El barrio de Heliópolis vivió el pasado sábado la salida procesional del Inmaculado Corazón de María, de la Hermandad de la Misión, por sus calles. Aunque llegó a llover durante la tarde en algunos momentos, el cielo se abrió para que algunos minutos más tarde de las nueve y cuarto de la noche el cortejo, encabezado por la cruz de guía, comenzara su discurrir por el itinerario previsto.
La Bandera del Inmaculado Corazón de María, el Simpecado, el Estandarte Corporativo y el Libro de Reglas eran las insignias que dividían cada uno de los tramos de hermanos, entre los que había numerosos niños, lo que da idea de la pujanza de esta corporación situada en tan característico barrio del sur de Sevilla.
Antonio Santiago guiaba, como capataz general de la cofradía, este paso que tuvo una salida más complicada de lo que cabría esperar por la estrechez de la puerta y la altura de la talla que realizara Rafael Barbero, cuya aureola casi roza con el dintel de la Parroquia de San Antonio María Claret si no es por la pericia de capataces y costaleros.
Superada la maniobra de salida, la Banda de Música del Maestro Tejera interpretó el Himno Nacional seguido de la marcha "Amparo Cordimariano", de Joaquín Drake.
Mientras el cortejo, al salir a la calle Padre García Tejero, giraba a la derecha, el paso, adornado con claveles y gladiolos blancos, giraba a la izquierda para acercarse a la Congregación de las Misioneras de la Doctrina Cristiana, que rezaron una Salve a la Virgen, antes de dar media vuelta y continuar hacia Reina Mercedes.
Desde la Glorieta de Heliópolis, el paso se dirigió por primera vez a la Casa Hermandad inaugurada el pasado mes de noviembre en la calle Teba. Desde el balcón de la misma, el párroco de San Antonio María Claret, José Márquez, que se despedirá próximamente de la feligresía al ser destinado a otra parroquia, dirigió megáfono en mano una meditación sobre el papel de la Virgen María como madre del Señor y su misión como tal con la humanidad.
Desde allí, el cortejo del Inmaculado Corazón de María continuó por Ensanche y Plaza Cristo de la Misión para salir de nuevo a Padre García Tejero.
Por la calle Nicaragua se introdujo el paso del Inmaculado Corazón de María en las características calles de Heliópolis cuajadas de naranjos que tan buen aroma desprenden a través del azahar cuando es el paso del Cristo de la Misión el que las recorre. Tajo, Paraguay, Júcar, Plaza del Inmaculado Corazón de María, Chile, Ebro y Uruguay fueron las calles que recorrió la Virgen ya con la noche cerrada.
Finalmente, desde la calle Uruguay regresó a Padre García Tejero a los sones de "María Santísima del Subterráneo", mientras que poco más adelante, ya frente a la puerta de la Parroquia de San Antonio María Claret, sonó "Amarguras" mientras el paso se daba la vuelta para entrar al templo a las doce y media de la noche.
Una vez dentro del templo, antes de que el paso fuera situado a un lado del presbiterio, Antonio Santiago, que había dedicado la última levantá en la calle a las madres, cedió el llamador al párroco José Márquez. Posteriormente, durante la oración final, el propio párroco aprovechó para declarar su cariño por la Hermandad de la Misión y manifestó su deseo de volver a vivir las salidas procesionales de la corporación, aunque ya no será como director espiritual de la misma.
El repertorio completo de la Banda de Tejera tras el paso del Inmaculado Corazón de María de Heliópolis fue el siguiente: "Amparo Cordimariano", "Inmaculado Corazón de María", "Dulce Corazón de María", "Virgen de la Paz", "Amparo Cordimariano" (interrumpida antes de terminar frente a la Casa Hermandad), "Revirá", "Corpus Christi", "Virgen de los Reyes", "La Estrella Sublime", "Coronación de la Macarena", "Virgen de los Ángeles", "Macarena" (Emilio Cebrián), "Reina de Todos los Santos", "Cristo de Vera-Cruz", "Triunfal", "Pasa la Virgen Macarena", "María Santísima del Subterráneo" y "Amarguras".
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