Que la lluvia haga acto de presencia en una jornada procesional es siempre una mala noticia. Trastoca los planes, roba momentos esperados, estropea las estaciones de penitencia, moja pasos y cortejos... Pero si hay un lado bueno es que, cuando las cofradías perjudicadas tienen que buscar un refugio provisional por el camino, a veces nos regalan horas extras de Semana Santa en los regresos a sus respectivos templos.
Y eso es lo que tuvimos la tarde del Domingo de Resurrección en Jerez, cuando cuatro hermandades (o tres y media) afrontaron la vuelta a casa desde los lugares en los que la lluvia de días pasados las obligó a quedarse. El Lunes Santo (ver) fue la Hermandad de la Candelaria la que decidió quedarse en la Catedral; mientras que el Miércoles Santo (ver) hizo lo mismo la Hermandad del Prendimiento, así como el paso de palio de la Amargura, y la Hermandad del Soberano Poder se refugió en la Parroquia de Fátima.
La salida de estas cuatro cofradías fue fijada de media en media hora, comenzando con el Prendimiento a las cuatro de la tarde, la Amargura a las cuatro y media, y la Candelaria a las cinco, todas ellas desde la Catedral; y en cuanto al Soberano Poder, salió de Fátima a las cinco y media. Todas ellas estuvieron muy arropadas en sus recorridos, dado que a los cofrades jerezanos se sumaron muchos llegados de otras ciudades que aprovecharon la oportunidad para conocer algo de la Semana Santa de Jerez en una tarde que resultó absolutamente agradable para pasarla viendo cofradías.
Comenzamos nuestro recorrido por esta jornada añadida a la Semana Santa de 2025 con la Amargura, que, como queda dicho, emprendió el regreso a la Parroquia de los Descalzos a las cuatro y media de la tarde. Y su salida se produjo desde la puerta de la Catedral que da a la plaza de la Encarnación, mientras que el Prendimiento había salido por la de Visitación.
La cruz alzada entre ciriales iniciaba el breve cortejo, en el que la única insignia que vimos fue el guión corporativo. Pronto, por tanto, hizo su aparición el paso de palio celeste de la Amargura, adornado con las mismas flores que llevaba el Miércoles Santo. Y también era el mismo el acompañamiento musical, con la Banda Julián Cerdán de Sanlúcar de Barrameda, que tocó el Himno de España en el momento de la salida, y después siguió a tambor mientras el paso se plantaba en la plaza de la Encarnación. La siguiente chicotá tampoco tuvo marcha alguna, pero sí la que vino después, cuando el paso subió la calle De la Rosa y salió a Manuel María González a los sones de la marcha "Virgen de Montserrat".
Era un traslado de vuelta a la parroquia, sí; pero eso no iba a impedir que el palio de la Amargura, a las órdenes de Martín Gómez, se luciera en su forma de caminar y de ganar metros bajo un apacible cielo azul y algo de calor. "Hiniesta Coronada" fue la composición que la banda sanluqueña interpretó en una nueva chicotá, seguida luego por "Virgen de la Victoria" en su discurrir por la plaza Monti.
Posteriormente, la dolorosa atribuida a Francisco Camacho de Mendoza salió con la marcha "Bendita Amargura" a una animada plaza del Arenal, en la que más tarde se pudo escuchar "Amargura jerezana". Luego se despidió de la plaza con una doble interpretación de "Pasan los campanilleros" hasta llegar al inicio de la Corredera, buscando desde ahí la plaza de las Angustias en este itinerario de vuelta a plena luz del día.
Cuando la Amargura se marchaba por Corredera, el Prendimiento discurría por Tornería y la plaza Rafael Rivero para salir a la Porvera. Una túnica blanca vestía el Señor en lugar de la roja que llevaba el Miércoles Santo; una vestimenta acorde con el día en el que estábamos, el primero de la Pascua.
