Hacemos un breve resumen, mes a mes, de éstos y de otros muchos asuntos que ya son historia de un año en el que 'Periodista Cofrade' volvió a mirar también hacia Jerez de la Frontera para asistir a diferentes cultos de algunas de sus queridísimas cofradías.
ENERO
El año acababa de comenzar cuando conocimos el cartel de la Semana Santa de Sevilla, presentado con acierto prácticamente un mes antes de lo que era habitual en años anteriores. Fernando Vaquero pintó un cartel con el que se centró fundamentalmente en el dolor de María por la muerte de su hijo. La Virgen de la Quinta Angustia, el Cristo de la Caridad y el San Juan de la Amargura protagonizaron esta obra que tuvo una muy buena acogida (ver).
A mediados de mes regresaba a la Capilla de la Universidad la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, tras una restauración llevada a cabo por Pedro Manzano durante unos cuatro meses. En este tiempo fue objeto de una serie de actuaciones relacionadas con el estado estructural de la talla, eliminación de grietas y consolidación de la policromía (ver).
En enero la comunidad mercedaria del Convento de San Gregorio cerró el año jubilar del octavo centenario de la Orden con la celebración de un besamanos extraordinario a Nuestra Madre y Señora de la Merced, alejado este culto de su festividad anual del mes de septiembre (ver).
Por último, hay que destacar que la Hermandad de Montserrat inauguró el calendario de exposiciones cofradieras de 2019 con la muestra "400 años de Conversión en Sevilla", enmarcada en el ciclo "Círculo de Pasión", que organiza cada año el Círculo Mercantil e Industrial (ver).
FEBRERO
En los primeros días del mes de febrero tuvo lugar el besamanos a Nuestra Señora de la Candelaria Madre de Dios, que estrenó para ello un manto blanco de brocado con flores de tonalidades verdes, confeccionado por José Antonio Grande de León (ver).
Días más tarde se inauguraba en el Mercantil una curiosa exposición llamada "Pintura y arte floral: dos visiones complementarias". Se trataba de una muestra conjunta del pintor José Cerezal y del florista Javier Grado, que enseñaron su saber hacer, cada uno en su disciplina, junto a diversos enseres de un buen número de hermandades, incluyendo el paso de palio de la Virgen de las Aguas del Museo, que estaba montado al completo (ver).
También en febrero conocimos el cartel del L aniversario de la Hermandad de la Sed, pintado por Nuria Barrera (ver), así como la noticia de la aprobación de la salida extraordinaria de la Virgen de los Dolores de Torreblanca para el día 12 de octubre (ver).
Por su parte, la Hermandad de la Exaltación vivió por fin el besapié a su crucificado en la Iglesia de Santa Catalina, reabierta el 25 de noviembre de 2018 después de más de catorce años cerrada (ver).
Otro cartel presentado en febrero fue el de las Fiestas de la Primavera, obra en esta ocasión de Isabel Sola (ver). Y en el capítulo de besapiés, el Señor de la Oración en el Huerto estrenó en el suyo túnica y mantolín (ver), mientras que la Asociación de María Auxiliadora de Triana celebró otro en conmemoración de los 75 años de su imagen titular (ver).
Y antes de dejar febrero, y aunque duró hasta el 7 de marzo, mencionamos otra exposición del siempre activo Círculo Mercantil, como fue "Soledad universal", con motivo del XXX aniversario fundacional de la Confederación Nacional de Hermandades y Cofradías de la Soledad (ver).
MARZO
El tercer mes del año nos trajo el inicio de la Cuaresma, y por parte de la Hermandad de la Macarena vivimos el vía crucis del Señor de la Sentencia, que presentó varios estrenos, siendo el principal los nuevos faldones de las andas, obra de Charo Bernardino con diseño de David Calleja (ver). Además, conocimos el cartel de la cofradía, llamativa y colorida obra de Manolo Cuervo (ver).
El día 11, primer lunes de Cuaresma, tuvo lugar el Vía Crucis de las Cofradías, presidido por el Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, de la Hermandad de Montserrat. El impresionante crucificado de Juan de Mesa fue portado en posición vertical en unas andas construidas a partir de diferentes partes del paso de la Pura y Limpia del Postigo. En la Catedral fue el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, el encargado de realizar la alocución final ante la ausencia del arzobispo, Juan José Asenjo, convaleciente tras una operación (ver).
