lunes, 12 de marzo de 2018
UNA GOTERA OBLIGÓ A TRASLADAR EL BESAMANOS A LA VIRGEN DEL VALLE
La intensidad de las lluvias caídas durante estos días obligó a la Hermandad del Valle a trasladar el altar del besamanos a Nuestra Señora del Valle. El pasado viernes comenzó este culto con la dolorosa colocada en el centro del presbiterio de la Iglesia de la Anunciación, como todos los años.
Sin embargo, una gotera que caía junto a la imagen llevó a la corporación a cerrar el besamanos el viernes por la tarde para modificar el altar. Así, cuando el templo abrió sus puertas el sábado por la mañana, la Virgen del Valle se encontraba ante el altar de la hermandad, en el lado del Evangelio del crucero.
De esta forma, la Virgen atribuida a Juan de Mesa fue situada para su besamanos ante las imágenes del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas y Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro, que permanecían en sus hornacinas habituales del retablo de la hermandad.
Así las cosas, la Virgen del Valle estaba elevada sobre su peana procesional y vestida con su manto procesional, la saya azul y una corona dorada. Ofrecía su mano derecha a los devotos, mientras que con la izquierda sujetaba una rosa de pasión. En el pecherín lucía un puñal, varios broches y la Medalla de la Ciudad. Y en la cintura estaba el cíngulo de oro de Jesús Rosado que regalaron las hermanas a la Virgen del Valle con motivo de su Coronación Canónica en 2002.
Junto a la Virgen había un candelabro dorado con velas blancas y dos jarras de su paso de palio con rosas del mismo color colocadas de forma bicónica. Tanto las jarras como los candelabros estaban sobre pies de base cuadrada forrados en terciopelo morado con el emblema de la hermandad. Asimismo, al lado de la peana veíamos dos ángeles con filacterias moradas con letras blancas en las que se leía "Regina Vallis" ("Reina del Valle").
Detrás, ante la cruz de guía que presidía el retablo de la hermandad, había otros seis ángeles con sendas filacterias donde ponía "Stabat Mater Dolorosa Iuxta Crucem Lacrimosa" ("La Madre estaba llorando junto a la cruz"). Y alrededor de los ángeles había varios centros florales y candeleros dorados con cera color tiniebla.
Finalmente, en los extremos del altar había otras dos jarras del palio con rosas blancas y dos sencillos candelabros metálicos de color negro con velas blancas.
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