domingo, 30 de noviembre de 2025

LOS TITULARES DE LA HERMANDAD DEL JUNCAL, EN SAN DIEGO DE ALCALÁ


Las imágenes de la Hermandad del Juncal reciben culto desde hace algunas semanas en la Parroquia de San Diego de Alcalá, donde permanecerán al menos hasta la próxima Semana Santa. El motivo que ha llevado a este traslado provisional son las obras de rehabilitación que se están desarrollando en la Parroquia del Juncal y que son incompatibles con su apertura al culto.
La comunidad parroquial de San Diego de Alcalá, cuya feligresía del Plantinar está cerca de la del Juncal, ha acogido con generosidad a las distintas imágenes procedentes de esta corporación letífica que tiene algunos titulares pasionistas. Así, la imagen de Nuestra Señora del Juncal ha sido ubicada en el lado derecho del presbiterio, junto al altar mayor. Por su parte, el Cautivo en su Soledad, la Virgen de la Esperanza Reina de los Mártires, San Juan Evangelista y San Judas Tadeo están a los pies de la nave del Evangelio, junto a la puerta de la parroquia.
Pero también la Hermandad del Sol ha colaborado en la acogida a la del Juncal, ya que en su capilla anexa a San Diego de Alcalá podemos ver la pequeña talla de la dolorosa que precisamente fue la primitiva Virgen del Sol, que forma parte hoy del patrimonio artístico y devocional de la Parroquia del Juncal. Se trata de una imagen de Antonio Bidón bendecida en 1935 y que procesionó el Lunes Santo de aquel año en un pasito acompañando a otro en el que iba un Cristo.
Fue esta procesión, organizada por alumnos del colegio jesuita de la calle Pajaritos, el germen de la Hermandad del Sol, aunque la guerra civil interrumpió su desarrollo. Éste no continuó hasta cuatro décadas después y en una zona diferente, como fue el barrio de Los Remedios, sede previa a la del Plantinar, pero ya sin la pequeña dolorosa que ahora, circunstancialmente, convive con el resultado, ahora en forma de hermandad penitencial, de aquella iniciativa cofradiera escolar.


























LA MILAGROSA RECUPERA EL HORARIO DE TARDE PARA SU PROCESIÓN LETÍFICA


La Hermandad de la Milagrosa celebró ayer la procesión de su titular letífica, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que ha vuelto al horario de tarde, el que sólo experimentó en una ocasión desde la recuperación de esta salida, en 2017 (ver), para pasar enseguida a la mañana del domingo; un horario mucho más apropiado para este tipo de procesión y para las calles de Ciudad Jardín por las que pasa.
La salida, además, comenzó una hora más tarde que hace ocho años, cuando salió a las cinco de la tarde, disfrutando así de un poco más de luz natural, siempre escasa con el triste horario de invierno. Así, la cruz de guía abandonó ayer la parroquia a las seis de la tarde, dando así inicio a un cortejo del que formaron parte el guión del grupo joven, la bandera de la Virgen de la Milagrosa y el estandarte corporativo.




Desde que la hermandad prescindió del paso de la Virgen del Rosario (sin palio, evidentemente) para la Medalla Milagrosa, va probando año tras año otros pasos prestados por diversas corporaciones. Así, en 2023 utilizó el antiguo paso de la Virgen de Valvanera (ver), mientras que el año pasado recurrió al de la Candelaria Madre de Dios (ver). En esta ocasión, se pudo ver a la Virgen de la Medalla Milagrosa sobre el paso del Dulce Nombre de La Salle, del Colegio Felipe Benito.
A las órdenes del capataz Ricardo Almansa, el paso salió de la parroquia, momento en que la Banda de Música de la Cruz Roja, que la esperaba en la avenida de Ciudad Jardín, interpretó el Himno Nacional, seguido de la marcha "Reina de la Milagrosa".
Después de una primera parada, y a una gran velocidad que llamó mucho la atención, el paso tomó Francisco Buendía a los sones de "Virgen de los Negritos", y llegó a girar a Doña María de Molina; un largo tramo, como queda dicho, a una sorprendente velocidad que distaría muy poco de la que suele llevar un paso en caso de lluvia, o por lo menos de un amenazador chispeo.



























A continuación, el paso, que estaba adornado con rosas de color rosa y antirrhinum, se levantó a pulso y siguió su camino tomando ahora la calle Cardenal Rodrigo de Castro mientras la Banda de la Cruz Roja interpretaba la marcha "Señora de Lepanto", dedicada a la dolorosa de la propia hermandad, como también la siguiente composición, que fue "Galeona de Sevilla". Luego, hubo una chicotá a tambor, aún con ese ritmo tan rápido en el caminar de los costaleros.

























La Peña La Milagrosa se acercó a la confluencia de Cardenal Rodrigo de Castro con Antonio de Nebrija para ofrecer a la Virgen un ramo de flores. Hasta sus miembros se acercó el paso a los sones de la marcha "A mi Virgen del Rosario", para después tomar la segunda de las calles mencionadas. Una mujer se agarraba a la vara colocada en el respiradero delantero del paso, que estaba ahí en memoria de la hermana Rosario Barba, recientemente fallecida.
Cuando la Virgen se paró ya en Antonio de Nebrija se le rezó la Salve y se pidió por la peña, por el trabajo que realiza en beneficio de la feligresía y por los enfermos y fallecidos. Luego, el paso se marchó en una chicotá a tambor a la que siguió otra con la interpretación de la marcha "Virgen de la Paz".
























Con la marcha "Virgen de la Palma", la Virgen de la Medalla Milagrosa giró después a la calle Almotamid, donde hubo luego una chicotá a tambor antes de un relevo de costaleros. Sonó a continuación la marcha "Puerta del Cielo", y más adelante "Reina de la O". Con ésta, el paso abandonó Almotamid para girar a su izquierda en Espinosa de los Monteros.
Otra chicotá a tambor, ésta breve, dio paso a una a los sones de "Virgen de la Victoria", composición que sirvió para que la Virgen de la Medalla Milagrosa tomara un nuevo tramo de la calle Doña María de Molina.






























Por delante, en el itinerario previsto para este año, sólo quedaban las calles Arzobispo Salcedo y la avenida de Ciudad Jardín, llegando de nuevo a la Parroquia de la Milagrosa. Como era de esperar, la entrada en el templo se hizo con antelación sobre lo previsto, dada la inexplicable velocidad de toda la procesión. En concreto, la entrada se produjo a las ocho y media de la tarde, media hora antes de lo anunciado.