La imagen de San José Obrero estuvo expuesta en besamanos el día antes de su salida procesional por las calles de la feligresía. Para ello, sobre la peana de salida de la Virgen de los Dolores, el santo recibió a los devotos en el altar mayor de la parroquia, ante el dosel de cultos estrenado en 2020, que en este caso contaba con un fondo de brocado blanco y un cortinaje azul recogido en los laterales.
San José Obrero tenía la aureola y la vara de azucenas de plata, y de su mano derecha le fue retirada la sierra propia de su advocación, que estaba apoyada a un lado. Y a su alrededor había cuatro jarras del paso de palio de la hermandad con claveles, lilium y gladiolos, todo ello de color blanco. Cada jarra estaba elevada sobre un pie de base cuadrada de color rojo con decoración pictórica.
Encima de la peana y alrededor del santo fueron colocando los devotos sus ofrendas florales en forma de claveles blancos que al día siguiente formarían parte del exorno floral de su paso. Y flanqueando a San José Obrero se encontraban las tallas de la Virgen de los Dolores y San Francisco de Paula, con dos candeleros con cera blanca cada uno ante sí.
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