La Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio celebró el pasado sábado su salida procesional por las calles de la feligresía de San Lorenzo. Un año más, la Pastora hizo estación en la propia parroquia, así como en la Basílica del Gran Poder, pasando al interior de ambos templos a lo largo de su itinerario.
La salida se produjo a las siete y media de la tarde, momento en que se inició un recorrido distinto al de años anteriores, dado que a San Lorenzo llegó tras recorrer desde la calle San Vicente la plaza de San Antonio de Padua y las calles Marqués de la Mina, Miguel Cid, Pascual de Gayangos, Martínez Montañés, Baños y Cardenal Spínola.
Pasaban las nueve de la noche cuando la Pastora se adentraba en la parroquia, donde fue recibida por las hermandades de la Bofetá y la Soledad. Luego, el paso salió la plaza de San Lorenzo y, a las órdenes de los Ariza, se encaminó a la Basílica del Gran Poder. El acompañamiento corrió nuevamente a cargo de la Banda Municipal de Lora del Río, que en este punto interpretó "María Santísima del Dulce Nombre".
Siempre resulta llamativo el exorno floral del paso de la Pastora de San Antonio, que contaba con orquídeas verdes, delphinium rosa, morado y blanco, crisantemos amarillos y malvas, margaritas naranjas y color teja, estátice, gerberas en varias tonalidades, longiflorum, rosas blancas, eucalipto, lentisco, filodendro, claveles blancos, paniculata, meyeris y verdes africanos. Ahí es nada. Además, entre las flores podían verse mariposas y pájaros.
En cuanto a la vestimenta de la Virgen, tenía su manto de salida, concluido en el bordado hace dos años, una saya blanca de tisú, piezas ambas bordadas en oro, y no llevaba sombrero, sino una mantilla blanca sobre la cabeza y alrededor un aro de estrellas.
La Pastora se acercó a la Basílica y después entró en ella mientras la banda interpretaba la marcha "Gran Poder", hasta que fue interrumpida cuando el paso se detuvo en el presbiterio, mirando hacia el Señor de Sevilla.
Cumplida la visita, el paso realizó un giro de ciento ochenta grados para salir de nuevo a la plaza de San Lorenzo. Antes de hacerlo, sin embargo, se paró junto a la junta de gobierno del Gran Poder con su estandarte corporativo, a la que Rafael Ariza dedicó la levantá que inició la chicotá con la que la Pastora se despidió definitivamente de la Basílica.
Al salir, la Banda de Lora del Río tocó el Himno de España y posteriormente la marcha "Virgen de las Aguas", a la que seguiría luego "Madre, tu Dulce Nombre", alcanzando con ella la calle Juan Rabadán, donde el paso se paró y hubo un relevo de costaleros.
La siguiente levantá se dedicó a la Hermandad de la Pastora de Cantillana y, a continuación, el paso comenzó a moverse, ahora a los sones de la marcha "Coronación", girando con ella a Teodosio. En esta calle se hizo luego una chicotá a tambor hasta llegar casi hasta la confluencia con Marqués de la Mina, a la que giró la Pastora con "Coronación de la Macarena" después de una levantá en la que se terminó de doblar un lado del aro de estrellas. Esto obligó a que cada levantá que quedaba hasta la entrada se tuviera que hacer a pulso.
En el inicio de la calle se detuvo el paso para que, desde un balcón de la Antigua Abacería de San Lorenzo, los integrantes del grupo Media Luna interpretaran una nueva sevillana dedicada a la imagen compuesta por Jorge Tenorio, con música de Ricardo Martínez.
Posteriormente, mientras la Banda de Lora del Río tocaba "Siempre Macarena", desde la propia abacería se lanzó una intensa petalada sobre el paso que apagó casi la totalidad de los codales de los candelabros delanteros y el del costero derecho.
La procesión completaba poco a poco su camino, con la Divina Pastora llegando de nuevo hasta la plaza de San Antonio de Padua con las marchas "Siempre la Esperanza" y "Virgen de la Palma". Luego se produjo el último relevo de costaleros mientras el hombre de la caña se afanaba en volver a encender los candelabros.
Poco después, el paso tomó la calle San Vicente mientras sonaba la marcha "Pasa la Virgen Macarena", con la que la Pastora prácticamente alcanzó la puerta del templo de San Antonio de Padua. Tras una breve parada, el paso procedió a entrar mientras sonaba ahora un importante estreno musical de la salida procesional de este año: la marcha "De nuestras almas, Pastora", compuesta por Antonio López Domínguez, Salvador Ferreira Calzado y Pepe López Dantas, todos ellos miembros de la Banda de Lora del Río.
Cuando finalizó la partitura, la banda concluyó su participación en la procesión con el Himno de España cuando pasaban ocho minutos de las once de la noche.
Ya en el interior de la iglesia, Rafael Ariza quiso dedicar la última levantá al hermano mayor de la Pastora de San Antonio, Manuel Vallejo, y después el paso fue colocado a los pies de la nave central del templo, junto al paso del Cristo del Buen Fin (sin el crucificado), que permanece expuesto por el reciente estreno del nuevo conjunto escultórico que pudimos ver este año en las calles.
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