Numerosas personas seguían al Prendimiento por las calles en esta vuelta a la Parroquia de Santiago, para el que la cofradía contó también con el mismo acompañamiento musical del miércoles para ambos pasos. Así, en el caso del misterio, que llevaba claveles rojos en jarras y friso, pudimos escuchar de nuevo a la Agrupación Nuestro Padre Jesús de la Salud, de Los Gitanos, que por Rafael Rivero tocó "Oh, pecador", y después "Consuelo gitano" al salir el paso a Porvera.
En dicha calle hubo una levantá dedicada a todos los enfermos debido a la reciente estancia de un costalero en el hospital. A continuación, el paso se levantó y el Señor del Prendimiento, maltratado por los sayones Candilejo y Chupaceite, y con San Pedro detrás, junto al olivo, siguió adelante ahora con la marcha "Puente de San Bernardo".
Cada chicotá tenía su marcha, sin una sola a tambor, ya que en las tres siguientes la agrupación tocó el cántico "Volveré", la marcha "A los pies de Sor Ángela" y "Pasa la Virgen del Refugio", llegando prácticamente a la Iglesia de la Victoria antes de encarar la recta de Ancha hasta Santiago.
Y siguiendo al Señor del Prendimiento, su madre, María Santísima del Desamparo, entre claveles blancos y con la Banda Enrique Galán de Rota de nuevo tras ella. La combinación entre el rojo y el blanco predomina en todo en esta hermandad, no sólo en los nazarenos que obviamente no estaban este Domingo de Resurrección. El rojo del palio y el blanco de los claveles; el rojo del manto y el blanco de la saya; y también el blanco de la cera rizada, de la que pendían pequeñas cruces de Santiago de color rojo.
La banda roteña interpretó por la Porvera la marcha "Madrugá macarena", a la que siguió después la composición "La gitana". Seguidamente, se produjo un relevo de costaleros que dio paso a una chicotá a tambor. Y después, sonaron las marchas "Siempre Macarena" y "La Virgen de Sevilla", ésta al girar de Porvera a Ancha.
A cierta distancia, pero también por la Porvera, seguía a la Hermandad del Prendimiento la de la Candelaria. De repente, del Miércoles Santo viajábamos al Lunes. La cofradía regresaba a la Parroquia de Santa Ana, al barrio de la Plata, con Nuestro Padre Jesús de las Misericordias vestido igualmente de blanco, como blancos eran también los claveles que adornaban el paso, un exorno floral muy diferente al de color rojo que habíamos visto seis días antes.
Todas las hermandades que volvieron a sus templos este Domingo de Resurrección pudieron contar con las mismas bandas del día de sus estaciones de penitencia. Así, el misterio del Señor de las Misericordias volvió a ser acompañado por la Agrupación Musical Lágrimas de Dolores, de San Fernando, una formación que ha caído de pie en la hermandad y que ha recibido bastantes alabanzas.
En la vuelta a Santa Ana dio muestras de su buen hacer tras este paso en el que el vemos al Señor ante la Verónica mientras un soldado romano le ordena continuar, unas mujeres se lamentan y el Cirineo ayuda a llevar el peso de la cruz. "Virgen de la Estrella" es una de las marchas que se oyeron en la Porvera, donde luego se escucharon "Lágrimas en tu madrugá", "Nazareno" y "Bajo tu mirada". Durante la interpretación de esta última, el viento que se estaba levantando hizo que salieran volando tres de las plumas negras del casco del romano, que fueron recogidas para que no se perdieran.
Ante la Iglesia de la Victoria hubo un relevo bajo las trabajaderas, y tras él el paso continuó en línea recta hacia la calle Lealas, a la que el paso de misterio llegó mientras la agrupación musical tocaba la marcha "Regidor perpetuo de la isla".
