Nuestra Señora de la Candelaria Madre de Dios presidió el pasado viernes el Pregón de las Glorias 2024, pronunciado en la Catedral por Milagros Ciudad. Para ello, la hermandad trasladó a la Virgen de forma privada, que es como se suele llamar a llevarla en una furgoneta, mientras que el paso fue por otro lado.
La gran distancia entre su templo y el centro de la ciudad, así como el hecho de que este sábado habrá una salida de acción de gracias por su barrio, hizo que la hermandad se decantara por hacer únicamente una salida desde la Catedral al día siguiente del pregón, y además recorriendo el casco histórico para acabar en la Basílica del Gran Poder y devolver así la visita que el Señor de Sevilla hizo a los Tres Barrios, y en concreto a la Parroquia de la Candelaria, en 2021 (ver).
A las siete y media de la tarde se produjo la salida del cortejo, en el que participaron diversas corporaciones de gloria, pero también algunas de penitencia, como el Gran Poder o el Cerro, así como la Agrupación Parroquial Paz y Misericordia de Rochelambert.
Como es costumbre, tras bajar del altar del Jubileo, el paso de la Candelaria fue llevado hasta la Capilla Real para que la imagen se situara ante la Virgen de los Reyes antes de abandonar el primer templo de la Archidiócesis. Después, se dirigió a la Puerta de los Palos para salir junto a la Giralda. La Banda de Música de la Cruz Roja tocó entonces el Himno de España.
Después de una parada antes de asomarse a la plaza de la Patrona, la Candelaria Madre de Dios emprendió su camino mientras la banda interpretaba la marcha titulada precisamente así, "Candelaria Madre de Dios", a la que siguió luego una chicotá a tambor hasta la calle Cardenal Carlos Amigo.
La Virgen vestía un manto rojo de brocado y una toca de malla bordada en oro. En cuanto al exorno floral, contaba con rosas, astromelias, calas y orquídeas de los colores blanco y malva.
Si se tuviera que resumir en unas pocas palabras esta salida extraordinaria de la Candelaria Madre de Dios, una de ellas sin duda sería "nervios". Y es que algunos de los trajeados miembros de la hermandad con medalla al cuello dieron muestras de un nerviosismo en ocasiones bastante absurdo durante todo el recorrido, lo que denotaba la falta de costumbre de estos cofrades a la hora de enfrentarse a salidas procesionales con cierta aglomeración.
Trataban de apartar gente hasta cuando no había nadie a quien apartar, como si el paso fuera un bólido capaz de pasar de 0 a 100 en apenas unos segundos. Especialmente nervioso estaba un chaval que mostró unas formas realmente pésimas en su trato con los acólitos con frases como "¡No digas que vas a hacer una cosa y no la haces!", "¡Baja el cirial, que el paso está parado!", "¡No me toques!"... Esperpéntico. La cara de las víctimas de sus formas, esos jóvenes acólitos, eran todo un poema. Pero bueno, ya se sabe que para conocer a Manolito hay que darle un carguito...
En fin, volviendo a lo cofradiero, el paso, que estaba comandado por Ricardo López Almansa, tomó la calle Alemanes a los sones de "Virgen de los Reyes" y luego hubo una chicotá a tambor seguida por el giro a Hernando Colón con la marcha "Esperanza Macarena". Siguió luego otra chicotá a tambor y posteriormente una con la marcha "Morena de luz de luna", dedicada a la Virgen de la Cabeza, cuya romería se estaba celebrando en Andújar este mismo fin de semana.
Al final de Hernando Colón se detuvo el paso para un relevo de costaleros, momento que un hermano aprovechó para subir a fijar la colocación de algunas de las joyas que la Virgen llevaba en su pecherín. Este momento tuvo como fondo la presencia de un turista desde la terraza de un apartamento cercano llevando puesta tan sólo una toalla. Turismo de calidad lo llaman.
A continuación, el paso alcanzó la plaza de San Francisco mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba la marcha "Virgen de la Paz", llegando con ella hasta el Arquillo del Ayuntamiento, bajo el que se detuvo antes de continuar hacia Plaza Nueva. No pudo pasar por el Andén, ya que el lado izquierdo de la fachada del Consistorio está siendo restaurada y cuenta con todo un andamiaje montado ante ella.
A la Plaza Nueva llegó la Candelaria con "Siempre la Esperanza"; luego se volvió hacia el Ayuntamiento con la marcha "A mi Virgen del Rosario" y al detenerse se le cantó la Salve.
La mayor parte del acompañamiento de hermandades que habían formado parte del cortejo desde la Catedral se quedaron junto al Ayuntamiento, y sólo continuaron corporaciones como Paz y Misericordia, el Gran Poder, el Inmaculado Corazón de María o el Cerro.