Por su parte, la Virgen de la Hiniesta estrenó en su besamanos una saya bordada en oro y plata sobre terciopelo azul por Manuel Solano, siguiendo el diseño de los bordados de Juan Manuel Rodríguez Ojeda realizados para esta hermandad (ver).
El Casino de la Exposición acogió la muestra del gran estreno de la Semana Santa de 2019, como fue el paso sobre el que por primera vez iba a salir a las calles la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, de la Hermandad del Cerro. "Un Cerro de Humildad" era el título de esta exposición, en la que también se pudo ver la cruz de estilo mixto (arbóreo y plano) que iba a portar sobre su hombro derecho (ver).
Y otra exposición fue la que se instaló en el patio de la Fundación Cajasol, dedicada al centenario de la marcha "Amarguras", una muestra en la que se reunieron diferentes enseres tanto de los hermanos Manuel y José Font de Anta, como de su padre, Manuel Font Fernández de la Herranz. Asimismo, se exponía el manto que llevaba la Amargura hace cien años, hoy de la Virgen del Desconsuelo de Jerez, y el manto actual (ver).
Entre los carteles que se conocieron este mes, destacan el de la Semana Santa de Triana, pintado por Sergio Cornejo (ver) y el de la Hermandad de la Misión, de José Cerezal (ver).
Por otro lado, la Hermandad de la Cena regresó la noche del día 22 a su sede, la Iglesia de los Terceros, desde la Parroquia de San Román, donde había estado residiendo desde septiembre de 2017 por las obras de restauración de su templo (ver).
Volvemos al Círculo Mercantil, que por tercer año acogió la exposición de los "Estrenos y restauraciones" previstos para la Semana Santa, entre los que destacaban los nuevos respiraderos del misterio de la Redención en el Beso de Judas, la restauración del manto y los varales del palio de Madre de Dios de la Palma o la restauración y reforma del techo del palio de la Virgen de Gracia y Esperanza (ver).
Finalmente, desde el 25 de marzo el hasta entonces primer tramo de la calle Placentines pasó a llamarse Cardenal Carlos Amigo, rotulación aprobada por el Ayuntamiento en reconocimiento a quien fuera arzobispo de Sevilla entre 1982 y 2009, siendo quien más tiempo ha ocupado la sede hispalense en toda la historia de la propia Archidiócesis (ver).
ABRIL
Antes del inicio de la Semana Santa, las hermandades completaron la Cuaresma con los últimos cultos, que se vieron afectados de forma desigual por la lluvia. Así, el mismo día en que la Hermandad del Buen Fin se vio obligada a celebrar su vía crucis en el interior del Convento de San Antonio de Padua (ver), como tuvieron que hacer en sus templos otras corporaciones, la Hermandad de la Exaltación sí que pudo celebrar en la calle el suyo, que no sólo era novedad por ser el primero tras la reapertura de Santa Catalina, sino que antes del cierre de esta iglesia los vía crucis de la cofradía no se realizaban por las calles (ver).
Por su parte, la Hermandad del Beso de Judas estrenó unas andas para el vía crucis del Señor de la Redención, obra de los Hermanos Caballero, como los nuevos respiraderos que se estrenaron el Lunes Santo (ver).
Por otro lado, la Hermandad de la Resurrección alargó el besamanos a Nuestra Señora de la Aurora, que tuvo una duración de dos días y no sólo uno, con motivo del cincuentenario de la corporación (ver). Y el besapié al Señor de la Cena volvió a celebrarse en la Iglesia de los Terceros, después de que el año anterior se desarrollara en San Román (ver).
Así, llegamos a la Semana Santa, que arrancó en sus vísperas con un radiante Viernes de Dolores (ver), en el que Nuestro Padre Jesús de Nazaret, de la Hermandad de Pino Montano, salió tras haber sido levemente restaurado por su propio autor, Fernando Castejón. El Señor de la Salud y Remedios de Bellavista estrenó, por su parte, una túnica lisa de terciopelo color buganvilla.
También hubo novedades en el palio de la Virgen del Dulce Nombre, que en su L aniversario estrenó los faldones y la restauración de los varales. El Cristo de la Corona, tras la lluvia de 2018, salió por fin a la calle con corona de espinas en la cabeza y no a sus pies, como había ocurrido hasta ahora. Y en Pasión y Muerte, la novedad estuvo en seis cartelas para su paso talladas por Mariano Sánchez del Pino.
