Desde hace años venimos analizando los altares que se montan en las calles que conforman el recorrido de la procesión del Corpus de la Catedral. Este año no podía ser menos y hay que subrayar el número de altares instalados, habiéndose alcanzado la cantidad de catorce, la más alta en mucho tiempo.
Esto es una buena noticia, como también lo es el resultado del concurso de altares convocado por el Ayuntamiento, que en este caso ha concedido dos premios, el primero y el tercero, a corporaciones muy comprometidas con la celebración del Corpus, dado que todos los años instalan altares. Sin duda, entre la apatía general con que la mayoría de hermandades afrontan esta procesión eucarística en lo que a estos montajes se refiere, quienes más merecen el reconocimiento que supone un premio de estas características son las hermandades que de manera incansable vienen participando año tras año, contribuyendo a incrementar la solemnidad de la procesión principal de Jesús Sacramentado.
Esto es una buena noticia, como también lo es el resultado del concurso de altares convocado por el Ayuntamiento, que en este caso ha concedido dos premios, el primero y el tercero, a corporaciones muy comprometidas con la celebración del Corpus, dado que todos los años instalan altares. Sin duda, entre la apatía general con que la mayoría de hermandades afrontan esta procesión eucarística en lo que a estos montajes se refiere, quienes más merecen el reconocimiento que supone un premio de estas características son las hermandades que de manera incansable vienen participando año tras año, contribuyendo a incrementar la solemnidad de la procesión principal de Jesús Sacramentado.
Hay que recordar en este sentido las excusas que en alguna ocasión han argumentado algunos cofrades en relación a la instalación de altares: que si no merece la pena el esfuerzo, que si es complicado llevar los enseres hasta el centro, que si necesitan vigilancia nocturna...
Pero todas estas "razones" caen por su propio peso cuando vemos cómo la Hermandad de San Juan Evangelista de Pedrera, que es una localidad que no está precisamente al lado de la capital hispalense, lleva varios años participando en el Corpus montando un altar. Si hay una hermandad pequeña que desde Pedrera viene a Sevilla con sus enseres, monta altares de bastante buen gusto y se puede permitir tenerlo vigilado toda la noche, ¿no puede hacerlo cualquier hermandad de Sevilla, sea del centro o de un barrio de las afueras?
Mención aparte merecen las quejas, que también las ha habido, de hermandades que rechazan participar porque, cuando lo han hecho, no han obtenido el premio que creían merecer. Pero entonces, ¿para qué se monta un altar? ¿Para honrar al Santísimo en una celebración importantísima para nuestra fe o para ganar un concurso?
Y luego estarían las hermandades que podemos calificar como las "guest stars", las estrellas invitadas que jamás montan un altar pero que de repente un año, coincidiendo con alguna celebración propia, deciden hacerlo sólo como una actividad más del año tan especial que están viviendo.
Este año ha sido el caso del Baratillo, que en septiembre corona a su Virgen de la Piedad y ha decidido montar un altar en la Avenida. Pero igualmente pasó en años anteriores por el mismo motivo con hermandades como San Gonzalo o los Negritos, o también con la de San Benito coincidiendo con el XXV aniversario de la Coronación de la Virgen de la Encarnación.
Si no montan nunca un altar, ¿por qué hacerlo sólo en un año en el que tienen cierto protagonismo individual? Si demuestran que saben montar altares, ¿por qué no hacerlo todos los años? ¿El Santísimo es más o menos importante en función de si mi hermandad tiene algo propio que celebrar?
Pero es que el caso del Baratillo es especialmente llamativo, dado que su capilla está en la feligresía del Sagrario de la Catedral; es decir, que la procesión de este jueves es la procesión del Corpus de su parroquia. Y hablamos del Baratillo, que ha montado este año un altar por la Coronación de la Piedad, como podríamos hablar de la Carretería, del Cristo de la Corona o de Jesús Despojado, hermandad ésta, por cierto, que llevó a la procesión del Corpus un llamativo, por su extensión, cortejo de hermanos.
En cualquier caso, lo importante es que este año han sido catorce los altares instalados en el itinerario de la procesión, de los que tres han correspondido a hermandades de fuera de Sevilla. Catorce es un buen número comparado con otros años, sí, pero todavía hay hueco para muchos más altares. Es de desear que se sumen más corporaciones y que éste haya sido el primer año de muchos para las no habituales que este año sí se han decidido a hacerlo.
Repasamos uno por uno cada uno de estos catorce altares mencionando la hermandad a la que pertenecía, su localización en el recorrido y, en su caso, el premio obtenido en el concurso convocado por el Ayuntamiento.
1. HERMANDAD DEL BARATILLO. Avenida de la Constitución.
2. HERMANDAD DE SAN JUAN EVANGELISTA (Pedrera). Plaza de San Francisco, en el Arquillo del Ayuntamiento.
3. HERMANDAD DE LA HINIESTA. Plaza de San Francisco, ante la fachada del Ayuntamiento.
4. HERMANDAD DE LA AMARGURA. Plaza de San Francisco, en la Fundación Cajasol.
5. HERMANDAD DEL BESO DE JUDAS. Calle Sierpes. / 2º PREMIO
6. HERMANDAD DE LA VERA-CRUZ (Tomares). Calle Sierpes, ante la fachada del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla.
7. HERMANDAD DE VALME (Dos Hermanas). Calle Cerrajería.
8. HERMANDAD DE LAS SIETE PALABRAS. Plaza del Salvador, ante San Juan de Dios. / 1º PREMIO
9. HERMANDAD DE PASIÓN. Plaza del Salvador, en la puerta del templo. / 3º PREMIO
10. HERMANDAD DEL AMOR. Calle Villegas, bajo la ventana de la Virgen de las Aguas.
11. HERMANDAD DE LAS AGUAS. Calle Francos, esquina con Villegas.
12. HERMANDAD DEL SANTO ENTIERRO. Calle Francos.
13. HERMANDAD DE SANTA LUCÍA. Calle Francos, frente a Peyré.
14. HERMANDAD DE LA CENA. Calle Cardenal Carlos Amigo, en la puerta del Palacio Arzobispal.
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