miércoles, 30 de abril de 2025

MIÉRCOLES SANTO 2025 JEREZ: FINAL ABRUPTO A UNA JORNADA DE ESPLENDOR


El Miércoles Santo tiene desde hace algunos años la consideración de día grande en el conjunto de la Semana Santa jerezana. Sin compartir del todo esa afirmación, dado que días grandes hay unos cuantos (por no decir todos), lo cierto es que algunas de las hermandades más conocidas y cuyos titulares más devoción generan salen en este día. 
Incluso pertenece al Miércoles Santo una de las hermandades más recientes y que mayor pujanza han alcanzado de entre las que integran la, llamémosla así, nueva hornada de cofradías incorporadas a la nómina de la Semana Santa.
Y es con ella precisamente con la que comenzamos esta crónica del Miércoles Santo jerezano, con la Hermandad del Soberano Poder, que es la que tiene su salida fijada a la hora más temprana, las tres de la tarde, dado que tiene un largo recorrido desde la barriada de La Granja hasta el centro de la ciudad.
Con puntualidad se puso en la calle la cruz de guía, una insignia muy particular, ya que tiene cartelas pintadas sobre espejos en las que aparecen reproducidas distintas imágenes de otras cofradías de la ciudad. Detrás, un nutrido grupo de nazarenos de capa y túnica blancas con antifaz de terciopelo burdeos. Creemos recordar hasta nueve tramos, lo que en una cofradía tan joven es algo realmente destacable.



Con todos los nazarenos ya fuera de la Parroquia de Santa María Madre de la Iglesia, comenzó a moverse en el interior el paso de misterio del Señor del Soberano Poder, para el que la Agrupación Musical de la Sentencia comenzó a interpretar la marcha "La devoción de tu barrio". Sólo era el inicio de una demostración de la calidad de esta formación, que enlazó esa partitura con el Himno de España y con las marchas "Y contigo hasta el cielo" y "Recuerdos" mientras el paso atravesaba el patio anexo al templo, salía a la calle Huelva y giraba a su izquierda.
Hay que subrayar el exorno floral del paso, con una variedad de especies a juego con la túnica del Señor. Reproducimos el listado de especies dado a conocer por la propia hermandad porque merece la pena subrayar con todo detalle el cuidado adorno escogido: "Anthurium teñido, clavel sangre de toro, rosas, tulipanes rellenos, cymbidium teñido, escabiosa, proteas teñidas y con pan de oro, clavel tintado, esparraguera con oro, panicum teñido de oro y nuestro particular amaranthus que nos identifica cada Miércoles Santo".
Para su primera levantá en la calle, el capataz de la cofradía, Raúl Rodríguez García, gritó "A la gloria el faraón de La Granja". A continuación, el paso siguió por Huelva a los sones de "Bendícenos, Señor" y luego salió a la avenida de Europa con "Orando al cielo". Junto a la rotonda que le sirve a la hermandad para pasar al lado contrario de la avenida, hubo una levantá por los niños del barrio y de la cofradía, tras la que a tambor siguió el Soberano su camino acercándose poco a poco al centro.








































Nos desplazamos hasta la Parroquia de las Viñas, de la que un año más ha salido la Hermandad del Consuelo, que tiene pendiente la construcción de su nueva capilla en el barrio del Pelirón. Las imágenes residen todo el año en el céntrico Convento de las Hermanas de la Cruz, pero la salida se efectúa desde su antigua sede canónica, situada cerca del que es el barrio con el que se identifica esta joven corporación.
Las cuatro y veinte de la tarde era la hora prevista para la salida, y efectivamente a esa hora se puso en camino la hermandad, que tras abandonar el templo giró a su derecha para buscar la plaza de la Vid, en el lateral de la parroquia.
En el paso de Nuestro Señor del Amparo, también con una gran variedad floral, ésta de tonalidades roja y rosa principalmente, se ha pasado de las cornetas y tambores al género de agrupación musical, en este caso con la formación de nombre Sagrada Resurrección, de Sanlúcar de Barrameda. En el momento de la salida, interpretó el Himno, encadenado con la marcha "En la gloria de tu Amparo", con la que buscó la plaza de la Vid, donde se detuvo por primera vez.
Seguidamente, el Señor del Amparo continuó su camino hacia la Ronda de los Alunados con "He ahí Jesús", y tras un relevo de costaleros pasó a la avenida de Arcos con la composición "Penas de San Roque". Hay que comentar que se va avanzando en el tallado de los respiraderos de este paso del Nazareno que talló, y años después retocó, Pedro Ramírez Pazos.







