Al día siguiente, vivimos un Sábado de Pasión de calor (ver) que en Torreblanca nos trajo una novedad musical, al acompañar al Cautivo la Agrupación de la Sentencia de Jerez, que sustituía a Virgen de los Reyes. Y en otro punto de la ciudad, la Hermandad de la Milagrosa se vio obligada a modificar su horario y su itinerario por la celebración del partido de fútbol entre el Sevilla y el Betis en el Sánchez Pizjuán. El palio de la Virgen del Rosario estrenó la gloria, pintada por Nuria Barrera y dedicada a la protección de la Madre de Dios durante la batalla de Lepanto, y la restauración de los varales. Y también fue novedad la marcha "Galeona de Sevilla", de Abel Moreno.
Ya en el Domingo de Ramos (ver), el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Victoria estrenó la cruz, el suelo y una modificación de la posición de las tallas secundarias que incrementó la interacción entre ellas.
Por otro lado, Nuestro Padre Jesús Despojado estrenó las potencias, realizadas en plata sobredorada y repujada por Gustavo Larios, mientras que la Virgen de la Hiniesta salió con la saya de Manuel Solano estrenada en febrero en el besamanos, y por primera vez fue acompañada por la Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor, que ocupó el lugar de la Banda del Carmen de Salteras, este año tras la Amargura.
Y dos apuntes más del Domingo de Ramos, día que acabó en carrera oficial con importantes retrasos: la Virgen de Gracia y Esperanza estrenó su reformado techo, mientras que la Estrella salió con el palio azul con bordados de Rodríguez Ojeda.
El Lunes Santo (ver) encontramos dos importantes cambios musicales. Así, tras el Cautivo de Santa Genoveva iba por primera vez una agrupación, la de la Pasión de Linares, en lugar de una banda de cornetas y tambores; y la Banda del Rosario de Cádiz sustituyó tras el Cristo de las Aguas a la Banda de las Tres Caídas de Triana. Por otro lado, la imagen de Santa Marta salió tras su restauración por Pedro Manzano en el único paso de la cofradía del mismo nombre, mientras que la Virgen de las Tristezas de la Vera-Cruz llevó en su palio varias piezas nuevas de su candelería, de Orfebrería Villarreal.
Novedoso prácticamente de principio a fin fue el Martes Santo (ver), que recuperó el sentido habitual de la carrera oficial, de la Campana a la Catedral, después del experimento del año pasado. El Consejo lo impuso así y diseñó el nuevo orden de paso, que se inició con San Esteban y siguió con el Cerro, la Candelaria, San Benito, la Bofetá, los Javieres y los Estudiantes, cerrando de nuevo la jornada la Hermandad de Santa Cruz, que estrenaba la restauración y dorado de parte de los respiraderos del paso del Cristo de las Misericordias. No fue un plan perfecto, pero tampoco se produjo el caos que muchos agoreros vaticinaban.
Pero, sin duda, el gran estreno de la jornada fue ver por las calles por primera vez al Nazareno de la Humildad, de la Hermandad del Cerro, en un paso de Francisco Verdugo, con la participación en su ejecución de Manuel Mazuecos y los Hermanos Delgado.
El Miércoles Santo (ver) comenzó a torcerse la Semana Santa con la llegada de la incertidumbre meteorológica. Las primeras cofradías, sin embargo, salieron a las calles confiando en que las nubes no llegaran a descargar, pero el riesgo se incrementó y la Hermandad del Carmen Doloroso se quedó en la Catedral a la espera de ver cómo evolucionaba la cosa. Justo detrás, la Sed y San Bernardo optaron por seguir adelante, aunque acelerando en gran medida y recortando sus itinerarios.
El Buen Fin, por su parte, tuvo que refugiarse en la Anunciación cuando la lluvia efectivamente hizo su aparición, mientras que la Lanzada metió el misterio en el Salvador y el palio se quedó en la Catedral, lo que también hizo el Baratillo. Más tarde, estas tres cofradías volverían a las calles para regresar a sus templos, lo que en último lugar hizo el Carmen, que acabó entrando en Omnium Sanctorum pasadas las tres de la madrugada.
Por su parte, el Cristo de Burgos y los Panaderos suspendieron sus estaciones de penitencia, mientras que las Siete Palabras se volvió estando ya el paso del Señor de la Divina Misericordia en la Plaza de la Campana.
