Este sábado tuvo lugar la salida procesional de la Virgen de Valvanera, que fue retrasada en casi una hora debido a la incertidumbre meteorológica existente, ya que durante el mediodía había llovido y se esperaban más precitaciones para esa misma noche.
Por este motivo, pasadas las siete de la tarde, hora fijada para la salida, el paso estaba aún en el presbiterio del templo a la espera de noticias. En ese momento se anunciaba a hermanos y devotos que la junta de gobierno de la hermandad había consultado los partes meteorológicos y la única decisión tomada fue la de esperar hasta las ocho menos veinte para volver a reunirse y tomar la decisión definitiva.
Pero antes incluso de esa reunión ya se estaba formando la cofradía en el interior del templo, encabezada por la cruz parroquial y ciriales, seguida de hermanos con cirios y las diferentes insignias: el banderín de San Benito, el banderín concepcionista, el del grupo joven de la Hermandad de San Benito, el estandarte de esta cofradía del Martes Santo, el libro de reglas y el estandarte de la Hermandad de Valvanera.
Una pareja de religiosas de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados se acercaron a la parroquia para interesarse por si la Virgen iba a salir o no, ya que los residentes la esperaban en la puerta, dentro del patio de la residencia.
Finalmente, se optó por salir a la calle, aunque advirtiendo que el tiempo era inestable y que podría llover, aunque fuera levemente, por el camino.
Eran cerca de las ocho de la tarde cuando la cruz parroquial salía a la calle San Benito para comenzar la salida procesional de la Patrona de La Rioja, que lo es también del barrio de la Calzada. El cortejo fue saliendo con rapidez para dejar paso al cuerpo de acólitos.
Carlos Morán, hermano mayor y capataz de la Virgen de Valvanera, mandó detener el paso, exornado con claveles blancos, nardos y gladiolos, antes de salir. La imagen, junto al roble que lleva detrás, árbol marcado por un ángel donde el ladrón Nuño Oñez y el clérigo Domingo hallaron a la Virgen en Valvanera (La Rioja), estaba bajada en el paso para poder sortear el dintel. Así salió a la calle hasta que posteriormente pudo recuperar su altura natural, setenta centímetros más arriba.
Este año se estrenaban las coronas de plata sobredorada para la Virgen y el Niño, obra de Manuel de los Ríos. Y también era novedad tras el paso la Banda de Música de Nuestra Señora de las Nieves, de Olivares, formación de gran calidad, que sustituía a la Banda de La Algaba, contratada en 2013 únicamente por ese año. A la salida se interpretó, como es costumbre, el Himno Nacional.
Entre inevitables miradas al cielo, que no abandonaba el amenazante gris de las nubes, la Virgen de Valvanera comenzó a recorrer las calles de la feligresía a los sones, en primer lugar, de “Valvanera, Patrona de la Calzá”, con la que pasó bajo la torre de la Parroquia de San Benito, recientemente restaurada, gracias a las aportaciones de los fieles.
Después, de camino a la residencia de ancianos sonó “Virgen de la Paz”, dos semanas después de la salida extraordinaria de la dolorosa de Antonio Illanes por el Parque de María Luisa y el barrio del Porvenir.
El capataz animaba constantemente a sus costaleros para que alargaran el paso. Había que recuperar el tiempo perdido por el retraso de la salida y tratar de esquivar la lluvia anunciada para la noche. Con la marcha “Mi Palma Coronada”, el paso de la Virgen de Valvanera giró para entrar en la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Hasta hace unos años, los ancianos y las hermanas salían a la calle, a la entrada del recinto para recibir a la Virgen. Pero ahora es la cofradía entera la que accede al interior del amplio patio de la residencia para pasar por delante de los soportales situados ante la puerta del edificio. Es, sin duda, mucho mejor para los residentes, que pueden esperar a la Virgen de Valvanera bajo techo en todo momento.
Con “Encarnación Coronada” llegó la Virgen hasta la comitiva que la esperaba en la residencia. El paso se volvió para que todos pudieran contemplar la cara de esa Madre a la que pedirían salud y fuerzas para continuar, además de poder volver a verla el año que viene en el mismo lugar.
Carlos Morán ordenó a sus costaleros que la levantá fuera a pulso, dedicada a los ancianos y a las hermanitas. Una de ellas se encargó de tocar el llamador en ese momento. “Gracia y Esperanza Nuestra” fue la marcha con la que la Virgen de Valvanera buscó después la salida de nuevo a la calle Luis Montoto.
A partir de ahí, la hermandad de gloria de la Parroquia de San Benito continuó su itinerario por el barrio de la Calzada. Un itinerario que se vio recortado por la lluvia que, ya de noche, hizo su aparición, obligando a un acelerado regreso al templo. Pero, al menos, la Virgen de Valvanera pudo salir, algo que, a juzgar por las previsiones meteorológicas, parecía impensable en los días previos a este último sábado del mes de septiembre.