La imagen de María Santísima de la Victoria Coronada, de la Hermandad de las Cigarreras, permaneció expuesta en besamanos durante la jornada del domingo en la Capilla de la Fábrica de Tabacos, en cuyo presbiterio recibió a los devotos vestida con el manto burdeos de Jesús Rosado estrenado en 2015 y con la saya azul del taller de Santa Bárbara de 1995, ambas prendas bordadas en oro.
Asimismo, la dolorosa del Jueves Santo lucía su corona de salida, con la que fue coronada canónicamente el 13 de octubre de 2018, mientras que en el pecherín llevaba el puñal de oro de Joaquín Ossorio y la cruz de oro y zafiros de Miguel Ángel Cerezo, piezas estrenadas precisamente con motivo de su Coronación.
Además, en la cintura tenía un broche y la réplica de la Medalla de Sevilla, así como un fajín hebraico y la medalla conmemorativa del XXV aniversario del nombramiento de Fray Carlos Amigo Vallejo como arzobispo de Sevilla. También de Miguel Ángel Cerezo es el rosario que la Virgen llevaba en su mano izquierda, mientras que en la derecha contaba con un pañuelo de encaje dorado.
La dolorosa estaba elevada sobre su peana, en la que había una media luna, y flanqueada por dos jarras de su paso de palio con azucenas sobre pies de base cuadrada de terciopelo morado. Y tras cada una de ellas había dos blandones dorados con cirios blancos.
Detrás había otras dos jarras del palio y los cuatro ángeles del antiguo paso del Cristo de la Púrpura, únicos elementos que se conservan de este desconocido paso y que son obra de Pedro Roldán de 1666. Y en los laterales había diferentes candeleros con cera blanca y sendos centros florales junto a bandejas de plata.
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