Poco después abandonaba la Parroquia de las Viñas el paso de María Santísima del Consuelo, acompañada este Miércoles Santo por la Banda de Música Nuestra Señora de Consolación de Huelva. El paso de palio, adornado con diversas flores blancas salpicadas de rosas de color rosa, salió con la marcha "Mater mea", encadenada luego en su camino a la plaza de la Vid con "La Virgen de los Desamparados".
Se trata de un paso de palio muy curioso, con algunos detalles realmente particulares, como los candelabros, relicarios y flores de talco de la delantera, y los ramilletes y lazos de cera en los cirios más altos de la candelería, ante la dolorosa. Además, entre los últimos varales había unos guardabrisones con velas blancas que contaban con unas guirnaldas de flores de cera colocadas en espiral.
La siguiente composición que se pudo escuchar tras este palio fue "Virgen de Montserrat" al salir a la Ronda de los Alunados, mientras que más adelante, en la avenida de Arcos, la marcha escogida fue "Madre Hiniesta".





























Dos hermandades se encontraban ya en la calle y otras dos estaban a punto de iniciar sus salidas. Una de ellas era la Hermandad de la Amargura, cuya cruz de guía salió de la Parroquia de San Juan Bautista de los Descalzos a las cinco y diez de la tarde. La calle Medina comenzaba a llenarse de nazarenos con túnica y capa de color blanco y antifaces de terciopelo azul. Tras el cortejo del Señor, asomó en el interior del templo el paso de misterio de la Flagelación, que sigue avanzando en su restauración a cargo de Daniel Sánchez.
El paso, de grandes dimensiones, maniobró para afrontar la salida mientras la Banda de Música Julián Cerdán, de Sanlúcar de Barrameda, comenzó a interpretar la marcha "Nuestro Padre Jesús". Es una tradición que la banda que acompaña a la Virgen de la Amargura le toque la composición de Emilio Cebrián en el momento de la salida. 
Pero después, se estrenó con el misterio la Banda de Cornetas y Tambores Caridad, que tocó la Marcha Real y luego "Tardes de Miércoles Santo" mientras el misterio giraba a su derecha para comenzar a recorrer Medina. Posteriormente, tras una parada, el paso de misterio, que se encontraba adornado al completo por rosas de color rojo, siguió adelante a los sones de "La Expiración".











































Por su parte, el paso de palio de María Santísima de la Amargura, salió de la parroquia con "La Estrella Sublime", y sólo cuando pisaba ya la calle Medina la Banda Julián Cerdán tocó el Himno de España, enlazado después con la marcha "Cuando pasa la Esperanza".
Rosas blancas salpicadas de otras especies florales del mismo color adornaban este gran paso de palio, presidido por una de las más expresivas dolorosas de la Semana Santa jerezana, atribuida a Francisco Camacho de Mendoza y que fuera titular de la antigua Hermandad de San Antón, antecedente de la actual cofradía de Humildad y Paciencia. Y para terminar de coser los históricos hilos que unen a unas cofradías con otras, a la Amargura la acompañaba en aquellos tiempos una talla de San Juan que es hoy propiedad de la Hermandad del Amor.
La Virgen de la Amargura estaba vestida para la estación de penitencia de este año prácticamente como lo estuvo en el besamanos del cuarto domingo de Cuaresma (ver), y tras una primera parada en la calle, su palio celeste se levantó y continuó adelante mientras la banda sanluqueña tocaba "Virgen de los Estudiantes".




































Prácticamente coincidió con la salida de la Amargura la de la Hermandad de las Tres Caídas desde el Santuario (recientemente de nuevo parroquia) de San Lucas. Por Tornería buscaba la Puerta de Sevilla y la Porvera en su camino a la carrera oficial para ocupar el tercer puesto entre el Consuelo y la Amargura. Después de la lluvia del año pasado, en que precisamente sólo las Tres Caídas hizo estación de penitencia, éste ha sido el primer Miércoles Santo con todas las hermandades en la calle tras la vuelta de Santa Marta al Sábado Santo. Hasta 2023 era ésta la que ocupaba el tercer puesto en un miércoles aún de seis cofradías.
El Señor de la Salud en sus Tres Caídas es una imagen de gran devoción entre los jerezanos. Muy característica de la cofradía es la gran cantidad de devotos que van tras él durante todo el recorrido. Este año, además, se ha producido una novedad en este sentido, y es que los devotos más cercanos al Señor portaban unas hachetas, lo que contribuyó a darle algo más de orden a ese acompañamiento.
Ante el paso, sin embargo, veíamos y escuchábamos a la Escolanía del Miserere de la propia hermandad, con los clásicos cánticos que suenan a Miércoles Santo de toda la vida. Rodeaba al Señor caído un monte de claveles color buganvilla sobre este paso que fue víctima del robo de una de las águilas bicéfalas de las esquinas, felizmente recuperada antes de Semana Santa, junto a los enseres también robados del paso del crucificado.













































