lunes, 11 de marzo de 2019

LA PIEDAD DEL BARATILLO PRESIDIÓ EN LA CARIDAD LA FUNCIÓN PRINCIPAL


Finalizado el último día del quinario en honor a Nuestra Señora de la Piedad y al Santísimo Cristo de la Misericordia, la Hermandad del Baratillo celebró en la noche del pasado sábado el traslado de ambas imágenes hasta la Iglesia de San Jorge, en el Hospital de la Caridad, para la función solemne que tuvo lugar en la mañana del domingo.
Fue pasadas las nueve de la noche cuando se inició un traslado en el que se estrenó Rafael Díaz Talaverón como capataz de la Piedad, tras la sorprendente destitución de Julián Huertas hace algunos días. Díaz Talaverón, que es desde hace años el capataz del paso de palio de la Virgen de la Caridad, deja este martillo a sus hijos para hacerse cargo del primero de los pasos de la corporación del Arenal.
La cruz alzada entre ciriales encabezaba el breve cortejo en el que iban diversas parejas de hermanos con cirios azules. También iban el estandarte corporativo y, ante las andas, la Escolanía de María Auxiliadora.
Pronto, tras sus seis ciriales, salió de la Capilla del Baratillo el conjunto de la Piedad en unas andas que venían adornadas con diversas especies florales de tonalidad roja. La Virgen, que lucía una de sus diademas de salida y un puñal en el pecherín, vestía el manto de color rojo oscuro bordado en oro por Jesús Rosado en 2010.
Tras salir a la calle Adriano, entre una gran multitud de gente, la Piedad se dirigió hacia Antonia Díaz en su camino a la Caridad, para tomar después la estrechez de Techada y Pavía.




















Al salir de Pavía, esperaba a la Piedad la Hermandad de las Aguas en la puerta del atrio de su capilla. Las andas se detuvieron precisamente ante la representación de dicha hermandad antes de continuar por la calle Temprado, donde más adelante se produjo la complicada maniobra de entrar en el recinto de la Caridad, salvando la baja altura del remate de su reja.
La entrada, con los cofrades que en ese momento portaban las andas sujetándolas con los antebrazos, se produjo sin mayor dificultad y seguidamente llegó otra tarea no mucho más sencilla, como fue subir los escalones de acceso al propio templo de San Jorge, al que entró la Piedad de espaldas, mirando hacia el exterior.
























De espaldas siguió avanzando la Piedad del Baratillo por toda la nave de la iglesia que mejor retrata en sus muros la fugacidad de la vida. Hasta el mismo presbiterio caminaron de esta forma la Virgen de la Piedad y el Cristo de la Misericordia muerto en sus brazos.
Posteriormente, se produjeron las oraciones finales y concluyó este breve traslado de cada primer sábado de Cuaresma.





La función principal se celebró ayer, domingo, a las once de la mañana. Posteriormente, se produjo el traslado de regreso a la capilla de la calle Adriano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario