Por segundo año consecutivo, la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados del Parque Alcosa ha sustituido su tradicional salida procesional del último sábado de mayo por una exposición a la veneración durante todo el fin de semana con carácter solidario. Y es que durante el sábado y el domingo en que la Virgen ha estado en el presbiterio bajo de su parroquia, sus devotos han podido llevar donaciones de alimentos para personas desfavorecidas del barrio y que se repartirán por medio del dispensario llamado precisamente Madre de los Desamparados.
Los alimentos fueron llenando el espacio reservado ante el altar donde recibe culto todo el año la dolorosa; altar que estaba ocupado por una cruz de guía sobre un monte de corcho con dos ángeles del paso, flores silvestres y cuatro candeleros con cera blanca.
La Virgen de los Desamparados estaba vestida con su manto de salida y con la saya que Manuel Solano bordó en oro sobre terciopelo burdeos en 2019, siguiendo el diseño de una de las dos sayas que fueron robadas el año anterior de la casa hermandad. En la cabeza tenía la corona procesional de la Virgen del Rosario de la Hermandad de la Milagrosa que ya llevó en el besamanos de 2018 (ver). Hay que recordar en este sentido que para la veneración extraordinaria de la cofradía de Ciudad Jardín en la pasada Semana Santa la Hermandad de los Desamparados cedió a la Virgen del Rosario el manto de salida (ver).
En el pecherín, la Virgen de los Desamparados llevaba varias joyas, como un alfiler con su advocación, un puñal, una cruz pectoral y la tau franciscana. Y otras estaban en el fajín hebraico que llevaba; entre ellas, una medalla de la Virgen del Rocío de Almonte. Por otro lado, en los dedos se podían ver varios anillos, mientras que con la mano derecha sujetaba un pañuelo y con la izquierda un rosario.
A las flores preparadas por la priostía de la hermandad en el montaje de esta veneración, situadas en un gran centro ante la imagen y en dos jarras sobre columnas doradas de fuste salomónico, se unieron las ofrendas entregadas por devotos y diversos colectivos que fueron colocadas también junto a la Virgen, así como dos blandones dorados.
Al fondo se situó un dosel de cultos de la Hermandad de San Benito, que también se utilizó en aquel besamanos de 2018, sobre una estructura formada por algunos de los elementos del paso procesional de la Virgen de los Desamparados. Ante el dosel había un trono y alrededor un gran número de candeleros, dos jarras con más flores y diversas jarritas con flores de talco.
Finalmente, en los laterales había dos ciriales, mientras que en el lado derecho estaba la cruz parroquial entre otra pareja de ciriales y en el extremo de dicho lado se encontraba el estandarte corporativo.