La peor parte del mencionado robo se la llevó el paso del Santísimo Cristo de la Salud, incorporado a la cofradía en 2018 (ver). Los hachones, que antes iban en el paso del Señor de las Tres Caídas y dos de las cartelas del canasto fueron los elementos desaparecidos, para luego ser recuperados. No hizo falta, por tanto, materializar el generoso ofrecimiento de la Hermandad del Perdón, que iba a ceder los antiguos hachones de su paso de misterio.
El Cristo de la Salud, antiguo titular de la Cofradía de Dolores de la que las Tres Caídas se considera heredera, ha salido de nuevo este año con acompañamiento musical de cornetas y tambores; en este caso, con la Banda de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas de Arcos de la Frontera. Un exorno floral muy escueto adornaba este paso, del que destacaban las cuatro jarras de los costeros, con hojas y espinos junto a unas pocas flores de reducido tamaño de color rojo.
Desde la plaza Rafael Rivero, el crucificado salió a tambor a la calle Porvera, donde luego se pudo escuchar la marcha "El Desprecio de Herodes", seguida más adelante por "Virgen de la Paloma" al tomar la calle San Juan de Dios.


































Y la cofradía se completa con el paso de palio de María Santísima de los Dolores, que ha vuelto a salir sola después de que en la Magna Mariana del pasado mes de octubre estuviera acompañada por una nueva imagen de San Juan Evangelista (ver).
Estamos ante otro de los más destacados pasos de palio y otra gran dolorosa, del siglo XVII y de autoría italiana, según los estudiosos del arte de la época en la zona de Cádiz. El exorno floral se componía de pequeñas flores blancas y algunas verdes. Destacaban además varias rosas rojas en la delantera, tras el llamador.
En cuanto al acompañamiento musical, corrió a cargo de la Banda Municipal de Gerena, que por Rafael Rivero tocó "La sangre y la gloria", mientras que para el giro desde Porvera a San Juan de Dios la partitura escogida fue "Juana de Arco".




























Mientras la Hermandad de las Tres Caídas abandonaba un tramo de Porvera, por el extremo opuesto comenzaba a avanzar la cruz de guía del Prendimiento, con sus característicos capirotes de un rojo muy vivo llenando la calzada desde la calle Ancha.
De nuevo hay que mencionar a Francisco Camacho de Mendoza, a quien se atribuye la impresionante imagen del Señor del Prendimiento, que avanzaba por Ancha acompañado por una gran cantidad de cofrades y devotos. Estamos hablando de otra de las devociones de peso de la ciudad, vestido en esta ocasión con una túnica roja bordada en oro. Y a juego con ella, los claveles que adornaban este paso de Guzmán Bejarano sobre el que hemos visto recién restaurada la imagen de San Pedro por parte de Ismael Rodríguez-Viciana. Jesús es prendido en el Huerto de los Olivos por dos característicos sayones con sus propios apodos, Candilejo y Chupaceite, en presencia del primer Papa de la Iglesia Católica.
Detrás del paso se estrenaba en esta Semana Santa la Agrupación Musical de los Gitanos, que interpretó por la calle Ancha la composición "Al Dios moreno". Después fue el turno de "Abrazados a tu Santa Cruz" en el giro a la Porvera y en la vuelta del paso ante la puerta de la Iglesia de la Victoria, por la que asomaba el paso de palio de la Soledad. El Señor del Prendimiento se detuvo ante la representación de la cofradía del Viernes Santo y la saetera onubense Regina le cantó desde delante del paso.
A continuación, se rezó el Ave María a la Soledad y el Padre Nuestro a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, que se marchó para continuar por la Porvera mientras la Agrupación de los Gitanos tocaba "Guerreros de la Salud". Y un poco más adelante, se produjo una levantá en memoria de una madre recientemente fallecida en presencia de sus hijos, una de los cuales tocó el llamador junto al capataz.


























































