miércoles, 6 de noviembre de 2019
EXPOSICIÓN SOBRE LA DIVINA PASTORA Y LOS ESTRENOS DE LAS GLORIAS 2019
El pasado domingo se clausuraba en la sede del Círculo Mercantil e Industrial de la calle Sierpes una doble exposición: "La Divina Pastora, una devoción universal nacida en Sevilla" y "Restauraciones y estrenos de las Hermandades de Gloria". Desde hace unos años, se viene haciendo coincidir la muestra de estrenos de las cofradías letíficas con otra dedicada a algún aspecto concreto de estas corporaciones.
Así, este año el Consejo General de Hermandades y Cofradías ha optado por llevar a cabo en una de las dos salas del Mercantil una exposición sobre la advocación de la Divina Pastora, mientras que en la segunda estaban los distintos estrenos que este año hemos visto y seguimos viendo en las salidas procesionales de las cofradías de gloria.
En nuestro repaso al conjunto de la exposición, comenzaremos por la sala dedicada a la Divina Pastora donde se incluían diferentes enseres del patrimonio de las hermandades que tienen a esta advocación como su titular. La Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, la primera de las cofradías que dieron culto a esta advocación, copaba la mayor parte del protagonismo en la muesta, quizá algo excesivo, en comparación con los enseres pertenecientes al resto. El hecho de que su hermano mayor, Andrés Martín, haya ejercido de comisario de la muestra parece explicar este hecho, aunque probablemente habría sido razonable darle algo más de espacio al resto de corporaciones.
En cualquier caso, repasando lo expuesto hay que comenzar por el retrato de Fray Isidoro de Sevilla, el creador de la advocación y de la iconografía de la Divina Pastora; un fraile capuchino que mandó al pintor Alonso Miguel de Tovar la realización de un lienzo donde se representó a la Virgen como pastora, siendo esta pintura, conservada por la Hermandad de Santa Marina, la primera representación plástica de la nueva advocación, surgida en 1703.
La misma hermandad es la propietaria del retrato de Fray Isidoro de Sevilla, pintado en 1742 al óleo sobre lienzo por Juan Ruiz Soriano.
A su lado, se observaban cuatro retratos de otros tantos frailes capuchinos que acompañaron a Fray Isidoro a lo largo de su vida. Los retratos expuestos corresponden a Fray Pablo de Cádiz, Fray Arcadio de Osuna, Fray Luis de Oviedo y Fray Miguel de Zalamea, y están inspirados en los que se encuentran en el Convento de Capuchinos de Sevilla, pintados por José de Huelva.
Continuamos con la cruz del Rosario de Mujeres, un culto principal de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina y que tiene su origen en el rosario que organizó Fray Isidoro para presentar la advocación que acababa de crear. Esta cruz es de madera tallada y dorada por autor desconocido entre 1735 y 1736.
Vemos ahora el conocido como lienzo del Duque de Osuna porque estuvo prendido del estandarte que regaló a la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina. Esta pintura es de Alonso Miguel de Tovar, de 1732.
Bajo el lienzo, en una vitrina, se mostraban diferentes documentos antiguos, principalmente de la cofradía de Santa Marina, aunque también se podían ver los libros de reglas de la Pastora de San Antonio, de la de Triana y de la de Dos Hermanas.
A su lado, perteneciente a la Hermandad de la Divina Pastora de Cádiz, veíamos enmarcada la carta de agregación de dicha corporación a la Hospitalidad de Canónigos del Santo Espíritu de Roma, fechada en 1776.
Volvemos a la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina con la bandera del Voto de la Realeza, por el que los cofrades defendieron en 1950 que la Virgen era Reina cuatro años antes de ser considerado un dogma por parte del Papa Pío XII. La bandera está bordada en sedas sobre diferentes tejidos por Fidelia Tercero Valero en 2016.
Para mostrar la tradicional manera de presentar a la Divina Pastora en sus altares de cultos e incluso en sus pasos procesionales, con un risco cuajado de flores silvestres y un árbol detrás, normalmente un granado, en la exposición se pudo ver un altar de este tipo con una pequeña imagen de la Pastora.
La Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina también defendió la creencia de la Asunción de la Virgen. Por ello, en 1907 confeccionó la bandera asuncionista, bordada en oro sobre raso blanco por un autor desconocido, aunque atribuida a Real Vázquez.
