sábado, 9 de marzo de 2019
EL SEÑOR DE LA SALUD Y REMEDIOS RECORRIÓ BELLAVISTA EN SU VÍA CRUCIS
Las calles de Bellavista vieron anoche pasar al Señor de la Salud y Remedios durante la celebración del vía crucis cuaresmal que la hermandad del Viernes de Dolores celebra cada año. Fue tras la misa de las siete y media de la tarde en la Parroquia del Dulce Nombre cuando comenzó a salir el cortejo del vía crucis, encabezado por la cruz alzada entre ciriales.
Después iban varias parejas de hermanos con hachetas cedidas por la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, el estandarte corporativo y los acólitos con cuatro ciriales justo antes de las andas, que habían sido prestadas por la Hermandad del Cerro y que son las que portan a la Virgen de los Dolores en su rosario de la aurora de cada mes de septiembre. Las andas estaban exornadas con claveles de tonalidad cardenal, iris morado, estátice malva, limonium rosa, eucalipto, helecho y tuya.
El Señor de la Salud y Remedios vestía túnica lisa de terciopelo morado y lucía las potencias de salida, una de las cuales lleva el escudo de San Gonzalo, hermandad con la que tiene relación porque la imagen es réplica del antiguo titular de la cofradía trianera, y un cíngulo dorado.
Cuatro candeleros del palio de la Virgen del Dulce Nombre con cera color tiniebla iluminaban las andas, que estaban guiadas por el capataz del paso de misterio, Juanma Martín, quien condujo al Cautivo de Bellavista por las calles Caldereros, Enamorados, Almenas, Cristo, Guadalajara, Mesones, Apolo y Palomas, desde la que regresó a Caldereros. En todo momento, la cofradía contó con el acompañamiento de un trío de capilla de la Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas, formación que va en su estación de penitencia tras la Virgen del Dulce Nombre.
El párroco del Dulce Nombre, Santiago González, fue el encargado de leer la última estación del vía crucis desde un balcón situado justo enfrente de la parroquia. Posteriormente, las andas fueron llevadas hasta la misma puerta del templo mirando hacia la calle, momento en que el párroco, ya ante el Señor, pronunció la oración final por las intenciones del Papa Francisco.
Finalmente, y con la presencia de Fernando Cano Romero, quien donara a la parroquia la imagen del Señor, destinada en un principio a un proyecto de hermandad en Jerez que no fructificó, las andas se adentraron en la parroquia, donde ya puede verse a medio montar el palio de la cofradía, y concluyó el vía crucis de Bellavista.
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