Aún estaba en la plaza de Santiago el paso de palio de María Santísima del Desamparo cuando el misterio ganaba metros en Porvera. La dolorosa, entre los clásicos claveles blancos que adornaban su palio, tenía también un nuevo acompañamiento musical; en este caso el de la Banda de Música Maestro Enrique Galán de Rota, que tocó "Esperanza de vida" para comenzar su recorrido por la calle Ancha.
Hubo luego en ella un relevo de costaleros, tras el que el palio rojo del Desamparo se levantó y siguió hacia la Porvera a los sones de "Candelaria", de Andrés Muñoz. El paso se detuvo ante la Iglesia de la Victoria, aunque sin girarse ante su puerta como sí había hecho el paso de misterio. Lo que sí se repitió fue la interpretación de una saeta por parte de Regina.
Instantes después, los cofrades del Prendimiento y de la Soledad rezaron un Ave María, y luego el palio prosiguió su recorrido mientras la Banda tocaba la marcha "Soledad de Madre", seguida más adelante por "Aurora de Santa Marina".
































Completada la nómina del Miércoles Santo, las primeras hermandades afrontaban el camino de regreso a sus templos. Es lo que hacía la Hermandad del Soberano Poder, que es una de las pocas que baja José Luis Díez para alcanzar la Basílica del Carmen desde la calle Limones.
Esto la obliga a transitar en silencio para no molestar a la cofradía que en ese momento está transitando por carrera oficial, que en este caso era la de las Tres Caídas. De hecho, llegó a coincidir la hermandad de La Granja con los pasos del Cristo de la Salud y la Virgen de los Dolores.
El paso del Señor del Soberano Poder ante Caifás se disponía a subir la cuesta de Limones, aunque hubo que demorar algo la llamada porque se estaba atendiendo a una nazarena que había sufrido una indisposición. Cuando pudo subirla, el paso fue en silencio hasta que, ya en la esquina de Carmen, los integrantes de la Agrupación La Sentencia, que habían subido por las escaleras situadas al otro lado del centro de salud, interpretaron la marcha "Tu dulce rostro, Cautivo".





















Por su parte, la Hermandad del Consuelo da un pequeño rodeo en su camino de vuelta para pasar por el Convento de las Hermanas de la Cruz, que mantiene a sus imágenes titulares acogidas durante todo el año.
Así, desde la plaza del Arroyo y la calle Barranco no va hacia Curtidores, sino que busca la plaza de Belén para rodearla y discurrir ante el convento. A su puerta llegó Nuestro Señor del Amparo con la misma marcha que acabábamos de escuchar con el Soberano Poder, "Tu dulce rostro, Cautivo", ahora con la Agrupación Musical Sagrada Resurrección de Sanlúcar de Barrameda.
El Señor se detuvo ante las Hermanas de la Cruz y luego se levantó por ellas para continuar a los sones de "Señora de Sevilla, Macarena" hasta la plaza Peones, donde hubo un relevo de costaleros antes de afrontar la estrechez de Carpintería.























Siguiendo al Señor del Amparo, la Virgen del Consuelo rodeó también la plaza de Belén, discurriendo por Jesús de las Tres Caídas y Luis de Ysasi con la marcha "Nuestra Señora del Mayor Dolor", y con ella se plantó en la puerta del Convento de las Hermanas de la Cruz, quienes le cantaron a la dolorosa "Quiero sufrir por tu amor".
Cuando finalizaron sus cánticos, el paso de palio se levantó a pulso en su honor y se marchó hacia la plaza Peones mientras la Banda de Nuestra Señora de Consolación de Huelva interpretaba "María Santísima del Subterráneo".
Hacía un poco de aire a esa hora de la noche, lo que apagó casi toda la candelería del paso de palio. Sin embargo, los hombres de la caña se emplearon a fondo en la siguiente parada para devolverle la luz perdida antes de pasar a Carpintería Baja.






