En 2014 la hermandad realizó una réplica del llamado Simpecado de los Maestrantes, una pieza regalada a la cofradía por la Real Maestranza. El simpecado original fue reproducido en damasco celeste con bordados en plata y sedas por los talleres de Santa Clara para poder utilizarlo en las salidas procesionales.
El beato Diego José de Cádiz contribuyó a extender la devoción a la Divina Pastora por el mundo. Fue beatificado por el Papa León XIII, quien precisamente proclamó en la Iglesia Católica la fiesta de la Madre del Buen Pastor. La cofradía de Santa Marina conserva un retrato de Fray Diego de Cádiz fechado en 1894.
Continuamos con una vitrina con varios enseres de la misma hermandad, como los brillantes regalados por Isabel de Farnesio, un ejemplar de 1926 de la Novena a la Divina Pastora de 1714, un libro de actas de las fechas en las que proclamó la Asunción de María, un libro de Manuel Martín Campos titulado "La Divina Pastora de las Almas y el Voto de la Asunción" (1908-1909) y un par de publicaciones dedicadas a la hermandad.
Vemos ahora un candelabro del paso de la Pastora de Santa Marina, realizado por Miguel Alonso en madera tallada y dorada en 1960.
En otra vitrina se mostraban objetos propiedad de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, como un misal romano de 1768 con una adenda que incluye misas propias a los santos hispalenses de 1882, año de la aprobación de la fiesta de la Madre del Buen Pastor.
A su lado, estaba el aro de estrellas de oro y plata sobredorada cincelado y repujado por Manuel de los Ríos en 2003 con motivo del tricentenario fundacional.
Veíamos también el llamador del paso, de metal plateado cincelado y repujado por los talleres de Manuel Seco Velasco en 1971.
Seguimos con un traje de zagal real de finales del siglo XIX y principios del XX, realizado en raso y algodón con pieles por autor desconocido. Se inspira en el traje de paseo de los infantes de la Familia Real y era la vestimenta de una escolanía de seis niños que cantaban a la Divina Pastora.
La Divina Pastora de Triana es la Patrona del Deporte Nacional, una idea que surgió en 1946. Con ese objetivo, se celebraron numerosas competiciones deportivas, muchas de ellas organizadas por las comunidades capuchinas. En Sevilla se celebraba la Semana Deportiva, que en su segunda edición, entre el 11 y el 18 de octubre de 1959, incluyó una misa en el antiguo Estadio de la Macarena presidida por la imagen de la Divina Pastora de Santa Marina. En la exposición se podía ver el programa de actividades de dicha Semana Deportiva.
Esta vitrina mostraba por último la Misa de la Divina Pastora, compuesta por Francisco José y Feo en 1883.
Y continuamos con la misma hermandad, a la que pertenece el retrato yacente de Manuel del Real, gran benefactor de la corporación. El retrato es un óleo sobre lienzo de 1849.
Se mostraban también las varas de presidencia, de cobre cincelado, repujado, plateado y sobredorado, realizadas todas ellas entre 1790 y 1821.
El mencionado Manuel del Real donó a la hermandad una saya de tisú de oro en 1817 que veíamos a continuación, junto a un manto de unos años después de terciopelo rojo. Juntos conforman el mal llamado "terno de fuego" (un terno es un conjunto de tres prendas, no de dos), que viste todos los años la Pastora de Santa Marina entre el 24 de junio y el 18 de julio.
Pasamos ya a la Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio, que fue la segunda en orden de fundación. De ella se exponían en primer lugar una saya de tisú de plata bordada en oro y sedas en el siglo XX y restaurada en 2013; y unas enaguas de encaje y tejido de Felisa Pineda de 2014.
Seguimos con el respiradero frontal y el faldón delantero del paso de la Pastora de San Antonio. El respiradero, de metal plateado, se atribuye a Cristóbal Ortega en el siglo XIX, aunque fueron ampliados en 1997 por Emilio Méndez Picón. Los faldones son de 2007 y los confeccionó el taller de la propia hermandad.
Sobre el respiradero veíamos una talla del Niño Jesús Pastorcito que va en la delantera del paso procesional. Es de autor desconocido del siglo XIX y está realizado en madera policromada.
A su lado, había un sombrero de tisú de oro con pasamanería y flores de talco, obra de Manuel Jesús Corral Zambruno, que junto con la saya antes descrita llevó la Pastora de San Antonio para presidir en la Catedral el Pregón de las Glorias en 2014.
