La Divina Pastora del Convento de San Antonio de Padua permanece este fin de semana expuesta en besamanos ante su altar, en la nave del Evangelio del antiguo templo franciscano. La Pastora se encuentra elevada sobre una peana de madera tallada y dorada con el escudo de la hermandad policromado en una cartela frontal.
La imagen viste de color burdeos con manto azul terciado sobre el hombro izquierdo y pelliza blanca. En la cabeza luce un sombrero decorado con flores de diferentes colores y una mantilla blanca que le cae sobre los hombros. Cuenta con varios broches y unos grandes pendientes, así como una medalla de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes prendida del manto.
La Pastora de San Antonio da a besar la mano derecha, la que tiene cerca del cordero, mientras que con la izquierda sujeta el cayado y tres rosas blancas. Está flanqueada por diversas flores de color blanco, principalmente margaritas y lilium, además de dos faroles plateados sobre sendos pies de madera tallada y dorada de fuste estriado.
Delante, a ambos lados del montaje, se sitúan dos ángeles en el suelo con tres candeleros dorados detrás de cada uno. Y al fondo, el altar de la Divina Pastora está presidido por el Niño Jesús que figura en la delantera del paso procesional. Tiene ante sí un relicario y unos pequeños candelabros plateados, en tanto que a cada lado del altar se sitúan siete candeleros plateados y una jarra del paso de la Pastora con rosas blancas.
El montaje de este besamanos se completa con dos mesas doradas que sostienen bandejas de plata, jarritas con rosas y sendos candelabros con cinco velas blancas.
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