El primer domingo de mayo asistimos a la salida procesional de Nuestra Señora de la Salud, de la Parroquia de San Isidoro, que recorrió las calles sólo siete meses después de la última vez. Y es que, como se recordará, el pasado mes de octubre la Virgen realizó una salida extraordinaria con motivo del CCCL aniversario fundacional de su hermandad (ver).
En esta última salida ordinaria, la Virgen de la Salud volvió a salir sobre su paso y la imagen vistió de nuevo su manto procesional, dado que en octubre fue sobre el paso de la Inmaculada Concepción del Corpus de la Catedral y con un manto rojo.
La procesión se inició a las siete y media de la tarde, cuando la cruz alzada entre ciriales salía a la calle Luchana encabezando un cortejo en el que vimos el simpecado, la representación de la Hermandad de las Tres Caídas de San Isidoro con su estandarte corporativo y el propio de la Hermandad de la Salud.
El recorrido consistió en bajar la Cuesta del Rosario antes de tomar, como ha sido habitual en los últimos años, las calles Francos, Chapineros, Álvarez Quintero, Entrecárceles y Francisco Bruna, para salir fugazmente a la plaza de San Francisco. Luego, y aquí cambió el recorrido, siguió por Granada, Tetuán, Jovellanos y Sagasta, donde se detuvo ante los residentes de San Juan de Dios, a quienes los capataces, los hermanos Pagés, dedicaron una levantá.
Salió entonces la Virgen de la Salud a la plaza del Salvador para meterse después a tambor por la calle Córdoba, donde luego se pudo escuchar la marcha "Regina Pacis" a cargo de la Banda de Música del Liceo de Moguer. Con esta composición, el paso llegó hasta la plaza del Pan, deteniéndose casi en el inicio de la calle Alcaicería.
Para la siguiente chicotá, que abarcó toda la calle Alcaicería, la banda interpretó "Valle de Sevilla", y al salir de la estrechez el paso se paró y se llevó a cabo un relevo de costaleros.
Hay que subrayar un detalle difícilmente perceptible a pie de calle: la presencia en la vestimenta de la imagen del llamado pin de los pies preciosos de la asociación Provida, que reproduce unos pies del tamaño de los de un feto de diez semanas de gestación. La Hermandad de la Salud colabora activamente con esta asociación que defiende a los seres humanos más frágiles que existen, que son aquéllos que aún están en el vientre de sus madres, muchos de los cuales son asesinados mediante abortos provocados.
Rosas y lilium de color blanco adornaban el paso de la Virgen de la Salud, que tras el relevo de costaleros alcanzó la plaza de la Alfalfa a los sones de "Pasan los campanilleros". Posteriormente, hubo en la calle San Juan una breve chicotá a tambor y poco después el paso giró a Boteros con la marcha "Hiniesta", a la que siguió después "María Santísima del Subterráneo".
La Virgen de la Salud siguió este recorrido por las calles más cercanas a su parroquia tomando ahora Cabeza del Rey Don Pedro, donde la banda del Liceo de Moguer interpretó "El Cachorro. Saeta sevillana". Hubo seguidamente un nuevo relevo bajo las trabajaderas antes de girar a la calle Águilas a los sones de "Dulce Nombre de Jesús".
A continuación, con "Esperanza Macarena", la Virgen continuó de nuevo hacia la Alfalfa y tomó la calle Jesús de las Tres Caídas, donde se produjo el que fue ya el último relevo entre los hombres encargados de llevar el paso.
A la salida procesional de la Salud de San Isidoro le quedaban únicamente dos chicotás. La primera de ellas, que llevó al paso desde Jesús de las Tres Caídas a encarar la calle Luchana, se hizo a tambor. Y la segunda, que no finalizó hasta estar ya dentro de la parroquia, tuvo como banda sonora la marcha "Virgen de la Salud", enlazada con el Himno de España en el momento de la entrada en el templo.
Con rigurosísima puntualidad, la Virgen de la Salud hacía su entrada en la Parroquia de San Isidoro a las diez y media de la noche, cumpliendo así con su salida procesional un día antes de que arrancara una nueva edición de la Feria de Abril, este año íntegramente en mayo.
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