Por último, veíamos un cordero de madera tallada y policromada de Benito Hita y Castillo (1732).
A continuación, había enseres de la Hermandad de la Pastora de Triana, comenzando con unas fotos relativas a su patronazgo sobre el Deporte Nacional, como las visitas de algunos equipos o el diploma que se les entregaba precisamente cuando acudían a verla.
Como curiosidad, había también diferentes banderines dedicados por equipos e instituciones deportivas a la Pastora de Triana.
Seguimos con un salvavidas de plata de ley, regalado a la Pastora de Triana con motivo del XVI Campeonato Nacional de Socorrismo y Salvamento, celebrado en 1975.
En 1968 el Ayuntamiento de Sevilla regaló a la Pastora de Triana una rosa de plata de ley por los XI Juegos Deportivos de Otoño.
En otra zona de la sala se recreaba la presentación de la advocación de la Divina Pastora por parte de Fray Isidoro de Sevilla, imagen realizada por Jesús Méndez Lastrucci. Le acompañaban dos niños vestidos de ángeles con trajes cedidos por la Hermandad de la Asunción de Cantillana.
Volvemos a la Hermandad de la Divina Pastora de Triana, a la que pertenecen unos pendientes de plata y cristal de roca del siglo XIX, un broche de bisutería antigua de la misma época, unas flores de talco del siglo XVIII, un fajín rojo de un anticuario, otro de concha de Rafael Omar Murad (2018), un encaje de punto de aguja, unos puños de encaje, unos encajes de aplicación de Bruselas del XIX y una mantilla de aplicación del mismo siglo.
Los últimos enseres expuestos pertenecientes a la Divina Pastora de Triana eran un sombrero de tisú de oro, raso y terciopelo bordado en sedas de Daniel Hernández Robles (2015), y una saya de tisú de plata bordada en oro, con bordados atribuidos a Carrasquilla y pasados a nuevo tejido en 1991 por José Gálvez.
Pasamos ahora a la Hermandad de la Divina Pastora de las Almas del Convento de Capuchinos. A ella pertenece el simpecado de terciopelo azul bordado en plata con apliques del mismo metal y relieve escultórico de madera policromada y estofada. El diseño es de Enrique Orce, los bordados fueron confeccionados en el Convento de Santa Isabel, la orfebrería es de Seco Velasco y el relieve es de Sebastián Santos Rojas. La obra es del año 1948.
De la misma hermandad es un sombrero de encaje de bolillos en hilo de oro y sedas, obra de Alfonso Aguilar de 2017, así como un conjunto de saya y traje del Niño Jesús, bordados en oro y sedas sobre tisú de plata, obra de Mariano Martín Santonja diseñada por Maravillas Fernández Rodríguez. La saya es de 2006 y el traje, de 2008.
Veíamos a continuación lo único que se exponía de la recientemente aprobada Hermandad de la Divina Pastora de Padre Pío (ver). Se trataba del simpecado bordado en oro sobre terciopelo verde por José González Villarreal, con una pintura en técnica mixta de Consuelo Méndez. La obra fue realizada en 2012.
De la colección particular de José María Montero es una pequeña talla de la Divina Pastora, realizada en terracota policromada entre 2016 y 2017 por Esteban Sánchez Rosado.
La sala terminaba con una demostración de la extensa devoción que la Divina Pastora ha alcanzado en todo el mundo, con un mapa donde se reflejaba cada lugar donde esta advocación tiene presencia y varias pequeñas imágenes, medallas y otros objetos.
Para terminar con la parte de la exposición dedicada a la Divina Pastora, hay que señalar que en el patio estaban las ocho colgaduras pertenecientes a la Hermandad de la Pastora de Santa Marina, diseñadas por Ismael Ruiz y estrenadas en 2016.
Accedemos ya a la segunda sala, donde se mostraban los estrenos de 2019 de las hermandades de gloria, y tenemos que volver a hablar de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, ya que nos encontramos con el traje de la hermana que en el cortejo va vestida como dicha santa, que es también titular de la cofradía. Lo ha diseñado Blas López Veloso en tafetán de seda.
Y también esta hermandad ha estrenado este año una saya bordada en seda por María del Carmen Pernía Romero y María del Carmen Romero Rey.
