La Parroquia de la Magdalena acogió este fin de semana el besamanos a Nuestra Señora del Rosario, imagen letífica titular de la Hermandad de Montserrat desde 2006 y que recibe culto en la capilla situada a los pies de la nave del Evangelio del antiguo templo dominico.
Para este besamanos, la Virgen del Rosario fue situada en el centro de la estancia ubicada bajo el coro sobre la peana procesional de Nuestra Señora de Montserrat. Vestía manto y saya de raso color guinda, características también de la pequeña túnica del Niño Jesús. Asimismo, lucía corona, ráfaga, cetro y media luna, todo ello de orfebrería plateada. En la mano derecha tenía un rosario, aunque otro de mayores dimensiones y con cuentas rojas era sujetado tanto por la Virgen como por el Niño.
Junto a la Virgen del Rosario, y sobre pequeños pies de damasco rojo y base cuadrada, había dos de las jarras del paso de palio de la hermandad con claveles blancos, flores que también veíamos sobre la peana, en un gran centro ante la imagen y detrás, en otras jarras del palio colocadas entre varios candeleros con cera blanca.
Al fondo, la puerta del templo que da a la calle Cristo del Calvario estaba oculta tras un cortinaje de terciopelo rojo que en la parte superior, a modo de gotera, tenía una pieza de encaje. Y en los laterales del altar estaban los cuatro ciriales del paso del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, dos en cada lado, junto al estandarte corporativo y la bandera del Rosario.
El altar de este besamanos a la Virgen que tallara Cristóbal Ramos en 1787 se completaba con la presencia de cuatro grandes blandones dorados; dos cerca de la imagen y otros dos al fondo junto a la puerta.
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