Como cada último sábado de mayo, la Archicofradía de María Auxiliadora Coronada realizó su salida procesional con sus dos pasos, el de San Juan Bosco y el de María Auxiliadora; pero este año con la novedad del itinerario escogido por la corporación, que la llevó a recorrer algunas de las calles del centro histórico, dando así lugar a estampas nada habituales.
Para afrontar este recorrido, la cofradía salió de la Basílica a las seis y media de la tarde y en un primer momento hizo lo mismo que el Sábado Santo hace la Hermandad de la Trinidad: tomar la Ronda y entrar en el centro por la calle Mateos. Se diferenció de la Trinidad en que la visita a la Hermandad de los Gitanos la llevó a cabo en ese momento y después ya se diferenció por completo buscando la calle Sol para pasar por San Román y por la Iglesia de los Terceros, donde fue recibida por la Hermandad de la Cena.
A los sones de la Agrupación Musical de Los Gitanos, llegó hasta ahí el paso de San Juan Bosco, comandado por Fernando Aguado. Don Bosco giró para mirar hacia Los Terceros, que tenía las puertas abiertas de par en par, dejando ver al fondo, ante el retablo mayor, el conjunto escultórico de la Sagrada Cena, para el que el propio Aguado ha diseñado el que será su nuevo paso.
Tras una parada, el paso de San Juan Bosco, adornado íntegramente con claveles blancos, continuó su novedoso camino mientras la agrupación musical tocaba "Alma de Dios". Desde la calle Sol alcanzó luego la plaza de los Terceros y después se fue hacia Santa Catalina mientras sonaba "La Oración en el Huerto".
La mayor parte del cortejo de la procesión estaba entre sus dos pasos. Así, tras el de San Juan Bosco iban las representaciones de los grupos jóvenes de las hermandades de los Gitanos, los Panaderos y la Trinidad, la bandera pontificia o los estandartes de la Trinidad y de la propia Archicofradía de María Auxiliadora.
Por su parte, el paso de María Auxiliadora, cuyo capataz es Antonio Santiago, llegó a la Iglesia de los Terceros con la marcha "María Santísima del Subterráneo", interpretada por la Banda de Música María Santísima de la Victoria de Las Cigarreras, que es con diferencia la gran banda de las Glorias.
Tras volverse el paso y detenerse ante los cofrades de la Cena, el capataz dedicó la levantá a los hermanos de dicha cofradía que están ya en el cielo. Acto seguido, comenzó a sonar la marcha "Triunfal" y María Auxiliadora se empezó a alejar en dirección a la plaza de los Terceros, donde se detuvo.
Con "Madre Hiniesta", el paso continuó luego por la plaza y por la calle Capataz Manuel Santiago. De hecho, su hijo les dijo a los costaleros que estaban llegando "a la calle del maestro". Ante el retablo cerámico de Santa Lucía, junto a la puerta de salida de las cofradías con sede en Santa Catalina, el paso se paró para un relevo de costaleros. Más tarde se levantó y se internó por la estrechez de Alhóndiga a los sones de "Hosanna in excelsis", llegando a la puerta ojival del templo, donde María Auxiliadora se volvió ante la representación de la Hermandad de la Exaltación.
A continuación, el paso, adornado con rosas y astromelias blancas, se levantó y María Auxiliadora, que llevaba la Medalla de la Ciudad, se dispuso a seguir su novedoso itinerario por Almirante Apodaca, alejándose de Santa Catalina con la marcha "Nuestra Señora de Guadalupe" entre una gran cantidad de personas que seguían a la cofradía por estas calles.
"Auxilium Christianorum" fue la siguiente marcha que se pudo escuchar tras el paso de María Auxiliadora, que desde Almirante Apodaca salió a la plaza de San Pedro cuando ya anochecía. La Hermandad del Pilar la esperaba en la parroquia y tuvo además el detalle de acercar a su Virgen a la puerta, aprovechando que estaba sobre unas andas para la celebración del rosario de la aurora que iba a tener lugar a la mañana siguiente.
Hasta la puerta de San Pedro llegó María Auxiliadora con la marcha "Reina de Todos los Santos" y se detuvo a muy pocos metros del dintel para que ambas imágenes marianas estuvieran frente a frente en un momento inédito.
Minutos después, tras una levantá dedicada por Antonio Santiago a la Hermandad del Pilar, de la que también es su capataz, María Auxiliadora comenzó a alejarse con la marcha "Esperanza de vida". Poco antes de la confluencia con la calle Santa Ángela de la Cruz, el paso se paró unos instantes para luego girar con "Coronación".
De camino de regreso a la Basílica, la cofradía pasó ante los conventos de las Hermanas de la Cruz y del Espíritu Santo. Luego tomó la calle Dueñas en dirección de nuevo a San Román, y por la calle Sol salió a la Ronda para entrar en su templo en torno a las doce y cuarto de la noche, tras recorrer un itinerario histórico lleno de grandes momentos para el recuerdo.