La Hermandad del Carmen de San Leandro ha estrenado un buen número de enseres: una cruz pectoral de plata sobredorada, cristales de Swarovski y circonitas de Joyería Sevicor; la restauración de los pendientes de lazo de la Virgen, de plata chapada en oro y piedras, labor llevada a cabo por Joyería Carmen y un taller cordobés; el traje del Niño Jesús, confeccionado por Apolonio Díaz en sari burdeos, terciopelo y encaje; un juego de broches con forma de estrella, obra de Raúl Cejas en metal dorado, cristales de Swarovski y perlas; un encaje de Bruselas de autor desconocido; la restauración por parte de Orfebrería Santos de dos varas de presidencia de metal chapado en plata; y un broche con el emblema del Carmen realizado en bronce chapado en oro, nácar, carey y cristales de Swarovski, obra de Joaquín Soto.
Por su parte, la Hermandad del Rosario del Barrio León ha estrenado un juego de corona para la Virgen y potencias para el Niño, obra de metal cincelado y plateado de los talleres de Arte Sacro San Fernando.
Pasamos a la Hermandad Filial de la Virgen de la Cabeza, que como novedad ha tenido este año el rostrillo de lamé de oro bordado y el guión de Caminos, de tisú de plata bordado en oro. Ambas obras son del taller de bordados Santa Clara.
Por su parte, la Hermandad de la Virgen de la Sierra ha estrenado la corona y el cetro de salida, de plata sobredorada; un broche de forma circular de plata y circonitas; otro de plata de ley con el nombre de la Virgen; y tres rosarios (uno de filigrana con aplicaciones de oro y piedras celestes, otro con aplicaciones de oro y cuentas con coral, y otro de filigrana plateada y piedras de cristal verde).
Para la Divina Pastora de Triana, Daniel Hernández Robles ha transformado en manto una antigua colcha isabelina del siglo XVIII de seda natural color yema bordada en sedas de varios colores.
Junto al manto se podía ver el proyecto del futuro simpecado de la hermandad, diseñado por Francisco Javier Sánchez de los Reyes, y que será bordado por José Antonio Grande de León sobre terciopelo azul.
Finalmente, ha sido novedad en la Pastora de Triana el sombrero de tisú de plata, encaje y crep-satén bordado y enriquecido, obra de Daniel Hernández Robles.
Otra de las hermandades con muchos estrenos ha sido la del Carmen de Calatrava, de la que veíamos en una vitrina unos pendientes de plata de ley y circonitas de autor desconocido; el rosario de salida de plata sobredorada y perlas, de Joyería El Toisón; y un encaje de punto de aguja.
Seguía la muestra con la toca de sobremanto de la Virgen del Carmen de Calatrava, de tul bordado en oro por Jesús Castizo.
Y de la misma hermandad son los candelabros de las esquinas y de la peana del paso, obra de madera tallada por José Antonio García Flores y dorada por Paco Pardo; las coronitas y tacitas de los candelabros, de Orfebrería Bernet; las jarras y jarritas, labradas en plata y plata sobredorada por el mismo taller; y la restauración del Niño Jesús de la mesa de juntas, obra del siglo XIX sobre la que ha trabajado José Carmelo Gómez Quiles.
Pasamos a la Hermandad de las Nieves, que ha restaurado los candeleros de plata del paso, labor llevada a cabo por Orfebrería Ramos.
La Hermandad de Nuestra Señora de Valvanera ha estrenado el juego de varas de presidencia, realizadas en alpaca plateada y sobredorada por Orfebrería Andaluza.
Y la exposición terminaba con más enseres de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, dado que Antonio Vera y Jairo del Toro han restaurado el crucifijo del túmulo funerario, obra de madera policromada de autor desconocido; también ha sido novedad una serie de tres exvotos que representan milagros o hechos históricos en torno a la imagen de la Divina Pastora, realizados por Francisco Javier Toro Martín 'Blas'; unas puñetas de encaje inglés conocido como Honiton; el cirio votivo asuncionista, pintado por Juan José Dorado Espinosa en técnica mixta de acrílico y tinta; las insignias de la Real Liga Naval y la Patrulla Auxiliar Marítima; el bastón de mando de oro y madera de Juan Gómez de Salazar Mínguez, general jefe de la Fuerza Terrestre; y la banda y el pin de la Tuna España, de fieltro y metal, entregada a la Divina Pastora con motivo del IX Juntamento, que es el encuentro anual de tunos de toda España.
Finalizaba así una exposición que en realidad fueron dos en una y que en cualquier caso vino un año más a confirmar la enorme vitalidad de las corporaciones letíficas de Sevilla.
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