La Hermandad de la Quinta Angustia continúa con su labor de restauración del conjunto escultórico del Sagrado Descendimiento, ahora con la imagen de José de Arimatea. Después de la restauración del Señor, del Resucitado y de la Virgen de la Quinta Angustia, la corporación afrontó el año pasado la intervención sobre las figuras secundarias con la talla de Nicodemo (ver), que pasó prácticamente ocho meses en el taller de Esperanza Fernández Cañero, regresando a la Parroquia de la Magdalena para el quinario de la hermandad (ver).
Ahora quien falta en el misterio es José de Arimatea, obra, como todo el conjunto salvo la dolorosa, de Pedro Roldán en el siglo XVII. Y así, con una figura menos, permanece el misterio desde poco después de la pasada Semana Santa y hasta dentro de unos cuantos meses. En este tiempo, la restauradora intervendrá sobre la policromía, pero principalmente actuará en la reparación de la estructura interna de la imagen, muy afectada por su posición en el paso y por los movimientos que sufre tanto en la calle como en la manipulación interna de montaje y desmontaje de paso y altares.
Está previsto que la restauración continúe posteriormente con las tallas de María Magdalena, María Cleofás y María Salomé, culminándose así por parte de Esperanza Fernández Cañero la restauración completa de todo el conjunto.
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