Y la lluvia se convirtió en tormenta de granizo el Jueves Santo (ver), dejando en sus templos a los Negritos, las Cigarreras, Monte-Sión y la Exaltación. Esta última no pudo vivir la alegría de salir nuevamente de Santa Catalina, de la que salió por última vez para hacer su estación de penitencia en el lejanísimo 2004. Mejor suerte tuvieron la Quinta Angustia, el Valle y Pasión, hermandades que sí que pudieron salir cuando ya el tiempo mejoró y la jornada se arregló.
Entre lluvia y lluvia, se salvó la Madrugá (ver), que por segundo año puso en práctica la reforma de 2018, con el Calvario rodeando por el Museo y Alfonso XII, y el Silencio por la Gavidia, y con el Gran Poder pasando por la Capilla del Dulce Nombre de Jesús.
Por otro lado, hay que indicar que el paso de palio de la Virgen de la Presentación estrenó la restauración de sus caídas, labor realizada por Jesús Rosado, y la Esperanza de Triana fue acompañada por primera vez en la Madrugá (ya se estrenó en noviembre de 2018 en sus salidas extraordinarias) por la Banda de Música de Las Cigarreras. Esta hermandad, por cierto, recortó el itinerario de vuelta desde la Plaza del Altozano hasta la entrada pasando únicamente por la calle Pureza; aunque lo hizo tan lentamente que al final acabó entrando prácticamente a las misma hora a la que lo habría hecho recorriendo su itinerario al completo.
Pero no cabe duda de que la gran novedad estuvo en la Hermandad de los Gitanos, donde el Señor de la Salud no llevó una túnica lisa, sino la bordada dos años antes por el taller de Sucesores de Caro, reproduciendo el diseño de la de Rodríguez Ojeda perdida en el incendio de San Román en 1936.
La jornada peor parada en la Semana Santa de este año fue la del Viernes Santo (ver), en la que no llegó a salir a la calle ni una sola de las siete hermandades que la conforman. Todas acertaron porque todas, sin excepción, se habrían mojado si llegan a salir. En la Carretería nos quedamos sin asistir al estreno de la Banda de Música Julián Cerdán, de Sanlúcar de Barrameda, tras el palio de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, que también presentaba recién restaurada por Manuel Solano la saya de las Hermanas Antúnez, del siglo XIX. Y la Virgen de la O, por su parte, se quedó en su parroquia sin mostrar en las calles su corona más antigua, la de plata sobredorada labrada en 1940 por Francisco Bautista.
El panorama cambió de forma radical el Sábado Santo, cuando las cinco cofradías pudieron hacer sus estaciones de penitencia en la Catedral, que en el caso de la Hermandad del Sol fue la décima de su corta historia (ver). Entre los estrenos de esta jornada, la parihuela del palio de la Virgen del Sol o los bordados de los respiraderos laterales del paso del Decreto de la Trinidad.
Y finalmente, llegó el Domingo de Resurrección (ver), que nos deparó una inédita estampa, como fue ver a la Virgen de la Aurora bajo el palio diseñado por Garduño y bordado por Fernández y Enríquez para la Estrella. La imposibilidad de Paleteiro de terminar a tiempo el nuevo palio de la Aurora llevó a la hermandad de Santa Marina a solicitar a la cofradía trianera el que su dolorosa no utilizó el Domingo de Ramos.
Finalizada la Semana Santa, los últimos acontecimientos del mes de abril fueron la presentación del cartel de las Glorias 2019, obra del taller de Daroal (ver), y los traslados de ida y vuelta de la Catedral del simpecado de la Hermandad del Rocío de la Macarena, que presidió el Pregón de las Glorias que pronunció el día 26 Manuel Martín Fajardo.
MAYO
El quinto mes del año comenzó en su festivo día 1 con la primera salida procesional del periodo letífico. La forma en que cayó la Feria en el calendario de 2019 llevó a modificar la fecha de la salida de varias hermandades; muchas de ellas la tuvieron que retrasar, pero la Hermandad de San José Obrero optó por todo lo contrario y adelantó al mismo día 1 la salida de su santo titular. Fue miércoles, aunque habitualmente la salida procesional de esta cofradía es siempre el primer domingo de mayo, que este año fue el segundo día de la Feria (ver).
El 18 de mayo fue un día que la Hermandad de los Negritos guardará para siempre como uno de los más destacados de su dilatada historia. Nuestra Señora de los Ángeles fue coronada en la Catedral. El día antes tuvo lugar el traslado hasta el primer templo de la Archidiócesis desde la Parroquia de San Roque, donde se había celebrado el triduo preparatorio. La tarde del 18 fue la salida extraordinaria del palio de la Virgen de los Ángeles de regreso a su capilla, a la que llegaría cerca de las tres de la madrugada tras una bellísima jornada para el recuerdo (ver). Y una semana más tarde se celebraría un besamanos extraordinario (ver).
