Este jueves ha comenzado el besamanos a María Santísima de la O, que se prolongará hasta el domingo, día de su festividad. Para este culto, la dolorosa a la que vimos por las calles en su salida extraordinaria del 29 de octubre (ver), se encuentra en el presbiterio de la Parroquia de la O, vestida como salió en su estación de penitencia del pasado Viernes Santo, con el manto procesional y la saya azul bordada en oro.
Luce la corona de oro de su Coronación Canónica, de Orfebrería Triana, y en el pecherín lleva una pequeña cruz pectoral, un alfiler con su advocación donde se lee "María de la O", la réplica de la Medalla de la Ciudad y varios broches.
La Virgen de la O, que está elevada sobre una peana de plata con el emblema de la hermandad en el centro, sujeta un rosario con la mano izquierda, mientras que la derecha es la que da a besar a los devotos. Está flanqueada por cuatro jarras de su paso de palio, dos a cada lado, con rosas blancas y calas, entre otras especies, situadas sobre pequeñas columnas de damasco y terciopelo rojo con galones dorados. Además, entre cada dos jarras se ubican unas columnas de madera tallada y dorada de fuste salomónico que sujetan sendos candelabros plateados con nueve velas blancas.
Detrás, con el retablo mayor de la parroquia cubierto por un cortinaje de terciopelo rojo, se encuentra el dosel de cultos de la Hermandad de la Candelaria, cedido a la corporación trianera para la ocasión. Ante el dosel, se ha colocado un trono y en los extremos sendos varales de pequeño tamaño rematados con centros florales con las mismas especies antes descritas.
Finalmente, hay que señalar que en la parte superior hay tres lámparas doradas de tipo araña, dos de ellas sujetas por los ángeles lampadarios del altar del templo, mientras que en el lado izquierdo de todo el conjunto está la cruz alzada con manguilla entre ciriales, y en el derecho, el estandarte corporativo de la hermandad.
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