Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la Hermandad de la Candelaria, salió el pasado viernes a las calles de la feligresía de San Nicolás para el rezo del vía crucis, llevado sobre sus andas de madera dorada que le quedan a la imagen como un guante.
Pisando un pequeño monte de lirios morados, el Señor de la Salud salió tras el rezo de la primera de las estaciones, que se produjo desde el presbiterio del templo cuando eran las ocho y media de la tarde.
El cortejo lo iniciaba la cruz de guía, tras la que iban diversas parejas de hermanos con cirios. También acompañó al Señor la Hermandad de las Nieves, cuyo estandarte corporativo se situaba justo delante del propio de la cofradía del Martes Santo.
El Nazareno de Francisco de Ocampo, que lucía sus potencias de salida y cargaba la misma cruz de las estaciones de penitencia, salió a la plaza que tiene dedicada y luego recorrió la calle San José antes de girar a Ximénez de Enciso y a Fabiola. Posteriormente, por Federico Rubio y la plaza de Ramón Ybarra Llosent, regresó a su plaza y entró en San Nicolás, donde se rezó la última estación.
Tras el vía crucis, Nuestro Padre Jesús de la Salud estuvo expuesto en devoto besapié durante todo el fin de semana ubicado sobre las mismas andas en las que recorrió las calles el viernes.
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