Pero antes, el alcalde, José Luis Sanz, tocó el llamador en una levantá en la que el capataz recordó la primera visita del primer edil a la cofradía en su salida del año pasado (ver). Y como aquella vez, le pidió a la Candelaria que le ayude en todas sus decisiones antes de dedicar la levantá a la ciudad de Sevilla. Sonó entonces la marcha "Pasan los campanilleros" mientras el paso comenzaba a alejarse del Ayuntamiento, desde cuyo balcón no hubo petalada, lo que resultó extraño, dado que suele ser habitual cada vez que una imagen se presenta en este punto.
La Candelaria Madre de Dios se dirigió entonces a la calle Tetuán con la marcha "El Rosario de María", y después sonaron "Tú eres el orgullo de nuestro pueblo" y "Glorias de Sevilla", antes de parar en la confluencia de Tetuán con Velázquez y Rioja.
Seguidamente, tras una chicotá a tambor y un relevo de costaleros, la Banda de la Cruz Roja tocó "Candelaria" para que el paso llegara a la plaza de la Campana, y posteriormente giró hacia la plaza del Duque con "Señora de Lepanto". Luego, la Candelaria Madre de Dios enfiló Alfonso XII con "Tras tu verde manto" y llegó a tambor a la Iglesia de San Gregorio, donde había una representación de la Hermandad del Santo Entierro.
El hermano mayor del Santo Entierro fue invitado a hacer sonar el llamador en una levantá que se realizó a pulso, tras la que la Candelaria Madre de Dios continuó su camino, ahora con la marcha "Aquella Virgen". Después, como Las Penas en la noche del Lunes Santo, el paso giró a Santa Vicenta María, ahora con la interpretación de la marcha "Virgen de las Aguas" a cargo de la Banda de la Cruz Roja. Por cierto, en esta esquina es donde se produjo la bochornosa escena relatada de un hermano de traje y medalla con los acólitos.
Para el resto de la calle, el paso discurrió a tambor hasta que en la esquina con Virgen de los Buenos Libros sonó la marcha "Al cielo la Reina de Triana". Y más adelante, tomó la calle Jesús de la Vera-Cruz con "Encarnación Coronada". La siguiente parada estaba en la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, donde la Candelaria fue recibida por la Hermandad de la Vera-Cruz. Hasta ella llegó precisamente con la marcha "Cristo de la Vera-Cruz". Luego, tras pararse ante la puerta, se volvió a cantar la Salve a la Virgen.
Seguidamente, el paso buscó la calle Baños, a la que llegó mientras la banda interpretaba "Hosanna in excelsis", y posteriormente la marcha escogida fue "Reina de la O".
La cofradía aceleró ligeramente para cumplir con el horario previsto cuando quedaban para terminar únicamente la calle Cardenal Spínola, a la que giró con la marcha "La Madre de Dios", y la plaza de San Lorenzo. Antes de alcanzar ésta hubo una chicotá a los sones de "Jerusalén" y otra a tambor.
Cerca ya de la Basílica del Gran Poder, la Candelaria Madre de Dios salió a la plaza con "La Madrugá", llegando con ella hasta la puerta de la parroquia, donde estaban las representaciones de las hermandades de la Bofetá, la Soledad y la Pastora de San Antonio, que realizaron ofrendas florales y cantaron la Salve.
Con la marcha "Virgen de la Palma", el paso se alejó de la Parroquia de San Lorenzo en dirección a la Basílica del Gran Poder. Precisamente, ante la puerta sonó la marcha "Gran Poder" mientras el paso realizaba un giro de ciento ochenta grados para entrar mirando hacia la plaza. La marcha de Juan José Puntas se engarzó con el Himno de España en el momento de la entrada, y una vez dentro, el paso se dio la vuelta para avanzar hacia el altar con la Virgen mirando al Señor de Sevilla.
La Banda de la Cruz Roja entró en la Basílica para interpretar la marcha "Ante el Gran Poder", y en cuanto el último músico estuvo dentro se cerraron las puertas dejando a toda la gente fuera. Al parecer, el encuentro entre ambas imágenes debía ser tan privado como el traslado de la Candelaria a la Catedral.
Faltaban unos diez minutos para las doce de la noche cuando finalizaba esta histórica procesión de la Candelaria Madre de Dios por las calles del centro de la ciudad. Suponemos que con el punto final de esta salida, los del traje y la medalla podrían al fin relajarse un poco. Por otra parte, hay que indicar que a la mañana siguiente se celebró una Eucaristía conjunta de ambas hermandades en la Basílica.