Mientras el Cachorro recorría las calles de Roma, en Sevilla la vida cofradiera no paraba y la Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio de Padua realizaba su salida procesional en la tarde del pasado sábado. Una salida que comenzó a las siete y media de la tarde, con un cortejo encabezado por la cruz alzada entre ciriales, seguida del libro de reglas y las representaciones con sus estandartes corporativos de las hermandades de la Pastora de Triana, la Bofetá, la Soledad de San Lorenzo y el Buen Fin. Después iban el propio estandarte de la Hermandad de la Pastora de San Antonio, la presidencia y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.
El paso de la Pastora se encontraba en el lado derecho del presbiterio del templo, y desde ahí fue conducido hasta la puerta de salida. Pero antes de ponerse en la calle, el capataz, Rafael Ariza, quiso dedicar una levantá a los donantes de órganos y a los trasplantados.
La Pastora vestía su manto de salida, estrenado hace unos años, y la saya bordada en oro y sedas de principios del siglo XX, que ha sido sometida a un proceso de conservación y mantenimiento por parte de la empresa Cyrta. De ambas prendas colgaban varias medallas; una del Cachorro por su participación en el Jubileo de las Cofradías de Roma, otra de la Virgen de los Reyes y otra del Buen Fin. También llevaba el pin de los pies preciosos de la asociación Provida.
Pero en la vestimenta hay que subrayar dos importantes estrenos. Así, eran novedad un cuello y un peto bordados en canutillo de oro y lentejuelas sobre tul beige forrado de tafetán y rematado con una concha de oro del siglo XIX. Y además, lucía una nueva gargantilla chapada en oro blanco con circonitas y esmeraldas. Todos estos estrenos han sido donados por varios hermanos de la corporación.
El paso salió a la calle San Vicente tras pasar las dos puertas del templo y la Banda Municipal de Música de Lora del Río interpretó el Himno de España, seguido de la marcha "De nuestras almas, Pastora". Luego fue llevada a la delantera del paso la hermana número uno de la cofradía, María Luisa, por quien se levantó el paso para alcanzar la plaza de San Antonio de Padua a los sones de la marcha "El Dulce Nombre".
Como es costumbre en los pasos de las imágenes marianas con la advocación de la Divina Pastora, el exorno floral era muy variado en especies y tonalidades. En concreto, se podían ver allium, rosas, orquídeas, claveles, astromelias, delphinium, flor de cera, lirios, hypericum, peonías, philodendron, lentisco, eucalipto, limonium y helecho. A ello había que sumar los pajaritos y mariposas que adornaban también el monte.
Desde la plaza de San Antonio, la Pastora avanzó algunos metros de la calle Marqués de la Mina antes de girar a Miguel Cid mientras la Banda de Lora tocaba la marcha "Coronación". En esta calle hubo una levantá por la pintora Montserrat García Mas, quien decoró los codales con el lema "Dar vida", en alusión al trasplante de órganos. La levantá, en su presencia, se le dedicó a ella y a su familia.
Sonó luego la marcha "Corpus Christi" con la Divina Pastora avanzando por Miguel Cid, donde después se detuvo para un relevo de costaleros.
Realizado este primer relevo bajo las trabajaderas, el itinerario de este año de la cofradía continuó girando a la izquierda hacia Pascual de Gayangos, a la que entró con la marcha "Pasa la Virgen Macarena", seguida posteriormente por "Madre, tu Dulce Nombre". Luego se detuvo durante varios minutos casi en la confluencia con la calle Martínez Montañés.
Con la marcha "Tú eres el orgullo de nuestro pueblo", la Pastora de San Antonio tomó Martínez Montañés al tiempo que llegaban noticias de que en Roma estaba lloviendo. Nada que ver con Sevilla, donde la Pastora avanzaba en triunfo bajo un radiante cielo azul que poco a poco se iba a ir oscureciendo.
La siguiente marcha interpretada por la Banda de Lora del Río fue "Triana, tu Esperanza", y la posterior, con la que tomó la calle Baños, fue "Aniversario Macareno". El paso se detuvo en el inicio de Baños, en una de las esquinas de la plaza de la Gavidia, para otro relevo de costaleros, tras el que el paso giró a Cardenal Spínola con "Siempre Macarena", llegando con ella a la puerta del Convento de Santa Rosalía.
Por Cardenal Spínola continuó el paso, ahora mientras sonaba la marcha "Virgen de las Aguas", durante cuya interpretación se lanzaron algunos pétalos desde un balcón. Luego la Pastora se paró ante la puerta de la casa en la que vivía Manolo Caballero, hermano de la corporación recientemente fallecido. En presencia de su viuda, se le dedicó una levantá. Después, el paso terminó de recorrer esta calle a los sones de "La Estrella Sublime".
A continuación, salió a la plaza de San Lorenzo mientras la banda interpretaba la marcha "Virgen de la Palma", con la que llegó a plantarse en mitad de la plaza. Se produjo después otro relevo en las trabajaderas, y luego la Pastora se adentró en la parroquia mientras sonaba de nuevo la marcha "De nuestras almas, Pastora".
Al entrar en el templo de San Lorenzo, el paso se detuvo en primer lugar ante la capilla que ocupa la Hermandad de la Bofetá, siguiendo después hacia la nave central y volviéndose al altar mayor. Tomó entonces la palabra el párroco, Miguel Vázquez Lombo, quien pidió a la Divina Pastora por la feligresía, especialmente por los enfermos y necesitados, así como por sus distintas hermandades. Luego se cantó el "Regina Coeli" y, al hacer sonar el llamador, Rafael Ariza quiso dedicar la levantá a la parroquia, a don Miguel, a los feligreses y a las hermandades. Antes de salir de la parroquia, el paso se acercó a la capilla de la Soledad.
Al salir nuevamente a la plaza, la Banda de Lora del Río recibió a la Pastora tocando la marcha "María Santísima del Dulce Nombre". Y después, tras una parada, se dirigió a la Basílica del Gran Poder a los sones de "Coronación de la Macarena", marcha que se interpretó en dos ocasiones hasta que el paso se paró justo delante del retablo del Señor de Sevilla.
Tras diversas oraciones, el paso de la Pastora hizo un giro de ciento ochenta grados para salir de la Basílica, lo que hizo mientras sonaba "La Esperanza de Triana". Y posteriormente, la cofradía se dispuso a despedirse de la plaza de San Lorenzo con "Virgen de la Paz".
Desde San Lorenzo, la Pastora afrontó el final de su salida procesional tomando las calles Eslava y Alcoy, para luego, por Marqués de la Mina y la plaza de San Antonio de Padua, regresar al mismo tramo de la calle San Vicente que había recorrido a la salida antes de entrar de vuelta al templo a las once y media de la noche.
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