A pesar de estar en plena Cuaresma, es ahora cuando la Hermandad de la Cena celebra el besamanos en honor de su titular gloriosa, Nuestra Señora de la Encarnación. Así ocurrió el pasado domingo, para lo que el equipo de priostía de la corporación preparó un montaje presidido en la parte más alta por la representación del Cordero Divino que, gracias a la cesión de una de las ovejas de la Divina Pastora de la calle Amparo, ha estado sustituyendo al Señor de la Cena durante el tiempo que ha estado ausente del templo debido a su restauración. Cuatro ángeles, dos arcángeles de mayor tamaño, diferentes cirios de color blanco y cuatro jarras de claveles también blancos completaban la escena. La Virgen vestía un manto de color salmón y una saya blanca bordada en oro.
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