Este mes también tuvo lugar el besamanos a Nuestra Señora de los Desamparados del Parque Alcosa, un culto en el que la dolorosa estrenó una saya bordada en oro sobre terciopelo burdeos, obra de Manuel Solano, que reprodujo una de las que fueron robadas en marzo de 2018 de la casa hermandad (ver).
El día 30, festividad de San Fernando, los restos del Rey Santo se pudieron visitar por primera vez no sólo por la mañana, sino también por la tarde, teniendo además que mantener abierta la Capilla Real hasta más allá de las nueve de la noche, hora prevista para el cierre, dada la gran cantidad de personas que se acercaron a contemplar su cuerpo en la urna de plata de Juan Laureano de Pina (ver).
Por su parte, la Hermandad de Pasión y Muerte celebró el rosario vespertino con la Virgen del Desconsuelo y Visitación el viernes 31, haciéndolo coincidir con la festividad de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel (ver).
Finalmente, hay que destacar que, 43 años después, los titulares de la Hermandad de la Estrella volvieron a la Parroquia de San Jacinto, donde continúan residiendo de manera provisional debido a las obras de ampliación que se están llevando a cabo en su capilla (ver).
JUNIO
El miércoles 5 de junio regresó a la Iglesia de San Martín la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera con un aspecto renovado e inmejorable tras la restauración a la que fue sometida durante cinco meses por Juan Manuel Miñarro. La mejora en la policromía fue más que evidente (ver).
Por otro lado, el 15 de junio se despidieron de la Parroquia del Dulce Nombre de Bellavista los titulares de la hermandad de penitencia que tiene en ella su sede, pasando a la Parroquia del Sagrado Corazón. Fue el paso previo al inicio de los trabajos de demolición del edificio para la construcción de una nueva parroquia más funcional que será una realidad en los próximos meses (ver).
Junio fue el mes de una fiesta del Corpus Christi bastante tardía, para la que el Ayuntamiento de Sevilla editó un original cartel anunciador pensado como una obra colectiva de hasta catorce artistas diferentes (ver). Y llegada la fiesta, o más bien la víspera, la Hermandad de la Hiniesta se vio obligada a modificar el itinerario del traslado de ida de su Virgen gloriosa hasta la Plaza de San Francisco debido a las obras que se estaban realizando en diversas calles del barrio de San Julián (ver).
Por último, la Hermandad de la Trinidad presentó el cartel del bicentenario de la Virgen de la Esperanza, una llamativa obra de Fernando Vaquero, que imaginó la presencia de la dolorosa en el taller de su autor, Juan de Astorga (ver).
JULIO
Ya en pleno verano no se detuvo la actividad cofradiera, destacando especialmente el traslado de los titulares de la Hermandad de Santa Genoveva a la Parroquia de San Sebastián, en el barrio del Porvenir, con motivo de las obras que se iban a realizar en su propio templo, basadas fundamentalmente en el cambio del suelo (ver).
Pero julio es, sin duda, el tiempo de las hermandades del Carmen. De sus procesiones de este año hay que subrayar la segunda salida con carácter regular de la Virgen del Carmen de Santa Ana, en esta ocasión iluminada por los candelabros del paso de la Hiniesta Gloriosa (ver), el estreno de un juego de candelabros para el paso de la Virgen del Carmen de Calatrava (ver) o el fallo que surgió en la sujeción del Niño Jesús de la Virgen del Carmen de San Gil, que obligó a retirarlo y a llevarlo en brazos de sus camareras delante del paso (ver).
En cualquier caso, la gran noticia fue la primera salida procesional de la Virgen del Carmen de Santa Catalina por fin desde su templo dieciséis años después de la última vez, antes de su clausura para una restauración excesivamente prolongada en el tiempo. La suspensión el Jueves Santo de la estación de penitencia de la Exaltación dejó a la Virgen del Carmen el privilegio de ser la primera en realizar su salida procesional desde el felizmente recuperado templo mudéjar (ver).
Terminando el mes de julio, conocimos el cartel del Día de la Virgen 2019, obra de Nuria Barrera (ver), y además, vimos a los titulares de la Hermandad de San Roque y a la Virgen de la Sierra juntos en el altar mayor de la parroquia debido a unas obras previstas en la nave del Evangelio que finalmente se pospusieron para más adelante (ver).