Y detrás del Consuelo alcanzó también la plaza de Belén la Hermandad de las Tres Caídas, que buscaba ya el templo de San Lucas. De hecho, por su cercanía con la Catedral, es la cofradía del Miércoles Santo con la hora de entrada más temprana.
Pronto llegó el paso del Señor de la Salud en sus Tres Caídas, que recibió en la misma plaza varias saetas. Después, alcanzó la plaza de San Lucas, que se encontraba completamente a oscuras, y en la que se le cantó otra nada más pisarla, y una más ya ante la puerta.
Con este primer paso empezó una leve llovizna que nadie esperaba. Y como no se esperaba, se quiso pensar que no sería nada. Y lo cierto es que pasó pronto para una fugaz tranquilidad de todos.
















Volvemos a la plaza de Belén, donde encontramos al Santísimo Cristo de la Salud, que se movía a los sones de la marcha "Santa Cruz" a cargo de la Banda de las Tres Caídas de Arcos. El crucificado iba muy hundido en el paso debido a un problema con el sistema de subida y bajada del cajillo. Más tarde, se aprovechó una parada para que un costalero subiera para intentar elevarlo un poco.
Cuando el paso volvió a levantarse, se encaminó a la plaza de San Lucas con la marcha "Virgen de la Paloma" y siguió a tambor hasta que se detuvo para que se le cantara también una saeta. Sonó después la composición "Cristo que vuelve", aunque desgraciadamente la que volvió fue la lluvia, de nuevo muy débil, pero ahora persistente; esa llovizna que parece que no, pero va mojando y va calando.


















La entrada del Cristo de la Salud se hizo con la mayor rapidez, pero quedaba lo más difícil, la entrada del paso de palio, que llegó a tambor a la plaza de San Lucas. Y es que no iba a a sonar ninguna marcha más tras ella por parte de la Banda de Gerena. 
Aunque la Virgen de los Dolores también recibió una saeta y hubo una breve parada antes de subir la rampa de albero hasta la puerta de entrada, el palio subió con mucha celeridad porque la lluvia no desaparecía. Además, el hecho de estar la plaza a oscuras permitía contemplar las nubes, que en ese momento no dejaban ni un hueco a la luna o a las estrellas.
La Virgen de la Dolores subió hasta el retablo cerámico del Señor de las Tres Caídas, pero ahí se tuvo que parar porque había que aflojar los zancos para retirarlos en la última levantá. Parece que alguno se resistió porque la maniobra duró varios minutos y sólo se oían algunos golpes con los que se intentaba que los elementos implicados cedieran y soltaran el zanco.
Con la insistente llovizna sin parar y todos los presentes bastante empapados, la maniobra se hizo eterna, aunque por fin el capataz, Tomás Sampalo, hizo sonar el llamador y se pudo realizar la dificultosa entrada del paso de palio, con inclinación de éste hacia atrás incluida. Finalmente, a las 23,43 la Virgen de los Dolores regresaba a San Lucas y finalizaba la estación de penitencia de las Tres Caídas.












Mientras todo esto ocurría, el resto de cofradías se enfrentaba a la misma lluvia con decisiones desiguales. Así, la Hermandad del Soberano Poder, que se encontraba por la calle Zaragoza, optó por refugiarse en la Parroquia de Fátima, acogida por la Hermandad de la Paz, que también debió enfrentarse a la lluvia dos días antes (ver).
En cuanto a la Hermandad del Consuelo, parece que intentó buscar refugio en Santo Domingo, aunque el templo no se abrió y continuó su camino, llegando hasta su destino, la Parroquia de las Viñas, sufriendo la lluvia hasta el momento de la entrada. 
También corrió el paso de misterio de la Hermandad de la Amargura, que sin apenas detenerse logró llegar a la Parroquia de los Descalzos, mientras que el paso de palio se volvía a la Catedral, quedando la cofradía partida en dos. Finalmente, la Hermandad del Prendimiento se refugió también al completo en la Catedral, donde estaba desde el lunes la Candelaria.
Llegados a este punto, lo que había sido durante toda la tarde y parte de la noche un Miércoles Santo esplendoroso, se convirtió en otra jornada, como el Lunes Santo, con un final abrupto, sólo que en este caso nadie esperaba que se estropeara de esta forma. Las previsiones del lunes sí que eran algo más claras.
Finalmente, sólo quedaba que se confirmara lo que parecía evidente dadas las circunstancias: que el Soberano Poder, el Prendimiento y el palio de la Amargura se quedarían donde estaban y volverían a sus respectivos templos, como la Candelaria, en la tarde del Domingo de Resurrección. El inicio de la Pascua se acababa de convertir prácticamente en una jornada extra de la Semana Santa jerezana.