Si habitualmente la Virgen del Rosario del Barrio León sale a las calles el primer o segundo sábado del mes de octubre, este año la hermandad tuvo que adelantar su salida al pasado domingo día 1, debido a la Coronación Canónica de la Virgen de la Salud de San Gonzalo, que este sábado 7 vivirá el traslado a la Catedral, mientras que el 14 será la ceremonia de la Coronación y posterior procesión extraordinaria.
De esta forma, la hermandad de gloria del Barrio León, que se trasladó el miércoles a San Gonzalo para el triduo a la Virgen del Rosario, procesionó desde esta parroquia para salir a unas calles ya engalanadas en honor a la dolorosa del Lunes Santo.
Cuando las puertas se abrieron a las seis y media de la tarde, comenzó a abandonar el templo el breve cortejo, compuesto por cruz de guía entre faroles, niños con cirios, guión del grupo joven, libro de reglas, representación de las hermandades del Carmen de San Leandro y de San Gonzalo, estandarte de la propia Hermandad del Rosario, presidencia y cuerpo de acólitos.
Antes de salir a la calle, el paso de la Virgen del Rosario se situó en primer lugar ante el altar de la Hermandad de San Gonzalo, presidido por Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder, y después ante el altar mayor, donde durante todo el mes de septiembre ha estado situada la Virgen de la Salud de manera extraordinaria con motivo de su próxima Coronación Canónica.
A continuación, la Virgen se encaminó hacia la puerta, donde la estaba esperando la Banda de Música de la Cruz Roja, que en el momento de la salida tocó el Himno de España, seguido después por la "Salve a Nuestra Señora de la Salud" como guiño a la dolorosa de San Gonzalo en la víspera de los días grandes que están por venir.
Tras detenerse el paso en mitad de la Plaza de San Gonzalo, la Virgen del Rosario continuó su camino con la interpretación de la marcha "Rosario del Barrio León". Con ella, el paso, que estaba adornado con rosas, lisiantum, margaritas, nardos y paniculata, entre otras flores, giró hacia la calle Azucena, desde la que después alcanzó Giralda a los sones de "Rosario de azahar".
En dicha calle, el capataz quiso dedicar una levantá a Urbano y Álvaro, priostes de San Gonzalo, y posteriormente la Virgen del Rosario giró hacia la calle Dolores León con "Coronación de la Macarena".
Tras subir un hermano al paso para retirarle a la Virgen una medalla que se le había soltado, el paso salió con "Virgen de los Negritos" a la Avenida de Coria para acceder a la residencia Nuestra Señora de Consolación, donde esperaban los ancianos a la Virgen del Rosario; entre ellos, el Mudo de Santa Ana.
La entrada al amplio patio de la residencia estaba también adornada con diferentes colgaduras, dotando de gran belleza al lugar por el que pasó la Virgen, que tuvo que detenerse antes de acercarse hasta los ancianos para que dos hermanos subieran a colocar bien la media luna que llevaba a sus pies. Hasta un destornillador automático hizo falta para sujetar correctamente la pieza, que venía moviéndose en exceso.
Subsanado el problema, el capataz llamó y el paso comenzó a acercarse a los ancianos a los sones de "La Estrella Sublime", parándose a continuación en mitad del patio mirando hacia tan ilusionados espectadores, entre los que se encontraban algunas de las religiosas que se ocupan de su cuidado. Los presentes cantaron la Salve y después la levantá fue "por ellos, por los ancianos, que estén aquí muchos años". Con "Esperanza de Triana Coronada", la Virgen del Rosario fue girando para buscar de nuevo la puerta de la residencia, aunque se paró antes, saliendo definitivamente con la marcha "Salve, Madre Rosario".
Desde la Avenida de Coria, el paso de la Virgen del Rosario pasó a la Plaza de San Martín de Porres mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba la marcha "Como tú ninguna". En esta plaza, justo delante de la puerta del Mercado de San Gonzalo, se despidió la representación de la Hermandad del Carmen de San Leandro. Después, el paso atravesó la plaza en dirección a la calle Asturias, cerca de la cual se arrojó una lluvia de pétalos desde un balcón adornado en honor a la Virgen del Rosario.
A continuación, con la marcha "Rosario de Monte-Sión", el paso recorrió el inicio de la calle Asturias, donde había un edificio adornado con colgaduras y con el escudo de la hermandad. En este punto, el capataz dedicó una levantá a "la futura nieta de mi amigo Alberto", tras la que el paso siguió avanzando ahora a los sones de "Madrugá de canela y clavo".
Más adelante, los costaleros regalaron a los cofrades y devotos que seguían a la cofradía una lenta y muy bien trabajada revirá hacia la calle Evangelista mientras la banda interpretaba "Rocío". La parte final de la marcha, tras el trío, hizo que el paso avanzara con decisión provocando el aplauso de la gente.
Y después, la Virgen del Rosario salió momentáneamente a la amplitud de López de Gomara con el acompañamiento de la composición "Pasa la Virgen Macarena".
La Virgen del Rosario recorrió pocos metros de López de Gomara hasta internarse por Lucas Cortés en las calles de la barriada del Tardón. "Siempre la Esperanza" fue la marcha escogida para este giro, seguida posteriormente por "Triana de Esperanza" para acceder a la Plaza Cerámicas Mensaque, donde veía a la Virgen del Rosario el capataz Pedro Ariza, que tuvo la oportunidad de tocar el martillo para una levantá.
Durante su alocución, recordó que justo ese día, 1 de octubre, se cumplían siete años del fallecimiento de su padre, Rafael Ariza. Por ello, quiso hacer la levantá "por los que nos faltan a todos", añadiendo también la dedicatoria "por los que siguen apostando por ser costaleros y capataces".
Seguidamente, la Virgen del Rosario siguió con "Madrugá Macarena" hacia la calle Morovelli de Puebla, desde la que después pasó a Lorenzo Leal a los sones de "Reina de Triana", con la que la Banda de la Cruz Roja completó un buen ramillete de marchas dedicada a las Esperanzas, Macarena y Triana, interpretadas una detrás de otra.
Antes de internarse por las calles del Barrio León de camino
a su capilla, la Virgen del Rosario salió de Lorenzo Leal a Alvar Núñez
mientras la banda tocaba “Pasan los campanilleros”. Quedaba por delante
alrededor de hora y media de salida procesional de la cofradía rumbo a su casa,
a la que llegaría sobre las once de la noche; una salida con la que la Virgen
gloriosa del Barrio León inauguró el mes del Rosario.
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