Este domingo, último del mes de agosto, tiene lugar el besamanos a Nuestra Señora de la Salud, de la Hermandad de San Gonzalo, que se presenta a sus devotos ante el altar de la cofradía y rodeada por un gran número de macetas y jarras de cerámica con flores de diverso tipo, destacando los nardos que están ubicados a ambos lados más cerca de la dolorosa.
La Virgen de la Salud viste el manto de camarín azul con bordados en oro en las vistas, obra de Mariano Martín Santonja, saya de tisú de color rosa y toca de sobremanto. Asimismo, lleva la diadema de plata sobredorada de Orfebrería Triana, mientras que sobre el pecherín podemos ver un broche con su advocación, otro con el escudo de la hermandad, un tercero con la representación de la advocación como fuente de la salud y la cruz de oro labrada por Marmolejo.
La dolorosa que tallara Luis Ortega Bru está elevada sobre una fina peana de plata y rodeada, además de por todas las flores y plantas antes descritas, por cuatro candeleros con cera blanca. También vemos entre las flores dos fuentes de cerámica que cuentan con un circuito real de agua corriendo en todo momento.
Detrás de la Virgen, el Señor en su Soberano Poder, vestido con túnica blanca, preside el altar entre claveles y rosas rojas, y dos candeleros dorados con cera también roja. En la parte inferior, a ambos lados del sagrario, hay rosas de color blanco y nardos. También permanece en su sitio la talla de San Juan Evangelista, mientras que el lugar de la Virgen de la Salud está ocupado por la nueva bandera concepcionista, diseñada por Javier Sánchez de los Reyes con asta de Orfebrería Triana, insignia que debería haberse estrenado en las calles el pasado Lunes Santo si la lluvia no hubiera impedido la salida de la hermandad.
