La Hermandad de la Candelaria Madre de Dios pudo celebrar en la calle este sábado su L aniversario en una salida extraordinaria que la lluvia redujo prácticamente a una vuelta a la manzana, pero que en cualquier caso permitió disfrutar durante algo más de una hora junto a la imagen de Juan Luis Vasallo que llegó al barrio en 1967.
La tarde estaba complicada. Ya se sabía desde días atrás que la lluvia iba a estar muy presente. De hecho, aunque estaba previsto que la salida se produjera a las cuatro de la tarde, la junta de gobierno, con el hermano mayor, Moisés Viretti, a la cabeza, anunció en un primer momento que se iba a esperar media hora para tomar una decisión lo más acertada posible.
Mientras tanto, la Candelaria Madre de Dios permanecía en su paso perfectamente dispuesto para esta salida extraordinaria, con los nuevos faldones de terciopelo burdeos y un llamativo exorno floral compuesto por rosas y astromelias moradas, lilium blancos, antirrhinum, solidagos, helechos y ruscus. La Virgen, por su parte, vestía manto rojo con decoración vegetal dorada y una toca cedida para la ocasión por la Hermandad del Rosario de San Julián.
Pasadas las cuatro y media de la tarde, el hermano mayor anunció a los presentes en el templo, cofrades de la hermandad y representantes de corporaciones invitadas, que iba a comenzar a formarse la cofradía, aunque había prevista a las cinco menos diez una nueva comunicación con Antonio Delgado, el físico residente en Indiana (Estados Unidos) que se ha hecho muy conocido de unos años a esta parte a la hora de orientar a las cofradías sobre qué hacer en caso de altas probabilidades de lluvia, y al que éstas se dirigen casi con la misma fe que los griegos antiguos a los oráculos.
Por fin, cerca de las cinco de la tarde, Moisés Viretti anunció que habría salida extraordinaria, palabras que no sorprendieron demasiado, dado que un miembro de la junta salió de la sacristía al presbiterio haciendo gestos de alegría que hicieron comprender lo que iba a pasar antes de que el hermano mayor lo comunicara de manera oficial.
Iba a haber salida, pero brevísima, ya que el itinerario consistiría únicamente en rodear la parroquia por las calles Candeleta, Candelón, Candelilla y Candelario. Además, tampoco iba a haber un cortejo procesional definido, ya que el hermano mayor pidió a los representantes de las hermandades invitadas, que portaban sólo varas y no estandartes, que se colocaran sencillamente delante de los acólitos en una concurrida presidencia.
Entre las hermandades que acompañaron a la Candelaria Madre de Dios estuvieron algunas de gloria como el Rosario de San Julián, el Carmen de Calatrava, la Anunciación de Juan XXIII, la Pastora de Santa Marina, el Carmen de San Gil, el Sagrado Corazón de Nervión o el Carmen de San Leandro, así como las hermandades de penitencia de la Candelaria y los Negritos.
Por fin, con algo más de una hora de retraso, se abrieron las puertas que dan al pequeño patio por el que la cofradía sale a la calle Candeleta y comenzó la salida extraordinaria. La Banda de Música de la Cruz Roja había tomado ya posiciones en el interior del templo y el capataz tocó el llamador para la primera levantá, que fue dedicada a Pepe Morillas, prioste segundo de la hermandad fallecido recientemente y por el que había un lazo negro en uno de los candelabros delanteros del paso. El otro era en memoria de Juan López, hermano número uno.
En el momento de la levantá, la Banda de la Cruz Roja comenzó a tocar "Coronación de la Macarena", marcha que acompañó los primeros movimientos del paso en el interior del templo para encarar la puerta de salida, tras los que se detuvo. A continuación, se produjo la salida, con la Virgen de la Candelaria sin corona para no rozar con el dintel, pese a lo cual los costaleros tuvieron que echar el cuerpo a tierra. Superada con éxito la dificultad, la banda interpretó el Himno de Andalucía y el paso volvió a parar para que se le colocaran los zancos, que habían tenido que plegarse, y se le devolviera a la Virgen su corona.