Antes de llegar al paso de palio, pudimos observar que en el cortejo iba, como el Lunes Santo, una representación de la Hermandad del Perdón con su guión corporativo. Hay que recordar que ambas corporaciones compartieron sede canónica en Santa Ana, lo que dio lugar a un hermanamiento que perdura y que se aprecia visiblemente cuando cada cofradía acompaña a la otra en su estación de penitencia.
Los seis días transcurridos desde el Lunes Santo hicieron necesario cambiar también las flores del paso de palio de María Santísima de la Candelaria, que del rosa que predominaba el Lunes Santo pasó también al blanco el Domingo de Resurrección. Lo que no cambió tampoco aquí fue la banda, que de nuevo se trataba de la de Virgen del Castillo, de Lebrija. Hacia el final de la Porvera tocó tras la Candelaria la marcha "Al cielo la Reina de Triana", y luego, en la siguiente parada, se produjo igual que con el misterio un relevo de costaleros. Instantes después, el paso de palio continuó hacia Lealas con la marcha "Esperanza que guía a Triana".
La Semana Santa de 2025 iba a terminar lejos de allí, en la barriada de La Granja, a la que volvía la Hermandad del Soberano Poder desde la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima. Los días de unión entre esta cofradía del Miércoles Santo y la de la Paz de Fátima, que la acogió en su casa, quedaron patentes al ver la túnica que llevaba el Soberano, y que era la que el Señor de la Paz había estrenado el Lunes Santo con motivo del XXV aniversario de su bendición. Y a juego con la túnica, flores blancas adornando el paso en lugar de las moradas y rojas que tenía cuatro días antes.
El Soberano Poder caminaba con bastante calma, gustándose. Tanto es así que, aunque el paso alcanzó la barriada aún con la luz de la tarde, la recogida iba a ser ya prácticamente de noche. En esto tuvo mucho que ver la Agrupación Musical de la Sentencia, que ofreció todo un recital hasta el final, con marchas como "A la niña de mis ojos", "Rey de la Plazuela" o "Melodías de Viernes Santo", ésta ya con el paso alcanzando la plaza de Ronda, muy cerca de la Parroquia de Santa María Madre de la Iglesia.
Aquí hubo una levantá dedicada a la Virgen de las Mercedes, titular de la cofradía que esperemos que pronto cuente con un paso de palio, y a la que el capataz definió como "la más guapa del barrio". Luego, siempre con el paso haciendo cambios al son de las marchas, el Soberano Poder siguió adelante con "Patrem et filium", "Por amor y devoción", "Soberano en su Poder" y "Fe y Esperanza".
Sólo hubo una chicotá a tambor, muy breve, al acceder al callejón situado junto a la fachada lateral de la parroquia. Pero pronto siguieron las marchas con "El reflejo de María" y "El sueño de una madrugá" al salir a la calle Huelva. Quedaban pocos metros para la recogida, pero se iban a aprovechar al gusto cofradiero.
Así, el paso de misterio giró para acceder al patio situado ante la puerta de entrada mientras la Agrupación de la Sentencia tocaba "Oh, pecador", y luego dio una vuelta de ciento ochenta grados con "La saeta". Seguidamente, el paso se detuvo y, cuando se levantó, sonó "Bendícenos, padre", marcha encadenada con el Himno en el momento de entrar en la parroquia, y éste a su vez con la composición "Bless the Lord" mientras el Señor del Soberano Poder se reunía con la Virgen de las Mercedes, que lo llevaba esperando desde el Miércoles Santo.
A las diez menos cuarto de la noche de un Domingo de Resurrección, finalizaba en la barriada jerezana de La Granja la Semana Santa de 2025. ¿Estado del ánimo? Feliz. Satisfecho. Y es que, como expresaba al finalizar la crónica del Viernes Santo de 2018 (ver) desde la misma ciudad, todos deberíamos volver a los orígenes porque a veces en ellos es donde está la verdad. Y como también decía entonces, la de este 2025 no ha sido la última vez...
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