AGOSTO
El mes de agosto es siempre mucho más tranquilo en la actividad de las hermandades, pero siempre hay cosas que destacar, como los cultos en honor a la Virgen de los Ángeles de los Negritos con motivo de su festividad; los primeros tras su Coronación Canónica del mes de mayo. Con la enriquecida corona procesional y con la réplica de la Medalla de la Ciudad, la dolorosa presidió un altar de cultos durante los primeros días del mes (ver).
Y agosto es también el mes de la Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes, que salió este año con el manto verde, de 1853, en la mañana del día 15. Además, los dos besamanos volvieron a tener como escenario la Capilla Real de la Catedral (ver).
SEPTIEMBRE
El mes de septiembre se abrió y se cerró mostrando el resultado de dos restauraciones. Por un lado, la de la Virgen de la Soledad de los Servitas a cargo de su propio autor, Antonio Joaquín Dubé de Luque (ver); y por otro, la de la Virgen del Rosario de San Vicente, llevada a cabo por Pedro Manzano (ver).
Además, la lluvia se erigió en protagonista de varias salidas procesionales, obligando a suspender la de la Virgen de la Luz por segundo año consecutivo, y haciendo que tuviera que volver precipitadamente la Virgen del Juncal (ver), entre otras incidencias.
Por su parte, la Hermandad de Bellavista celebró por vez primera el besamanos a la Virgen del Dulce Nombre en la Parroquia del Sagrado Corazón (ver), de la que días más tarde salió para la celebración del rosario vespertino en el día de su festividad (ver).
Precisamente, durante dicho rosario los cofrades de Bellavista pidieron por la recuperación del autor de su dolorosa, Luis Álvarez Duarte, que días atrás había sufrido un ictus. No pudo ser, sin embargo, dado que a la mañana siguiente el imaginero falleció en el hospital donde estaba ingresado (ver).
Por su parte, la Hermandad de Montserrat recuperó este año un culto antiguo, como fue la función en honor a su dolorosa en la jornada de los Dolores de la Virgen, recuperación motivada por el IV centenario del Cristo de la Conversión (ver). Ese mismo día, la Hermandad de la Vera-Cruz tuvo que modificar el itinerario habitual del rosario público con la Virgen de las Tristezas por las obras de la calle Baños, pasando por la Plaza de San Lorenzo (ver).
En San José Obrero, los días 21 y 22 tuvo lugar el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores, la primera obra de Álvarez Duarte. Debido a su reciente fallecimiento, la Virgen se presentó para este culto vestida de luto (ver).
Y, por supuesto, el recuerdo a Álvarez Duarte también estuvo presente en la salida extraordinaria que el día 28 realizó el Cristo de la Sed con motivo del cincuentenario de la hermandad; una salida en la que recorrió las calles del barrio de Nervión por las que pasaba cada año cuando salía en la tarde del Viernes de Dolores, incluyendo su paso por lo que queda de la antigua cárcel de la Ranilla (ver).
Ese mismo día, la Virgen de los Reyes de la Hermandad de los Sastres estrenó en su salida procesional cuatro grandes candeleros con guardabrisas en la delantera de su paso (ver). Y al día siguiente, Santa Lucía volvió a salir de su casa, la Iglesia de Santa Catalina (ver), mientras que la Virgen del Dulce Nombre de la Bofetá entró por vez primera, durante su rosario matinal, en la Basílica del Gran Poder (ver).
Finalmente, hay que apuntar el regreso, también aquel domingo, del Cautivo de Santa Genoveva y la Virgen de las Mercedes a su parroquia, una vez finalizadas las obras realizadas (ver).
OCTUBRE
El décimo mes comenzó con una estampa diferente en la Capilla de Montserrat, donde tuvo lugar el besamanos y los cultos habituales a Nuestra Señora del Rosario, que recibe culto durante el año en la Parroquia de la Magdalena. De forma extraordinaria, la imagen, titular letífica de la cofradía del Viernes Santo, se trasladó a la capilla por el IV centenario del Cristo de la Conversión (ver).
Y otro besamanos muy especial fue el de la Virgen del Rosario de la Hermandad del Carmen de Santa Catalina, de nuevo en su templo tras su reapertura (ver).