Sin demorarse demasiado, la cofradía siguió adelante y la Virgen de la Candelaria salió del recinto de la parroquia que tiene su mismo nombre, momento en que la Banda de la Cruz Roja tocó el Himno Nacional, inmediatamente seguido por la marcha "Glorias de Sevilla" mientras el paso giraba izquierda 'alante', derecha atrás.
Una gran cantidad de vecinos y cofrades estuvieron arropando en todo momento a la Candelaria Madre de Dios, que prácticamente en cada chicotá iba a contar con alguna marcha procesional sonando tras el paso. Así, tras una levantá dedicada a Paco Cruz, sonó "Aniversario Macareno".
Más adelante, el imaginero Fernando Castejón, que restauró a la Virgen hace algunos años, recibió la dedicatoria de una nueva levantá contemplándola desde la misma delantera del paso. "Que Dios le conserve esas manos", deseaba el capataz antes de hacer sonar el martillo.
Con la marcha "La Estrella Sublime", la Candelaria Madre de Dios giró de la calle Candeleta a Candelón, por donde después avanzó a los sones de "Esperanza de Triana Coronada". Antes de finalizar la marcha, el capataz mandó detener el paso justo ante la puerta del Convento de las Misioneras de Jesús, María y José. Y aunque las religiosas no estaban presentes, la siguiente levantá fue por ellas: "Por las misioneras, que todo el año cuidan a los pobres para que salgan adelante; va por ellas y que Dios las bendiga".
Posteriormente, la Banda de la Cruz Roja interpretó la marcha "Virgen de los Ángeles", alcanzando el paso con ella la calle Candelilla. Y en esta sucesión de marchas y dedicatorias de cada levantá, la siguiente fue por los vecinos del barrio, y en concreto por dos que se encuentran mal de salud. La marcha "Candelaria" sonó a continuación. Tras ella, uno de los capataces les habló a sus costaleros para recordarles que hace tres años hicieron una levantá por su mujer, a la que le había sido diagnosticada una enfermedad de la que ya está curada. "Muchas gracias a vosotros por esa levantá y a la Virgen porque se hizo realidad", dijo.
De nuevo la Banda de la Cruz Roja emprendió la interpretación de una marcha, que en este caso fue "Macarena", de Abel Moreno, que iba a ser la última que se pudiera escuchar en la calle, dado que a punto de alcanzar el paso la calle Candelario, comenzó a llover, aunque no con mucha intensidad. En cualquier caso, el capataz pidió a los costaleros que alargaran el paso y con celeridad pasó por delante de la fachada principal de la parroquia de camino a la calle Candeleta, a la que llegó ya a tambor para entrar lo antes posible nuevamente en el templo.
El paso accedió al patio interior y rápidamente un hermano retiró la corona de la Virgen y otros se ocupaban de los zancos para, en el momento de la levantá, poder plegarlos para efectuar la entrada, que la hizo sin volverse y con la mayor parte de las personas que seguían a la cofradía ya dentro de la parroquia. Y entre ellos, los componentes de la banda de música, que ocupaban el presbiterio y que interpretaron nuevamente el Himno de España.
No acabó la labor de la Banda de la Cruz Roja con la
entrada, ya que inmediatamente los músicos interpretaron “Virgen de la Victoria”
y “Triana de Esperanza”. Posteriormente, el capataz llamó a los costaleros y
pidió que realizaran la levantá “por el esfuerzo de estos 50 años, por los
fundadores, por todos los costaleros, los hermanos, las juntas de gobierno y los hermanos
mayores, y también por el actual, que ha puesto a la hermandad donde está”. Y añadió: “por los candelarios, fuerte por el barrio y por la Señora”.
Después, la banda tocó “Esperanza Macarena”, tras la que, a
modo de despedida, el hermano mayor se dirigió a todos los presentes para dar
las gracias a los hermanos y a las hermandades invitadas, y para pedir un
aplauso para la Banda de la Cruz Roja, “una de las mejores de toda España”.
Por último, esta jornada tan especial e histórica para la Hermandad de la Candelaria Madre de Dios, para la parroquia y para el barrio concluyó con el canto de la Salve.
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