Tras el paréntesis del mes de octubre, en cuyo primer fin de semana tuvo lugar el besamanos a Nuestra Señora del Santo Rosario (ver), ayer se celebró de nuevo el besamanos del primer viernes de mes a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, que en esta ocasión estuvo ubicado en el presbiterio bajo de la Basílica de la Macarena, sobre su habitual peana de madera dorada.
El Señor de la Sentencia vestía la túnica de terciopelo burdeos bordada en oro en 1960 por Ángela Navarro, según el diseño del recordado Joaquín Castilla, y lucía una potencias de oro.
Sobre la peana había dispuestos unos claveles rojos, las mismas flores que veíamos en jarras de plata que flanqueaban a la imagen del Señor. Las jarras estaban elevadas sobre sendos pies de madera dorada y base cuadrada, y detrás tenían cada una de ellas cinco candeleros con cera blanca.
El estandarte corporativo de la Hermandad de la Macarena en el lado izquierdo y la cruz alzada entre ciriales en el derecho completaban el sencillo altar del besamanos de noviembre al Señor de la Sentencia, que detrás tenía a la Virgen de la Esperanza, ya vestida de negro por el mes de los difuntos.
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