El pasado domingo, día de la Inmaculada Concepción, Madre de Dios de la Palma, de la Hermandad del Cristo de Burgos, estuvo expuesta en besamanos por segundo año consecutivo en el presbiterio alto de la Parroquia de San Pedro, elevada sobre una peana de plata.
Vestía la dolorosa su manto de salida, toca de sobremanto de malla y la saya azul de las hermanas Martín Cruz, en la que tenía un fajín rojo con borlones del mismo color y tres entorchados. Sobre la cabeza lucía la corona procesional, mientras que en el pecherín llevaba un puñal, una cruz pectoral, una palma de orfebrería de oro y varios broches. A la altura del vientre tenía la Medalla de Sevilla, la de Burgos y la de la Virgen de los Reyes. En la mano izquierda sujetaba un rosario de cuentas blancas y la derecha era la que ofrecía a los devotos.
Alrededor de la Virgen de la Palma se dispusieron un total de ocho jarras de su paso de palio con rosas y claveles de color blanco, seis de ellas sobre pies de base cuadrada de color rojo de distintos tamaños y las otras dos sobre pies de madera dorada y policromada. Asimismo, podíamos ver dos candelabros de plata con cinco velas blancas cada uno y varios candeleros también del paso de palio.
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