La Capilla del Dulce Nombre de Jesús, en la Parroquia de Santa María Magdalena, acoge desde hoy y hasta mañana el besapié al Cristo del Sagrado Descendimiento y el besamanos a la Virgen de la Quinta Angustia, culto previo a la subida al paso de las imágenes, que en el caso del Cristo se hará de forma pública mañana por la noche a partir de las nueve.
El montaje de estos besapié y besamanos responde al esquema habitual de cada año, con el Cristo tumbado en el centro de la capilla con las potencias puestas. En los laterales tiene hasta ocho grandes blandones dorados con cera azul, cuatro a cada lado, y dos faroles de plata sobre pies de base cuadrada. Además, a los pies de la estructura en la que se encuentra la imagen hay dos jarrones de cerámica con claveles rojos.
Al fondo, ante un cortinaje azul y un dosel rojo con una corona en la parte superior, se sitúa la dolorosa de la Quinta Angustia, vestida con su nuevo manto procesional y una saya de color burdeos bordada en oro. Detrás están la cruz de guía entre faroles y dos jarras con claveles blancos.
En la parte izquierda de la capilla, bajo la talla del Señor Resucitado de Jerónimo Hernández, hay un pequeño altar con una imagen de la Inmaculada Concepción. Por su parte, el Dulce Nombre de Jesús se ubica en el templete en el que procesiona el día del Corpus, ante la puerta de la capilla, entre candeleros con cera blanca, dos ángeles con faroles y un pequeño centro de claveles blancos a sus pies.
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