sábado, 12 de enero de 2019
EL DOLOR DE MARÍA, PROTAGONISTA DEL CARTEL DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA
Con prácticamente un mes de antelación respecto a años anteriores, este sábado se presentaba en la sede de la Caja Rural del Sur el cartel anunciador de la Semana Santa de Sevilla 2019, obra pintada sobre lienzo por Fernando Vaquero, quien en una larga explicación ha indicado que ha querido darle a la Virgen María y a su dolor todo el protagonismo.
Tres imágenes de la Semana Santa sevillana aparecen representadas en el cartel que edita el Consejo General de Hermandades y Cofradías, como son la Virgen de la Quinta Angustia, el Cristo de la Caridad y la imagen de San Juan Evangelista de la Hermandad de la Amargura. Pese a ser tres imágenes de otras tantas hermandades, todas conforman una única escena, alejándose así de los archirrepetidos 'collage' que han caracterizado al cartel de Sevilla durante muchos años.
La película "La pasión de Cristo", de Mel Gibson, o la pintura de Murillo han inspirado a Vaquero en la creación de este cartel que cuenta con una pronunciada verticalidad, al medir 167 x 82 centímetros; un formato que el propio artista ha explicado que coincide con la proporción de la mayoría de las pantallas de los teléfonos móviles actuales, dado que, como señalaba, será a través de las redes sociales la forma en que la inmensa mayoría de la gente verá el cartel.
La principal rotulación presente en la obra la vemos en la parte inferior, donde se lee "Semana Santa 2019". Pero justo encima, vemos la frase "Oh vosotros los que atravesáis el camino, mirad y ved si hay un dolor semejante al mío", extraída del Libro de las Lamentaciones y que forma parte de la película dedicada a la Hermandad de la Amargura de Carlos Colón y Carlos Valera estrenada el año pasado. Esta misma frase la utilizó el Cardenal Segura en el triduo preparatorio de la Coronación Canónica de la dolorosa del Domingo de Ramos.
Al ver este documental y escuchar esa frase, Fernando Vaquero decidió que su cartel estaría dedicado a la Virgen y al dolor que sufrió no sólo en el Calvario, sino durante toda su vida, desde la Anunciación, el nacimiento de Jesús en un portal o la huída a Egipto, hasta el momento en que abrazó su cuerpo muerto. Ésa iba a ser la escena de su cartel, escogiendo la cara de la Virgen de la Quinta Angustia por ser la que más se acercaba a la sensación que quería representar, fijándose también para ello en el momento del descendimiento que quedó plasmado en la conocida película de Mel Gibson.
Por otro lado, ha querido representar una escena de mucho viento, con el sudario moviéndose en la parte superior, así como las ropas de la Virgen, en las que no quiso representar ninguna joya o aditamento. Para captar un movimiento realista de las telas ensayó en su propio estudio grabando a cámara lenta cómo se movían los tejidos, que en el caso del manto de la Virgen se inspira además en el de las Inmaculadas de Murillo.
Muy interesante también el sudario sobre el que descansa el cuerpo del Cristo de la Caridad (Cristo que desde el principio tuvo claro que sería el representado). Se trata de una túnica de la Hermandad de la Amargura, de la que el pintor es hermano. Ha querido así aludir a la gran cantidad de cofrades que son enterrados con la túnica de su cofradía.
De la Amargura también es la imagen de San Juan, que aparece en la parte derecha de la escena, pintado sin la iluminación de las otras dos imágenes, dado que lo ha situado algo más atrás, como queriendo dejar solos en el instante de la despedida a la Madre y al Hijo. Ella tiene además la palabra Sevilla escrita sobre su cabeza a modo de diadema o corona, indicando con ello que la mejor presea que la ciudad le ofrece a la Virgen es ella misma, que además el próximo mes de mayo verá coronada a otra imagen mariana, en este caso la Virgen de los Ángeles, de la Hermandad de los Negritos.
Finalmente, Fernando Vaquero explicaba que la composición del cartel tiene una diagonal claramente definida que arranca arriba a la derecha, en la escalera y el sudario, continúa por la cabeza de la Virgen y el brazo del Cristo, y termina en la mano de éste, que señala el templete de la Cruz del Campo, donde se ven unos penitentes y disciplinantes como los que con sus actos penitenciales en dirección a dicho templete dieron origen en el siglo XVI a la forma de celebrar la Semana Santa en Sevilla.
Una obra muy completa, cuajada de más detalles de los que a simple vista parecen existir y que dan lugar al que probablemente sea el mejor cartel de la Semana Santa de los últimos años en la capital hispalense.
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