En el primer sábado del mes, hay que subrayar la salida procesional del Rosario del Barrio León, que estrenó recorrido y una marcha procesional, "A mi Virgen del Rosario", de David Torres (ver); y la de la Divina Enfermera, por primera vez en la calle tras su restauración (ver). Por su parte, la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma visitó la Capilla de San Andrés, donde fue recibida por la Hermandad de los Panaderos (ver), coincidiendo con el besamanos a la Virgen de Regla (ver).
La Hermandad de Torreblanca vivió el día 12 la salida extraordinaria de la Virgen de los Dolores en su paso de palio por las calles del barrio, estrenando para la ocasión los respiraderos laterales. Por su parte, la Hermandad de la Resurrección celebró en la propia Iglesia de Santa Marina una exposición documental conmemorativa de su L aniversario fundacional (ver) y prestó a la de Monte-Sión las andas de María Santísima del Amor para el traslado de la Virgen del Rosario hasta el Convento del Espíritu Santo, donde nuevamente se celebraron los cultos en su honor (ver).
Por otro lado, la Hermandad de San Gonzalo celebró el besamanos a Nuestra Señora de la Salud, que contó para su montaje con el techo de palio de la Estrella, dado que parte de los enseres de la cofradía de San Jacinto se encuentran en las dependencias de San Gonzalo con motivo de las obras de ampliación de su capilla (ver).
En octubre también se conoció la aprobación de las reglas de la Divina Pastora de Padre Pío como nueva hermandad de Sevilla, la número 125 de la ciudad (ver). Por otro lado, el Grupo Parroquial de Devotos del Santísimo Cristo del Perdón salió en su vigésima procesión desde el Convento de Santa Isabel, una vez clausurado definitivamente el Convento del Socorro, su sede fundacional (ver).
Y en cuanto al resto de salidas procesionales del mes de octubre, la lluvia afectó de diferente manera a las de la Virgen del Rosario de las Aguas (ver) y la Virgen de Montemayor (ver), que fueron suspendidas, y a las de la Virgen de las Nieves (ver) y la Virgen del Rosario de San Julián (ver), que se vieron sorprendidas por el agua durante su recorrido. El itinerario de esta última, además, tuvo que ser modificado por las obras en las calles del barrio.
La que sí pudo salir sin problemas fue la Virgen del Rosario de la Macarena, que estrenó la restauración de la saya y de sus atributos de orfebrería; y también fue novedad la recuperación de la antigua cruz de guía de la hermandad (ver).
Para finalizar, dos apuntes más antes de completar el repaso al intensísimo mes de octubre: el besamanos a la Virgen de las Lágrimas de la Exaltación en la capilla sacramental de Santa Catalina (ver) y el de la Virgen del Amor de Pino Montano, que estrenó una corona del orfebre Antonio Santos y un camafeo de Joyería El Toisón (ver).
NOVIEMBRE
El día 1, festividad de Todos los Santos, tuvo lugar el rosario de la aurora de la Virgen del Rosario de Monte-Sión, que en esta ocasión se trasladó al Convento del Buen Suceso, donde se celebró la Eucaristía y el posterior regreso a la calle Feria (ver). Precisamente, la Virgen del Carmen de dicho convento protagonizaría el día 9 su primera salida procesional con carácter ordinario.
Ya por la tarde, la Virgen del Rosario de Santa Catalina realizó su primera salida procesional desde la reapertura del templo (ver), como también tuvo lugar la primera salida de la Virgen del Rosario de San Vicente tras su restauración (ver). Además, la Hermandad del Carmen del Santo Ángel celebró el besamanos de Ánimas en el Convento de las Teresas con motivo del XXV aniversario de la reorganización de la cofradía (ver).
Por otra parte, el Círculo Mercantil e Industrial acogió la exposición de estrenos de las hermandades de gloria, que incluyó una parte dedicada a la advocación de la Divina Pastora (ver).
En la Capilla de Montserrat se celebró un besapié extraordinario al Cristo de la Conversión dentro de los cultos relacionados con su cuarto centenario (ver). Días más tarde, durante su salida procesional, la Virgen del Amparo visitó por este mismo motivo la capilla de su cofradía vecina, llegando a entrar el paso para situarse frente al crucificado de Juan de Mesa (ver).
El día 7 se produjo la triste noticia del fallecimiento de Antonio Joaquín Dubé de Luque, que llevaba varias semanas ingresado en el Hospital Virgen del Rocío, dejando detrás una amplísima trayectoria artística como imaginero, pintor y diseñador de pasos y enseres (ver).
