lunes, 11 de marzo de 2019

EL CRISTO DE LA SALUD DE MONTE-SIÓN, EXPUESTO EN BESAPIÉ TRAS SU VÍA CRUCIS


La Hermandad de Monte-Sión finalizó ayer los cultos anuales en honor al Santísimo Cristo de la Salud con la celebración de su besapié. Tras el triduo que tuvo lugar días atrás y el vía crucis del sábado por las calles de la feligresía, el crucificado de Luis Ortega Bru se presentó a los devotos ante un gran cortinaje de damasco rojo que ocultaba al completo el retablo mayor de la capilla de la corporación de la calle Feria.
El Cristo de la Salud estaba tumbado sobre una alfombra, apoyado en una estructura metálica que elevaba en gran medida los brazos de la cruz, mientras que la base de ésta se encontraba cubierta con diversas flores, como claveles de tonalidad cardenal, lirios morados y estátice.
Junto a la base de la cruz veíamos los dos faroles que van en los costeros del pequeño paso de palio en el que la Virgen del Rosario se desplaza cada 1 de noviembre en su rosario de la aurora. En el besapié estaban colocados sobre sendos pies de base cuadrada con decoración pictórica, como los que sujetaban, aunque de mayor altura, dos jarras del paso de palio de la dolorosa de la hermandad con las mismas flores antes descritas.
Finalmente, hay que indicar la presencia de cuatro candeleros dorados con altos cirios rojos que marcaban las cuatro imaginarias esquinas del altar del besapié, así como el estandarte corporativo en el lado izquierdo, la imagen del Señor de la Oración en el Huerto en el retablo del crucificado y la Virgen del Rosario, vestida de hebrea, ante la vidriera que da al patio interior de las dependencias de la hermandad.



























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