El pasado domingo se celebró el besamanos anual a Nuestra Señora del Mayor Dolor en Su Soledad, de la Hermandad de la Carretería, que vistió la nueva saya estrenada en la estación de penitencia del pasado Viernes Santo, diseñada por Gonzalo Navarro y bordada en oro sobre terciopelo burdeos por Manuel Solano.
Además, lucía su corona de salida y vestía el manto procesional de la Virgen de la Luz. En el pecherín llevaba únicamente un puñal y una pequeña cruz pectoral, y con la mano izquierda sujetaba un pañuelo, mientras que era la derecha la que ofrecía a los devotos.
La Virgen del Mayor Dolor se encontraba ante su retablo, en el lado ampliado de la antigua Capilla de las Tres Necesidades, aunque éste se encontraba oculto tras un cortinaje de damasco rojo. Delante se dispuso el dosel de cultos de la hermandad, con una crestería dorada con el emblema de la cofradía en el centro y la gotera confeccionada en terciopelo burdeos con bordados en oro.
Flanqueaban a la dolorosa que tallara el jerezano Alonso Álvarez de Albarrán los dos faroles de entrevarales de su paso de palio, y más hacia los extremos había cuatro jarras también del palio, dos delante y dos detrás, con azucenas, rosas, lilium, margaritas y paniculata, todo ello de color blanco. Tanto las jarras como los faroles estaban elevados sobre sendos pies de madera dorada y policromada con la cruz de Santiago en cada una de sus cuatro caras.
Completaban el montaje de este besamanos el estandarte corporativo en el lado izquierdo y el sinelabe en el derecho.
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