En cuanto a la Hermandad de la Reina de Todos los Santos, este año se celebró la salida procesional (ver) antes que el besamanos (ver), al contrario de lo que es habitual en esta corporación de la calle Feria. Asimismo, en aquellos días en el Mercantil hubo otra exposición, en este caso dedicada al centenario del manto procesional de la Virgen de las Lágrimas y que recibió por título "Un siglo de oro" (ver).
El Ayuntamiento fue escenario por otra parte de la exposición benéfica "Juan de Mesa y la Hermandad de Montserrat", una muestra colectiva en la que participaron 37 artistas diferentes (ver), mientras que en la Parroquia de la Concepción la Hermandad de la Sed cerró los actos de su L aniversario fundacional con un besapié y un besamanos de carácter extraordinario a sus dos imágenes titulares durante los días 30 de noviembre y 1 de diciembre (ver).
Un último apunte del mes de noviembre es el relativo al cierre de la Parroquia del Sagrario para la realización de unas complicadas obras de mantenimiento y rehabilitación del templo, que llevaron al Cristo de la Corona a trasladarse al trascoro de la Catedral, donde permanecerá durante muchos meses (ver).
DICIEMBRE
Aunque se inauguró aún en noviembre, la mayoría de los días que permaneció abierta en el Círculo de Labradores la exposición sobre el centenario de la reorganización de la Hermandad de la Bofetá correspondieron al mes de diciembre. Fue una buena ocasión de conocer gran parte del patrimonio histórico y artístico de la corporación de San Lorenzo (ver).
En este mes de diciembre, también hay que mencionar el cambio de recorrido que el día 6 realizó la Pura y Limpia del Postigo durante su salida procesional, centrándose principalmente en su paso por el barrio del Arenal, donde visitó las sedes de las hermandades del Baratillo, la Carretería y las Aguas (ver).
Además, en lo que respecta a los tradicionales besamanos de la festividad de la Inmaculada Concepción, este año se ha unido como novedad la Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio (ver).
También ha llamado la atención este año el altar del triduo en honor a la Virgen de las Aguas, de la Hermandad del Museo, para el que el Cristo de la Expiración fue llevado hasta la puerta de la capilla, donde estuvo de manera provisional junto a los cuatro evangelistas y dos candelabros de su paso (ver).
Por otra parte, este mes de diciembre se han cumplido 25 años de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Encarnación, de la Hermandad de San Benito. Por este motivo, la dolorosa se trasladó el día 13 en su paso de palio a la Catedral, donde al día siguiente se celebró una función solemne; y el domingo 15, por la mañana, la Virgen regresó en procesión extraordinaria hasta su templo (ver).
Por último, en días pasados vivimos el regreso del Señor en su Soberano Poder a la Parroquia de San Gonzalo después de su restauración por parte de Pedro Manzano (ver), así como la exposición en el Ayuntamiento del nuevo palio de la Virgen de la Aurora, de la Hermandad de la Resurrección, que podrá ser estrenado por fin la próxima Semana Santa (ver).
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2019 ha sido un año en el que Jerez ha estado muy presente en 'Periodista Cofrade'. No sólo asistiendo a varios besamanos y besapiés de la Cuaresma y recogiendo numerosos carteles de sus cofradías, como ha ocurrido también en los últimos años, sino también acudiendo por tercer año consecutivo a la estación de penitencia de la Hermandad de Bondad y Misericordia el Jueves de Pasión (ver), a las salidas extraordinarias vividas por la Hermandad del Prendimiento (ver) y por la Hermandad de las Viñas (ver y ver), a la exposición del XXV aniversario del Cristo de la Clemencia (ver) y al traslado de la Hermandad del Consuelo desde la que era su capilla hasta el Convento de las Hermanas de la Cruz (ver). Además, también ocupó un espacio la presentación del último número de la revista "El Pertiguero", que incluía numerosas fotos pertenecientes a este blog (ver).
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Un total de 400 entradas han sido publicadas en 'Periodista Cofrade' en los últimos doce meses. Evidentemente, son menos de las que las cofradías han generado en este año, dado que cualquier cofrade podrá echar en falta alguna salida procesional, algún besamanos o besapié, algún acto, culto o exposición. Una sola persona, un solo cofrade, un solo periodista es el responsable de un blog que el próximo mes de febrero cumplirá once años. Pese a las limitaciones, a partir de mañana comenzará un nuevo año. Y, si Dios quiere, dentro de 366 días estaremos repasando cómo habrá sido 2020.