columnas de planta cuadrada. Y en los extremos están los nuevos candelabros de cola de su paso de palio, que deberían haber sido estrenados el pasado Sábado de Pasión. Son obra de Manuel de los Ríos, de Orfebrería Andaluza, taller encargado de toda la orfebrería que se está realizando en el paso.
A los pies de la Virgen hay un centro de rosas blancas, paniculata y nardos, mientras que ante los candelabros hay claveles también blancos, paniculata y antirrhinum.
Detrás, ante un gran cortinaje rojo que tapa la pared de este lado de la parroquia, hay un nuevo dosel, estrenado durante el triduo celebrado días atrás, para cuya gotera la priostía de la hermandad ha dado uso a parte de los antiguos paños de orfebrería de los Hermanos Delgado que formaban parte del paso de San José Obrero. Por último, a ambos lados del dosel hay unos artísticos marcos de madera dorada que cobijan en su interior más flores blancas.





























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