Desde que en 1218 la Virgen se le apareciera a San Pedro Nolasco para pedirle que creara una orden que continuara con la importantísima labor de redimir cautivos, objeto principal de la orden mercedaria, que siglos atrás recibió el nombre de Santa Eulalia, la advocación de la Merced, que en la Edad Media tenía el significado de misericordia, caridad, gracia y limosna, se extendió no sólo por toda España, sino también por Europa y América. En España, la Virgen de la Merced se convierte en Patrona de Barcelona, lugar donde tuvo lugar la aparición mariana, aunque la expansión de la orden hará que el patronazgo se extienda por todo el país, lo que explica que haya sido tomada como patrona en otros lugares alejados de la capital catalana como Jerez de la Frontera (Cádiz) o la localidad ciudadrealeña de Herencia.
Pero si hay una ciudad mariana por excelencia en nuestro país, ésa es, sin duda, Sevilla, que cuenta entre sus innumerables imágenes de la Virgen con varias que reciben la advocación de la Merced, o de las Mercedes, plural que, precisamente por influencia andaluza, es el que los herencianos han adoptado mayoritariamente para referirse a su patrona.
Por utilizar un orden cronológico, en primer lugar hay que hablar, en la ciudad del Guadalquivir, de Nuestra Madre y Señora de la Merced, de la Hermandad de Pasión, hermandad que se funda en Sevilla poco tiempo después que otra del mismo nombre en Valladolid, en 1531. La hermandad sevillana se funda en el antiguo Convento Casa Grande de la Merced, por lo que esta advocación es la que eligen para su dolorosa. La actual imagen es obra de Sebastián Santos Rojas, de 1966. Hay que señalar que el mencionado convento fue expropiado a los mercedarios por la Ley de Mendizábal de 1836, momento en que la Hermandad se ve obligada a abandonar su sede, comenzando un largo periplo que finalizará en la Parroquia del Salvador. El convento se convirtió en el actual Museo de Bellas Artes, la segunda pinacoteca más importante de España tras el madrileño Museo del Prado.
Otra hermandad sevillana, ésta de las denominadas de Gloria, que da culto a la advocación mariana que estamos analizando es la Hermandad de Nuestra Señora de las Mercedes Coronada, de la zona de la Puerta Real, que sale a la calle coincidiendo con su festividad del mes de septiembre. Posiblemente fue fundada por los Padres Mercedarios del Colegio de San Laureano en el siglo XVII, aunque no es hasta 1725 cuando se aprueban sus Reglas. El 24 de septiembre de 1972 se le impuso una corona de oro, acto al que en 1998 el cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo le concedió carácter canónico, y dos años más tarde, el alcalde de Sevilla le dio la medalla de la Ciudad, como sucede en la capital andaluza con todas las imágenes marianas coronadas. El aspecto actual de esta imagen se debe al escultor sevillano Luis Álvarez Duarte, que la remodeló en 1969.
Por último, la tercera imagen sevillana con esta advocación es Nuestra Señora de las Mercedes Coronada, de la Hermandad de Santa Genoveva, otra hermandad penitencial como la de Pasión. Esta hermandad, seña de identidad del barrio del Tiro de Línea, que la acompaña en masa hasta el centro de la ciudad cada Lunes Santo, es de más reciente fundación, concretamente del año 1956. Se trata de uno de los barrios surgidos tras la guerra civil y cuya parroquia, llamada en su origen Santa Genoveva, recibió con los años el añadido de Nuestra Señora de las Mercedes, lo que da idea de la importante unión entre la parroquia, la hermandad y el barrio. La idea de crear la Hermandad fue de los propios vecinos, que eligieron para el Cristo la advocación de Jesús Cautivo, y para la Virgen, Mercedes, como redentora de cautivos, en clara alusión al origen de la orden mercedaria. El barrio, mediante donaciones, logró costear una corona de oro que le impuso el Cardenal Bueno Monreal, y también este acto obtuvo el rango de coronación canónica por el cardenal Carlos Amigo en 1997, al cumplirse el XXV Aniversario. La imagen es obra del imaginero José Paz Vélez, en 1956.
Además de estas tres, otras hermandades sevillanas tienen también vinculación con la orden mercedaria, como es el caso del Santo Entierro, Jesús Despojado, y la del Museo, que recibe este nombre popular por tener su capilla junto al Museo de Bellas Artes que, como comentábamos, fue Convento de la Merced.